17.9.14

Una quiebra que amenaza con repetirse

"Érase una vez un gran banco de negocios llamado Lehman Brothers. La historia de la crisis económica en la que todavía nos encontramos podría empezar así, con aquel 15 de septiembre de 2008, cuando una de las principales entidades financieras de Estados Unidos quebró dejando tras su caída un hueco que comenzó a extenderse a todo el sector financiero del mundo occidental. 

Lo que falta por explicar es cómo una crisis inmobiliaria (la de las hipotecas basuras o subprime) pudo derrumbar a la mayoría de los grandes bancos norteamericanos y europeos, para pasar luego a ensañarse sobre los Estados y su deuda. Una espiral de la que todavía parece difícil ver el fin (...)

Así que se ha vuelto a hablar de una quiebra de la eurozona, cuando sólo hace algunos meses la palabra mágica de todos los gobernantes era “recuperación”. (...)

Es más, la senda de recortes y privatizaciones ha conseguido despertar otro fantasma hasta ahora dormido en los libros de economía: la deflación. Es que cuando los precios no crecen, las personas no consumen y las empresas no invierten, convencidas de que será más conveniente hacerlo en el futuro por un coste menor. En ese momento, la máquina de la economía capitalista –basada sobre un continuo crecimiento– se atasca.

La amenaza de una nueva caída económica debida a la deflación ha llevado el Banco Central Europeo a intervenir. Su presidente Mario Draghi anunció en el comienzo del curso político un nuevo programa para prestar dinero a los bancos a un tipo de interés aún menor.

 El BCE lleva tiempo intentando que el dinero llegue a las empresas y a los consumidores a través de préstamos baratos. Sólo que hasta ahora los bancos se limitaban a tener en la caja fuerte todo lo que le prestaba a tipos muy bajos el Banco Central Europeo.

Las nuevas condiciones puestas por los banqueros de Fráncfort deberían empujarles a prestarlo. Sin embargo, la enorme masa de liquidez, que no ha llegado a millones de europeos para reactivar el consumo, ya ha llegado a los mercados, multiplicando el dinero barato para cualquier inversión. No es noticia que tras el anuncio de las últimas medidas de Draghi, las Bolsas europeas han vuelto a brindar con champán.  

El riesgo, sin embargo, es que se alimenten nuevas burbujas especulativas, convirtiendo los últimos intentos para salir de la crisis en un triste juego de la oca. En el que la vuelta al punto de partida está a la vuelta de la esquina. Mucho más cerca de lo que parece de aquel 15 de septiembre de 2008 en el que quebró el banco Lehman.(...)"         (Giuseppe Bottazzi, Milán (Italia), Diagonal, 15/09/2014)


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