"(...) ¿Por qué
España no puede salir de la crisis?
El carácter
estructural del gasto público, donde casi 100.000 millones son puro despilfarro
a pesar de los impuestos confiscatorios sobre la clase trabajadora y la clase
media y los recortes sociales, nos obliga a una espiral de endeudamiento
imposible de detener y a un nivel de deuda imposible de devolver.
A ello se
suman los precios de la energía y otros los inputs esenciales a la cabeza del
mundo desarrollado por la connivencia entre la oligarquía política y la oligarquía
monopolística. Esto hace imposible que España pueda salir de la crisis.
El “hacer
los deberes” para estos irresponsables que nos gobiernan ha consistido exactamente
en lo contrario. Su objetivo es que una élite empresarial y financiera se
enriquezca sin límite y la oligarquía política mantenga sus privilegios y sus
dos millones de enchufados, mientras más de la mitad de las familias españolas
tiene dificultades para llegar a fin de mes, y el endeudamiento brutal (unos
5.000 millones cada semana) arruina la vida a 40 millones de españoles y la de
sus hijos. Esto es lo que han hecho:
-
Subir impuestos hasta un nivel
confiscatorio –han
incrementado o subido más de 80 figuras impositivas–, la mayor carga impositiva
de nuestra historia. Y si consideramos la presión fiscal soportada por una
familia media española (matrimonio y dos hijos), esta es la más alta de toda la
OCDE. En algunas de las comunidades autónomas más corruptas y gobernadas por lo
peor de lo peor, hay que pagar además impuestos extraordinarios (patrimonio,
recargos en el IRPF, etc.), como Cataluña o Valencia. (…)
-
Mantener el gasto público improductivo, en particular el gasto corriente, que ha pasado de
159.900 millones en 2007 a 173.834 en 2013 en moneda constante; y sigue
creciendo sin pausa. Solo las duplicidades entre Administraciones suponen un
despilfarro anual de 34.000 millones de euros. Tenemos más coches oficiales que
los EEUU.
- Se han dedicado más de 300.000 millones de dinero público y avales para rescatar
al sistema bancario, sin molestarse en analizar siquiera qué entidades
deberían haber sido salvadas y cuáles haber sido cerradas. Se llevan perdidos
ya más de 50.000 millones y probablemente la pérdida final se acercará a los
140.000.
- Poner en marcha una reforma laboral que ha consistido básicamente
el abaratar el despido, fomentar el trabajo basura y facilitar la reducción
salarial, recortando así la renta disponible de las familias en el porcentaje
más alto desde la Guerra Civil.
- Seguir gastando mucho más de lo que se ingresa –unos 80.000
millones de euros en 2014–, lo que ha elevado la deuda real de las
Administraciones Públicas (pasivos en circulación) a más de 1,4 billones de
euros, cifra que no podrá ser devuelta.
- El sistema de pensiones está quebrado, todos los estudios
actuariales lo demuestran. Hasta julio, los recursos habían caído un 5,1% y los
gastos subido un 3,8 %.
- Permitir a los monopolistas de petróleo, gas y electricidad
abusar de su posición dominante como jamás habían osado en el pasado, ante la
inacción absoluta de la Comisión Nacional de la Energía, del Servicio de
Competencia y de la Fiscalía Anticorrupción. Un ejemplo actual: las gasolinas y
los gasóleos. Los precios internacionales han bajado un 30% desde el verano, lo
que significa que, como más o menos la mitad del precio al público (precio
antes de impuestos más IVA) es proporcional al precio del producto, estas
deberían haber bajado la mitad, un 15%. ¿Y cuánto lo han hecho en realidad? Un
8%. Esto es lo que De Guindos y Rajoy llaman “un ejemplo a imitar por
Europa”.
- La distribución de la renta y la riqueza es la más injusta
conocida en España en más de cien años. A día de hoy es la más injusta, no solo
de Europa, sino de la OCDE. (…)
¡Y todo esto
es para proteger los intereses de una minoría! Resulta patético ver a Rajoy
defendiendo aún la “salida de la crisis” como un boxeador sonado. Y más que
patético, vergonzoso, hablar de que estamos creando empleo, cuando se están
perdiendo cientos de miles de horas de trabajo, cuando lo que ocurre es que se
están destruyendo empleos dignos de 40 horas semanales y sustituyéndolos por
empleos indignos de 10, empleos que en muchos casos ni siquiera respetan la
legislación laboral. Y lo más grave, si es que lo relatado no fuera ya lo
suficientemente dramático.
Los tipos de interés están en cero, y aunque
eso no sucederá de inmediato, los tipos volverán a subir y ese aciago hará
saltar por los aires la economía española y la vida de varias generaciones de
españoles quedará arruinada (…)” (Roberto Centeno, El Confidencial, 20/10/2014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario