31.3.15

Debemos alejarnos del consumo, el bajo nivel de ahorro e inversión, el endeudamiento individual y las burbujas especulativas... o sea, de Rajoy

"La actual crisis sistémica de la economía española se encuadra dentro de lo que técnicamente se denomina recesión de balances. Ése ha sido, es y será nuestro diagnóstico sobre la economía española. Bajo este análisis la dinámica actual de nuestra economía constituye una huida hacia adelante

 No hay ninguna mejora de nuestro aparato productivo, todo es humo propagado por una brutal propensión al riesgo en los mercados financieros. Sin embargo, los ciclos de aversión al riesgo existen, y cuando aumenten las primas de riesgo globales nuestro país no estará preparado. Nos encontramos de nuevo ante la paradoja de la tranquilidad derivada de la hipótesis de inestabilidad financiera de Hyman Minsky. (...)

El actual ejecutivo, viendo que sus recetas neoclásicas no generaban la tan cacareada mejora de nuestro aparato productivo, inició, en plena burbuja en los mercados financieros, otra huida hacia adelante. Nos parecemos más a Grecia de lo que algunos se pueden imaginar. 

El motor del crecimiento y del empleo es el consumo privado y el sector servicios, en un contexto de deflación y caídas de rentas salariales. Por contra, las cifras relativas a disponibilidades de bienes de equipo continúan débiles. La demanda interna crece, mientras que no se moderniza nuestro aparato productivo, empeorando nuestra competitividad.

La huida hacia adelante se financia mediante niveles récord de deuda pública y deuda externa neta. En realidad lo único que ha mantenido a flote nuestra economía es la llegada de flujos de inversión extranjeros concentrados en operaciones especulativas debido al bajo precio del activo correspondiente, bajo el paraguas de la “seguridad” aportada por los bancos centrales. 

Dichos flujos de inversión extranjeros se han destinado básicamente a financiar al Tesoro y a las emisiones de bonos corporativos de las grandes empresas. Apenas hay mejora en nuestro aparato productivo.

 En definitiva, el crecimiento español se está financiando con más deuda pública, induciendo a su vez a un aumento de la deuda externa neta, en niveles récord. Para un crecimiento del PIB nominal en 2014 del 0,89%, la deuda externa ha crecido a tasas ligeramente superiores al 3%. (...)

Si se quiere mejorar la competitividad, nuestra economía debe alejarse del consumo, el bajo nivel de ahorro e inversión, el endeudamiento individual y las burbujas especulativas. Sería fundamental introducir la política industrial con la implementación de un programa nacional de inversión pública y privada. Las reformas estructurales no tienen nada que ver con lemas desgastados de la liberalización. (...)

El crecimiento de España, en definitiva, se basa en el consumo privado, intentos de reactivar el ciclo inmobiliario, y no en nuevo modelo productivo. (...)"       (Juan Laborda, Vox Populi, 11/03/2015)

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