"(...) a 6 años del estallido de la crisis se ha comprobado que los mercados no tienen ninguna capacidad para autorregularse!.
Y estas palabras, que dan cuenta claramente de que la visión económica
de los últimos 40 años ha sido errónea, y que hemos formulado desde hace 6 años en este blog, han sido ahora dichas por el Economista Jefe del FMI, Olivier Blanchard. (...)
En su artículo de Septiembre en el FMI, Where Danger Lurks, Cuando el peligro acecha, revela su preocupación de que la teoría económica no prestó atención a esos rincones oscuros donde la economía funciona "monstruosamente mal", donde no hay para nada competencia y mercados perfectos.
Blanchard, que un mes antes del estallido de la crisis afirmaba desde el FMI que la Macroeconomía se hallaba en un estado saludable,
reconoce ahora los profundos errores que encierra la teoría económica
que defendió durante décadas. Para Blanchard, los últimos 40 años y la
llamada Gran Moderación fueron una "gran mentira", dado que incubaron las semillas de la crisis que hoy cumple 6 años completos.
Blanchard reconoce que los economistas no tenían idea de que una
crisis como la desatada el año 2008 podía producirse. Estaban absortos
en las zonas claras y perfectas de la economía, sin pensar en la
importancia de esas zonas oscuras en que los mercados sufren un shock, y
menos anticipar sus consecuencias.
La economía no prevé nada y los
modelos teóricos solo explican la realidad de una situación "normal", es
decir, cuando la economía tiene crecimiento y empleo sostenido, cuando
se puede afirmar que la macroeconomía se encuentra en un Estado Saludable.
En agosto de 2008, un mes antes de la quiebra de Lehman Brothers, y
cuando Estados Unidos ya había salido al rescate de Bear Stearns, Fannie
Mae y Freddie Mac, Blanchard se despachó su informe El estado de la Macro
extenso trabajo donde presentaba el estado y las perspectivas de la
macroeconomía y concluía que "el estado de la macro es saludable", 30
días antes de la quiebra general del sistema.
Para Blanchard las
batallas ideológicas del pasado habían terminado y "se había llegado a
una amplia convergencia de visiones", en la cual los problemas
económicos estaban bajo control y "los problemas centrales para la prevención de las depresiones económicas habían sido resueltos". (...)
No deja de ser curioso que a 6 años de la crisis Olivier Blanchard
tenga hoy una visión tan diferente. Porque Blanchsrd reconoce que la teoría actual no tiene ninguna respuesta concreta frente a la crisis y hace falta reconsiderar el "conocimiento erróneo"
que fue olímpicamente desechado por Robert Lucas cuando arrancó del
mapa temas como las rigidices nominales, la información imperfecta, el
dinero, la curva de Phillips y el problema del empleo.
Esta teoría
también consideró irrelevante preocuparse de los temas financieros dado
que en competencia perfecta y con mercados perfectos el dinero cumple un
rol totalmente neutral en la economía.
Esto confirma la quiebra, ideológica también, del conjunto de ideas
que encauzaron la dinámica capitalista de las últimas cuatro décadas.
Hubo en ellas más fanatismo que análisis objetivo por encarar los
problemas económicos. Todo se le dejó al mercado y así fue como la
participación financiera pasó del 9 por ciento del PIB en 1980, al 40 por ciento del PIB en 2007.
Tal como ocurre hoy, la burbuja financiera alcanzó dimensiones
colosales. Y eso es lo que aún bate el delirante frenesí de los
mercados.
Si en el reporte de agosto de 2008,
Blanchard no escatimaba elogios a la Teoria de las Expectivas
Racionales, de Robert Lucas, ahora indica que este modelo fue totalmente
incapaz de advertir la inminencia de una crisis financiera.(...)
La actual crisis fue engendrada precisamente por esos malos supuestos
económicos que hacían ver saludable lo que era una cáscara vacía. La
Gran Moderación pudo ser cosa de suerte, como dice Blanchard, pero la
economia tuvo un cuarto de siglo de visión benigna, una visión que abría
paso al libre mercado por su promesa de convergencia al equilibrio
pleno. Esto era estar dentro del campo de una función lineal, donde los
shocks y las pequeñas fluctuaciones pueden ser rápidamente corregidas.
Es también estar en el centro del tablero, lejos de las zonas oscuras
donde no se cumplen los supuestos de la competencia perfecta. El chiste
de esto es que los economistas siempre buscan las respuestas en las
zonas iluminadas, por eso se paralizan en las zonas oscuras.
Blanchard no se cansa de repetir, ahora, que la economía llegó a una
zona muy muy oscura, y que aún está atrapada en la oscuridad. Más aún,
confirma que todos los informes anti-crisis han fracasado porque esta
vez la crisis es la mayor de todas. (...)
La crisis que hoy cumple 6 años estalló en el corazón de los países
avanzados, y hoy Europa, Estados Unidos y Japón, atraviesan por su peor
momento en décadas. Blanchard reconoce que no existe aún una teoría que
resuelva la crisis, y si bien por el momento, "los lazos diabólicos han
retrocedido", "cuando el peligro acecha hay que alejarse de las zonas
oscuras". El gran problema es que estamos en una zona de gran oscuridad,
donde la teoría económica tradicional no es capaz de ver nada." (Marco Antonio Moreno, El blog salmón, 15/09/2014)
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