"Érase una vez un gran banco de negocios llamado Lehman Brothers. La
historia de la crisis económica en la que todavía nos encontramos podría
empezar así, con aquel 15 de septiembre de 2008, cuando una de las
principales entidades financieras de Estados Unidos quebró dejando tras
su caída un hueco que comenzó a extenderse a todo el sector financiero
del mundo occidental.
Lo que falta por explicar es cómo una
crisis inmobiliaria (la de las hipotecas basuras o subprime) pudo
derrumbar a la mayoría de los grandes bancos norteamericanos y europeos,
para pasar luego a ensañarse sobre los Estados y su deuda. Una espiral de la que todavía parece difícil ver el fin (...)
Así que se ha vuelto a hablar de una quiebra de la eurozona, cuando sólo
hace algunos meses la palabra mágica de todos los gobernantes era
“recuperación”. (...)
Es más, la senda de recortes y privatizaciones ha conseguido despertar otro fantasma hasta ahora dormido en los libros de economía: la deflación.
Es que cuando los precios no crecen, las personas no consumen y las
empresas no invierten, convencidas de que será más conveniente hacerlo
en el futuro por un coste menor. En ese momento, la máquina de la
economía capitalista –basada sobre un continuo crecimiento– se atasca.
La amenaza de una nueva caída económica debida a la deflación ha
llevado el Banco Central Europeo a intervenir. Su presidente Mario
Draghi anunció en el comienzo del curso político un nuevo programa para prestar dinero a los bancos a un tipo de interés aún menor.
El BCE lleva tiempo intentando que el dinero llegue a las empresas y a
los consumidores a través de préstamos baratos. Sólo que hasta ahora los
bancos se limitaban a tener en la caja fuerte todo lo que le prestaba a
tipos muy bajos el Banco Central Europeo.
Las nuevas condiciones puestas por los banqueros de Fráncfort
deberían empujarles a prestarlo. Sin embargo, la enorme masa de
liquidez, que no ha llegado a millones de europeos para reactivar el
consumo, ya ha llegado a los mercados, multiplicando el dinero barato
para cualquier inversión. No es noticia que tras el anuncio de las
últimas medidas de Draghi, las Bolsas europeas han vuelto a brindar con
champán.
El riesgo, sin embargo, es que se alimenten nuevas
burbujas especulativas, convirtiendo los últimos intentos para salir de
la crisis en un triste juego de la oca. En el que la vuelta al
punto de partida está a la vuelta de la esquina. Mucho más cerca de lo
que parece de aquel 15 de septiembre de 2008 en el que quebró el banco
Lehman.(...)" (Giuseppe Bottazzi, Milán (Italia), Diagonal, 15/09/2014)
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