"(...) ¿Cuáles serían las claves de ese programa nítido de izquierdas?
Hay tres puntos fundamentales.
El primero es el trabajo garantizado,
hay que entender que el hecho de que no haya puestos de trabajo no
quiere decir que no haya mucho por hacer. Hay mucho por hacer. Hay
muchos sectores que la sociedad necesita que se utilicen, cuidados,
reforestación, rehabilitación de viviendas para eficiencia energética,
energías renovables...
Que son evidentemente una manifestación y hay
mucho por hacer. La financiación se puede obtener. Con mucho menos
dinero del que se ha destinado para salvar el sistema financiero,
podríamos tener a todos los ciudadanos de España trabajando siempre que
quisieran hacerlo.
Y eso es impugnar directamente el mercado de trabajo
tal y como lo concebimos hoy en día. Por lo tanto, sí se puede
garantizar el trabajo, sería cumplir la Constitución española en tanto
que garantía positiva.
El segundo sería la democratización de la
economía, que las empresas energéticas y las estratégicas tienen que ser
del pueblo, no de una minoría social; esto es fácil de ver cuando
tenemos un 17% de los hogares con pobreza energética y es gente que no
puede calentar su hogar en invierno y eso sucede porque a pesar de tener
empresas energéticas que podrían cubrir esas necesidades, hay un diseño
y unas instituciones que es la privatización de las empresas
energéticas que impide que eso se pueda solucionar y requiere una
solución inmediata, que es la nacionalización de las empresas
energéticas.
En tercer lugar, con respecto a la corrupción, hay
que añadir algo que se suma, que es que aquellas empresas que han estado
vinculadas a procesos de corrupción por donaciones irregulares, o
porque directamente han participado de los sobornos o de las mordidas,
tuvieran prohibido por ley para siempre, tener acceso a un contrato
público. Así se sitúa el foco no sólo en quienes reciben los sobres,
sino en aquellos que lo dan.
¿Cómo se financia todo esto?
Es progresivo, de forma paulatina, no es fácil salir de una situación
como en la de ahora en poco tiempo. El trabajo garantizado creo que es
una propuesta muy realista, que ha tenido experiencias parciales en
otros países y que han sido muy exitosas. Como en Argentina, sacando a
más de un millón de personas del desempleo en apenas un año, dos
millones de personas, manifiesta que técnicamente es posible.
Es una
medida que tiene que venir acompañada de otras muchas, de una reforma
fiscal, impugnar la arquitectura de la UE, en tanto que el BCE podría
ser un instrumento fundamental para financiar también en caso de
necesidad, y en cambio no se hace. Igual que una banca pública...
Hay
muchas medidas que han de acompañar, pero lo potente de una propuesta de
trabajo garantizado es que se puede hacer, que es realista, que además
discrimina muy bien, sólo se aplica a los desempleados, no afecta en la
inflación, impide que los salarios bajen a partir de un determinado
nivel porque opera como una especie de salario mínimo en la práctica, y
creo que son unas políticas que una vez lo vemos en el papel la
financiación que se requiere resulta ampliamente ridícula en comparación
con el salvamento del sistema financiero, rescate de autopistas, gasto
militar, financiación de la Iglesia católica... Es decir, no es una
cuestión técnica, es una cuestión de voluntad política. (...)" (Entrevista a Alberto Garzón, candidato a las primarias de IU, Andrés Gil , eldiario.es, en Rebelión, 24/11/2014)
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