19.12.14

La caída petróleo es el último clavo en el féretro de la Zona Euro, cada vez más sumergida en el estancamiento y la deflación

"(...) El aumento de la conflictividad entre capitales individuales por defender su cuota de ganancia en el mercado mundial ha contribuido de forma decisiva en los meses recientes a consolidar progresivamente la deflación como una tendencia de larga duración. 

Tras la caída simultánea de la actividad económica entre finales de 2008 y principios de 2009, los bancos centrales del Grupo de los 7 (G-7) coordinaron sus esfuerzos para evitar los efectos más corrosivos de la crisis mediante la reducción de los costos del crédito; sin embargo, ello no ha sido suficiente para dejar a un lado las consecuencias de la espiral deflacionaria actualmente en curso (caída de la demanda agregada, declive sostenido de la inversión empresarial, aumento de la morosidad de la deuda privada, etcétera).(...)  

  La Zona Euro constituía el epicentro de la deflación a inicios de año. Sin embargo, no fue sino hasta septiembre cuando Mario Draghi, el presidente del Banco Central Europeo, puso en marcha una batería de medidas enfocadas a aumentar el nivel de inflación y evitar un nuevo escenario depresivo.

 En primer lugar, llevó a cabo una nueva reducción de la tasa de interés de referencia e impuso una tasa negativa a los depósitos de los bancos para favorecer el otorgamiento de crédito. 

En segundo lugar, creó el Plan de Financiamiento de Largo Plazo (TLTRO, por su sigla en inglés), créditos baratos con vencimiento a 4 años. Sin embargo, las medidas resultaron un fracaso rotundo: el nivel de precios se ubicó en 0.40 por ciento en octubre y cayó a 0.30 por ciento en noviembre. 

Además de anunciar el relanzamiento del Banco Europeo de Inversiones mediante el denominado Plan Juncker, el Banco Central Europeo se declaró abierto a discutir a principios de 2015 la implantación de medidas de estímulo “no convencionales” que incluyan la compra ilimitada de bonos de deuda soberana y corporativa, a pesar de la férrea oposición del Bundesbank.  (...)

Para colmo de males, la caída del precio del petróleo, manipulada por los bancos de inversión de Nueva York en contra de Rusia, Irán y Venezuela como efecto de una guerra económica sin cuartel, representa el último clavo en el féretro de la Zona Euro, cada vez más sumergida bajo los escombros de la crisis, el estancamiento crónico y la deflación.(...)"           (Ariel Noyola Rodríguez, en Rebelión, 17/12/2014)

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