25.3.15

La gran baza de Alemania es no encontrar un frente unido de oposición. Incluso los intereses de Italia y Francia pasan por situarse en el bando de los deudores

"(...) En los enfrentamientos que Grecia está teniendo con Berlín y Bruselas, los Gobiernos de España y Portugal deberían haberse puesto del lado del país heleno. Era su bando, el de los deudores, el que convenía a los intereses de sus respectivas naciones. Han preferido, por el contrario, situarse junto a los halcones.

En la Unión Monetaria, los países del Sur han estado, en general, descolocados. Cada uno de ellos ha pretendido que no se le compare con el resto, salirse del grupo. Afirman que son distintos y que no están en la misma situación que los otros.

 Esa ha sido la gran baza de Alemania, no encontrar un frente unido de oposición. Incluso los intereses de Italia y Francia pasan por situarse en el bando de los deudores en contra de Alemania, Austria, Finlandia, etc. 

No es Grecia la que está poniendo en peligro el euro, sino Alemania empecinada en mantener un 7% de superávit en su balanza por cuenta corriente, situación insostenible para el resto de países europeos, pero también para la economía mundial en su conjunto.

El argumento empleado por el Gobierno del PP y sus adláteres, señalando la deuda que Grecia tiene con España y arguyendo que por eso el Gobierno tiene que cuidar del buen fin de esos recursos, es decir, situando a nuestro país del lado de los acreedores, tiene poco recorrido, y mucho menos cuando añaden que esos 26.000 millones de euros serían de mucha utilidad para dedicarlos a gastos sociales en el interior.

Y digo que tiene poco recorrido porque España jamás ha prestado a Grecia esa cantidad. De los 26.000 millones solo el 6.659.48 millones, que corresponden a la primera fase del rescate (años 2010 y 2011), son préstamos directos al país heleno; el resto, unos 19.600 millones, constituyen la participación española (12,7%) de los créditos concedidos a Grecia (141.800 millones de euros) por el Fondo Europeo de Rescate (ahora, Mecanismo Europeo de Estabilidad) y que esta entidad ha captado de los inversores internacionales mediante la emisión de bonos avalados por todos los países miembros, cada uno por la cuantía correspondiente al porcentaje en que participa.

Nosotros jamás hemos entregado esa cantidad a Grecia, tan solo participamos de un riesgo, el que Alemania con suma habilidad supo trasladar de los bancos alemanes al resto de los países miembros.

 Riesgo que solo subsistirá mientras las reglas de juego sean las actuales y no se cambien, por ejemplo, en una conferencia de deudores-acreedores en la que se decida una solución global a toda la deuda generada por un mal diseño y peor funcionamiento de la Unión Monetaria.

 Recordemos que esta fue la primera propuesta de Xipras, y a la que se deberían haber sumado los Gobiernos de Portugal, Irlanda, España e incluso los de Italia y Francia. Hace tiempo que todos esos países tendrían que haberse unido para imponer a Alemania unas reglas de juego distintas de las existentes en las que se compensasen las transferencias de recursos que diariamente se hacen desde todos estos países a Alemania, vía los mecanismos de mercado y cuya plasmación es ese excedente en su balanza de pagos del 7% del PIB. (...)"            (Juan Francisco Martín Seco, República.com, 23/03/2015)

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