30.3.15

El retorno de la desigualdad de hace 100 años a nuestras sociedades, está jibarizando las clases medias.

"(...) ¿Cuál es, en este inicio del siglo XXI, el problema en relación con las clases medias, el capitalismo y la democracia? Que el retorno de la desigualdad a nuestras sociedades está jibarizando las clases medias.

Estamos asistiendo a una nueva gilded age de la desigualdad como la que tuvo lugar hace 100 años. Una desigualdad que está polarizando nuestras sociedades entre un reducido grupo de superricos y una creciente masa de pobres que no tiene ninguna expectativa de mejora. 

 La influencia de los superricos en la política y, más en particular, en la política económica es muy intensa. Especialmente en Estados Unidos. Pero, a través de su ejemplo y liderazgo, también en el resto de los países europeos. De hecho, la economía está siendo gestionada por una élite superrica que gobierna en beneficio propio.

Lo ocurrido con los sistemas fiscales en las tres últimas décadas es buen ejemplo de este gobierno en beneficio propio. Han impuesto la agenda fiscal mínima y el recorte de los gastos sociales. Y han presionado para el reconocimiento legal de paraísos fiscales, hasta dentro de la propia Unión Europea.

¿Por qué nos debe preocupar esta polarización de la desigualdad? Quizá porque, como dijera el novelista norteamericano de principios del siglo pasado, Scott Fitzgerald, “los muy ricos son diferentes a usted y a mí“. Tienden a comportarse como apátridas, cosmopolitas, sin ningún compromiso con el resto de la sociedad. Y a defender una meritocracia heredada. (...)

Existe un creciente malestar social con la evolución de la desigualdad, los ingresos, los impuestos y la gestión de las políticas en todos los países desarrollados y emergentes. Y quienes con mayor intensidad están expresando ese malestar son las clases medias.

¿Nos debe preocupar este malestar? Pienso que sí. Entre otras razones, porque reduce la legitimación social en la que se apoya la economía de mercado y el propio sistema político vigente. Como señalé al principio, la legitimación que aportan las clases medias es esencial para el buen funcionamiento de la democracia. Parémonos en nuestro entorno más cercano. 

¿Quiénes son las bases sociales que están detrás del malestar político que impulsa el independentismo catalán? De acuerdo con un clarificador artículo de la socióloga Marina Subirats (“Una utopía disponible. La Catalunya independiente“, La Maleta de Portbou, número 6, 2014), las clases medias, especialmente las clases medias profesionales.

Aunque con expresiones políticas diferentes, también en el resto de España es ese malestar de las clases medias el que está emitiendo un grito de alarma. La rápida emergencia de nuevas fuerzas políticas como Podemos o Ciudadanos tiene mucho que ver con la búsqueda por las clases medias de nuevos instrumentos políticos que sean capaces de canalizar sus demandas y revertir la situación. (...)"                   (El malestar de las clases medias, de Antón Costas en La Vanguardia, en Caffe Reggio, 25/03/2015)

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