25.3.15

¿Por qué se debe realizar una auditoría de la deuda en Grecia? y en todas partes...

"La presidenta del Parlamento griego, Zoé Konstantopoulou[2], que decidió crear una comisión de auditoría de la deuda griega[3], me solicitó que colabore activamente en ella. Acepté asumir la coordinación científica de la comisión. (...)

La deuda griega, que representaba el 113 % del PIB en 2009 antes del estallido de la crisis en el país y la intervención de la Troika, que posee las 4/5 partes de esa deuda, pasó al 185 % del PIB en diciembre 2014. Por lo tanto, después de la intervención de la Troika se produjo un aumento muy fuerte de la deuda.

A partir de 2010 y hasta 2012, los créditos concedidos por la Troika a Grecia sirvieron en gran parte para reembolsar a los acreedores durante ese período, a saber, los bancos comerciales de las principales economías de la UE, comenzando por las entidades alemanas y francesas. 

Cerca del 80 % de la deuda griega en 2009 estaba en manos de bancos comerciales de países de la UE. Entre estos, solo los bancos alemanes y franceses mantenían en torno al 50 % del total de los títulos públicos griegos.

Una auditoría de la deuda griega mostrará que los bancos privados europeos aumentaron con intensidad sus créditos a Grecia entre finales de 2005 y 2009 (los créditos se incrementaron en más de 60.000 millones de euros, pasando de 80.000 millones a 140.000 millones), sin considerar la capacidad de Grecia para devolverlos. 

Los bancos actuaron de manera temeraria, convencidos de que las autoridades europeas vendrían en su auxilio en caso de problemas. Paulo Nogueira Batista y Philippe Legrain, eran respectivamente director ejecutivo del FMI y consejero del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, en el momento del préstamo de la Troika en 2010. 

En un documental difundido recientemente por Arte,[4] M. Batista afirma que todos los administradores del FMI sabían antes de votar la concesión del préstamo que éste servía en realidad para «salvar a los bancos franceses y alemanes, no a Grecia». Philippe.

 Legrain lo completó precisando que: «los directivos del FMI fueron presionados por el director del FMI en ese momento, Dominique Strauss-Kahn, quien aspiraba a la presidencia de Francia, y por lo tanto no quería imponer pérdidas a los bancos franceses. Por otro lado, los bancos alemanes habían convencido a Angela Merkel de que sería dramático que perdieran dinero.

 Entonces los gobernantes de la zona euro decidieron hacer como si Grecia atravesara solamente unas dificultades pasajeras». Para ello, «eludieron un principio esencial de una cláusula de Maastricht, la que impide el rescate. Concedieron préstamos a Atenas no para salvar a Grecia, sino parar salvar a los bancos franceses y alemanes que habían tenido la inconsciencia de conceder préstamos a un Estado insolvente».

Una auditoría de la deuda griega demostrará que los bancos privados europeos aumentaron fuertemente sus créditos a Grecia entre finales del 2005 y 2009 (los créditos tuvieron un aumento de más de 60.000 millones de €, pasando de 80.000 millones a 140.000 millones), sin tener en cuenta la capacitad real de Grecia para reembolsarlos. 

Además, prestaron a Grecia a un interés muy bajo (0,35 % a tres meses en octubre de 2009; 4,5 % a 10 años en ese mismo mes cuando Alemania pagaba, en promedio, a alrededor del 3,3%, en la misma época y por el mismo plazo.).

 Los bancos actuaron de una manera arriesgada, sin verificar la solvencia de Grecia, convencidos de que las autoridades europeas acudirían en su ayuda en caso de hubiere algún problema.

Los bancos comerciales fueron así reemplazados por la Troika, quien pasó a ser el principal acreedor de Grecia desde finales de 2010.

La auditoría analizará la legalidad del plan de rescate.Esos prestamistas, ¿impusieron condiciones leoninas, sobre todo al exigir, para su devolución, tipos de interés exagerados? (...)

La auditoría deberá evaluar si las estrictas condiciones impuestas por la Troika a Grecia, en contraprestación a los créditos, constituyen una violación de una serie de tratados y convenciones que han de ser respetados tanto por los acreedores como por el prestatario, Grecia. 

El profesor de Derecho, Andreas-Fischer-Lescano, comisionado por la Cámara de Trabajo de Viena, demostró de manera irrefutable que los programas de la Troika son ilegales en virtud del derecho europeo y del derecho internacional. Las medidas definidas en los programas de ajuste a los que Grecia fue sometida y las políticas concretas que son la consecuencia directa de ello violan una serie de derechos fundamentales, tales como el derecho a la sanidad, a la educación, a la vivienda, a la seguridad social, a un salario justo, pero también a la libertad de asociación y a la negociación colectiva. 

Todos esos derechos están protegidos por numerosos textos jurídicos a escala internacional y europea, como la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, el Convenio Europeo de Derechos Humanos, Un reciente estudio realizado por Margot E. Salomon, directora del Centro de Estudios de Derechos Hunanos de la London School of Economics and Political Science, refuerza el veredicto del profesor Fischer Lezcano. (...)"        (Eric Toussaint, doctor en ciencias politicas, es portavoz del CADTM internacional y miembro del consejo científico de ATTAC Francia. Attac Madrid, 23/03/2015)

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