8.9.14

Las 'Spanish financial practices' y la crisis

"(...) Nuestro problema principal está en la economía financiera. Volviendo al símil médico, la banca tiene sus balances contaminados por elementos tóxicos y eso hace que el sistema financiero no sea capaz de suministrar crédito a la economía real, a los músculos.

¿Qué es lo que ha provocado esa toxicidad y fallo sistémico? Ha sido lo que los analistas anglosajones llaman las spanish financial practices, las prácticas que han llevado a cabo una buena parte de las cajas y bancos en los años de euforia, cuando el crédito, como ocurre con el alcohol en las fiestas, corría abundante y barato.

 Prácticas que no fueron detectadas y erradicadas por los supervisores públicos (Banco de España, CNMV, Gobierno, Gobiernos autónomos), que tienen por misión (y cobran por ello) la supervisión bancaria.

Esas spanish practices abarcan un amplio tipo de conductas: la negligencia profesional; la imprudencia en la concesión de crédito; el mal cálculo de riesgo inmobiliario; las elevadas retribuciones y, especialmente, las compensaciones en forma de indemnizaciones y pensiones millonarias, injustificadas en cualquier caso, pero especialmente cuando son el pago del fracaso, es decir, por llevar a la quiebra a sus instituciones; el abuso de la confianza y la buena fe de los clientes; el engaño y el fraude; la administración desleal; la ocultación de información y falta de transparencia; la laxitud de los mecanismos de control interno y la falta de competencia de muchos de sus responsables, y otros muchos ejemplos.

El resultado de esas prácticas lo estamos padeciendo todos: una pérdida de confianza en nuestro sistema bancario, el cierre del crédito internacional y la pérdida de credibilidad como país.

¿Qué hizo posible estas prácticas? Las amistades peligrosas entre banqueros y políticos de las que les hablé en un artículo anterior (3 de junio de 2012). Esas amistades funcionaron como una tupida red de favores mutuos que ha impedido hasta ahora abordar con seriedad y eficacia la cura de la enfermedad española: practicar una “diálisis” bancaria y corregir ese conjunto de malas prácticas.

Cuando escucho hablar de reformas a los banqueros, mi ingenuidad me lleva a pensar que me van a hablar de reformas de esas malas prácticas. Pero no, en general, las reformas a las que se refieren son los recortes de las prestaciones del Estado de bienestar y del mercado de trabajo. Un ejemplo de ese pecado bíblico consistente en ver la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio.  (...)"               ( , El País, 15 JUL 2012)

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