"(...) Un caso claro de ello es lo que está
ocurriendo con la altamente monopolizada industria farmacéutica. Esta
industria, claramente a la defensiva en estos día de crisis (generada en
parte por el Ébola, pues nunca dieron ninguna prioridad a desarrollar
la vacuna contra esta enfermedad), desea mantener la cláusula de
permanencia de los monopolios, permitiendo a la empresa Gilead Sciences
vender su medicamento contra la hepatitis C por 84.000$ (unos 67.000€)
en EEUU, cuando este medicamento puede conseguirse por un precio mucho,
pero muchísimo, más bajo en otro país (900$, unos 700€).
Parecería
lógico que en un Tratado de Libre Comercio los productores del mismo
fármaco pero a un precio menor pudieran venderlo en el país donde el
precio es mucho, pero muchísimo, mayor. Pues bien, la situación es
precisamente la opuesta. Se protege a las empresas farmacéuticas que lo
venden a un precio mucho más caro, manteniendo su monopolio sobre el
mercado. Y a esto lo llaman libre mercado.
En realidad, estos tratados de libre
comercio protegen descaradamente a las empresas que venden en varios
países, lo que explica que se les llame multinacionales. Ahora bien,
este término parecería indicar que son propiedad de varios países, lo
cual no son. Son empresas transnacionales, basadas en un país, que a
través del Estado en el que están basadas (por regla general, un país de
economía más avanzada) ejercen su poder sobre el comercio
internacional.
Y cuentan con la protección del tribunal que gobierna
cada tratado de libre comercio en beneficio suyo. De ahí que acompañando
a los tratados de libre comercio siempre haya cláusulas que debilitan
la normativa laboral, ambiental y social de los países que forman parte
del tratado.
Legislación que ha sido aprobada por los parlamentos
nacionales resultado de la presión de fuerzas laborales, como
sindicatos, o de prácticas políticas progresistas y/o verdes, se dejan
de lado por considerarse que limitan el poder de las transnacionales. Y a
esto, repito, también lo llaman libre comercio.
En Europa, este Tratado de Libre
Comercio representa también una amenaza a los servicios públicos, como
los Servicios Nacionales de Salud, que puede considerarse que vulneran
el libre comercio de servicios, forzando la privatización de tales
servicios. Esta ha sido una de las causas que defensores del Servicio
Nacional de Salud de Gran Bretaña hayan denunciado dicho tratado.
Las
compañías transnacionales son plenamente conscientes de que sus acciones
pueden ser muy impopulares, lo cual explica la falta de transparencia y
opacidad de los preparativos de tal tratado. De ahí la urgencia de que
haya una población bien informada para que pueda frenar tales
comportamientos en los países afectados y sujetos al tratado.
Por
desgracia, los mayores medios de información y persuasión no han estado
informando sobre los preparativos de tal tratado, en parte debido a la
gran influencia que tales transnacionales ejercen en las instituciones
políticas y mediáticas de los países. Y a esto, le llaman libertad de
prensa.(...)" (Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 20 de noviembre de 2014, en vnavarro.org, 20/11/2014)
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