"Joseph Stiglitz, premio del Banco de Suecia en economía en memoria de
Alfred Nobel en 2001, presidente del consejo de economistas del
presidente Bill Clinton de 1995 a 1997, economista jefe y vicepresidente
del Banco Mundial de 1997 a 2000, aporta serios argumentos a aquellos
que abogan por la suspensión del reembolso de las deudas públicas.
En un
libro colectivo publicado en 2010 por la universidad de Oxford, Stiglitz afirma que Rusia
en 1998 y Argentina durante los años 2000 ofrecieron la prueba de que
una suspensión unilateral del reembolso de la deuda puede ser benéfica
para los países que tomaran esa decisión: «Tanto la teoría como la práctica sugieren que la amenaza del cierre del grifo del crédito probablemente haya sido exagerada» (p. 48).
Cuando un país consigue imponer una reducción de la deuda a sus acreedores y redirecciona esos fondos, destinados anteriormente a ese reembolso, hacia la financiación de una política fiscal expansionista, eso produce resultados positivos:
Cuando un país consigue imponer una reducción de la deuda a sus acreedores y redirecciona esos fondos, destinados anteriormente a ese reembolso, hacia la financiación de una política fiscal expansionista, eso produce resultados positivos:
«En ese escenario, el número de empresas
locales que quiebran disminuye porque los tipos de interés locales son
más bajos que si el país hubiera continuado pagando su deuda , y al
mismo tiempo porque la situación económica general del país mejora.
Puesto que la economía se refuerza, la recaudación de impuestos aumenta,
lo que mejora el margen presupuestario del Gobierno. […] Todo eso
significa que la posición financiera del Gobierno se refuerza, haciendo
más probable (y no menos) que los prestamistas quieran de nuevo
concederle préstamos.» (p. 48). (...)
La obra citada agrega: «Empíricamente, hay muy pocas pruebas que
acrediten la idea de que una cesación de pagos conlleve un largo periodo
de exclusión del acceso a los mercados financieros.
Rusia pudo pedir
prestado de nuevo en los mercados financieros dos años después de su
cesación de pagos, que había sido decretada unilateralmente y sin
una consulta previa a los acreedores. […] Muy al contrario, en la
práctica, la amenaza de ver el grifo del crédito cerrado no es real.»
(p. 49). (...)
«El hecho de que Argentina haya salido tan bien de su cesación de pagos, incluso sin el apoyo del FMI (o precisamente porque no tuvo el apoyo del FMI), puede conducir a un cambio en esta creencia.» (p.49).
Joseph Stiglitz también cuestiona claramente a los banqueros y otros prestamistas que concedieron créditos masivamente sin verificar seriamente la solvencia de los países prestatarios o, aun peor, que prestaron sabiendo perfectamente que el riesgo de cesación de pagos era muy fuerte.
Agrega que ya que los prestamistas exigen a
algunos países tipos elevados en virtud de los riegos que deben asumir,
es totalmente normal que tengan que afrontar pérdidas debidas a una
abolición de la deuda.
Estos prestamistas sólo tenían que utilizar los
intereses elevados que perciben como provisión para posibles pérdidas.
También denuncia los préstamos «depredadores» concedidos a la ligera por
los banqueros a los países deudores (p. 55). (...)
En resumen, Stiglitz aboga por que los prestamistas asuman los riesgos de sus acciones
(p.61). Al final de su contribución, considera que los países que
entran en la vía de la cesación de pagos o de la renegociación para
obtener una reducción de la deuda deberían imponer un control temporal
de cambios y/o tasas para disuadir la salida de capitales (p.60). Retoma
la doctrina de la deuda odiosa por su cuenta y afirma que ese tipo de
deuda debe ser anulado (p.61).
Stiglitz defendió esta posición en numerosas ocasiones en el curso de los últimos diez años. Véase especialmente su libro El malestar en la globalización, Taurus ediciones, Madrid, 2003.
En un artículo publicado por el Journal of Development Economics titulado «The elusive costs of sovereign defaults», Eduardo Levy Yeyati y Ugo Panizza, dos economistas que trabajaron para el Banco Interamericano de Desarrollo presentan los resultados de sus minuciosas investigaciones sobre las cesaciones de pago correspondientes a unos cuarenta países. Una de sus conclusiones es la siguiente: «Los períodos de cesación de pagos marcan el comienzo de la recuperación económica».
Stiglitz defendió esta posición en numerosas ocasiones en el curso de los últimos diez años. Véase especialmente su libro El malestar en la globalización, Taurus ediciones, Madrid, 2003.
En un artículo publicado por el Journal of Development Economics titulado «The elusive costs of sovereign defaults», Eduardo Levy Yeyati y Ugo Panizza, dos economistas que trabajaron para el Banco Interamericano de Desarrollo presentan los resultados de sus minuciosas investigaciones sobre las cesaciones de pago correspondientes a unos cuarenta países. Una de sus conclusiones es la siguiente: «Los períodos de cesación de pagos marcan el comienzo de la recuperación económica».
No se puede explicar mejor." (Éric Toussaint, Público, 18/01/2015)
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