"(...) Desde estas líneas hemos defendido la imposición de salarios mínimos
más altos. Pero, paralelamente, en ámbitos académicos empiezan a
preguntarse ¿por qué no imponer un salario máximo? Toda la evidencia empírica, recogida básicamente en Estados Unidos y el Reino Unido, señala que los ingresos del 1% más rico aumentó mucho más rápido que el promedio.
El último informe del "High Pay Centre" en el Reino Unido, afirma que el sueldo de los directores ejecutivos de las empresas del FTSE 100
representaba alrededor de 20 veces el sueldo del trabajador medio del
Reino Unido en la década de 1980, pasando a 60 veces en 1998, y a 160
veces en 2012, el año más reciente del que se dispone de completos.
Este aumento de la desigualdad representa sin duda un fallo del mercado. Incluso el gobierno del conservador David Cameron
está de acuerdo con este análisis. Para corregirlo, la solución del
gobierno del Reino Unido ha sido intentar dar más poder a los
accionistas de la empresa.
Sin embargo, hasta el momento, los
accionistas no han utilizado sus nuevos poderes para votar en contra de
las propuestas de remuneración a ejecutivos de una sola compañía del FTSE 100.
Además de favorecer un salario mínimo digno ¿por qué no introducir un salario máximo para estos ejecutivos? Existe evidencia empírica para Reino Unido y los Estados Unidos
de que las altas remuneraciones para cualquiera de los directores
ejecutivos impacta de manera negativa en los salarios de los
trabajadores.
Pessoa y Van Reenen analizan la brecha entre los salarios reales y la mediana de crecimiento de la productividad en los últimos 40 años para los Estados Unidos y el Reino Unido. En el Reino Unido
durante este periodo los salarios reales medios aumentaron un 42% menos
que la productividad.
Nada de eso se debió a una caída en la
participación del trabajo en comparación con las ganancias. La mayor
parte fue consecuencia de los beneficios no salariales para los
ejecutivos, principalmente contribuciones a fondos de pensiones, y al
aumento de la desigualdad. En Estados Unidos los
salarios reales medios aumentaron un 63% menos que la productividad,
diferencial todavía mayor que en Reino Unido.
Hay dos diferencias
evidentes en la explicación de que ese diferencial sea mayor en el país
norteamericano. Por un lado los beneficios no salariales para los
ejecutivos fueron mayores, debido al papel del seguro médico, y en
Estados Unidos sí que ha habido una disminución de la participación del
trabajo.
En otro estudio, Bell y Van Reenen encuentran que en la década del 2000 en el Reino Unido
el aumento de la desigualdad se debió principalmente a los aumentos
salariales, incluidos los pagos de bonus, para el pequeño porcentaje de
salarios más altos. Así pues se puede afirmar que hay una clara conexión
entre el aumento de los ingresos entre la parte superior, los que más
ganan, y el hundimiento de los salarios reales en la parte inferior, los
que menos ganan.
Los argumentos que tratan y sugieren que el aumento
desorbitado de las remuneraciones salariales de cualquier director
ejecutivo en particular no hace daño a nadie son tan falaces como
aquellos que argumentan las rebajas de impuestos no deja a nadie en peor
situación.
Es una indicación de que la magnitud del aumento de los
ingresos del 1% en los últimos decenios ha tenido un efecto
significativo en los ingresos de los 99% restante. Por lo tanto, igual sí que tiene sentido imponer un salario máximo a la vez que se incrementa el salario mínimo." (Juan Laborda, Vox Populi, 16/08/2014)
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