"(...) Productos complejos -como CDOs sintéticos, las titulizaciones
respaldadas con créditos subprime, conduits, los SIV o vehículos
estructurados de inversión- que representaron el paradigma de la
ingeniería financiera, pasaron a la historia. Pero transcurridos casi
siete años, algunos de ellos han reaparecido, en algunos casos con una
nomenclatura diferente. Los expertos temen que se pueda estar empezando a
generar una nueva burbuja.
Las políticas aplicadas por los bancos centrales, con unos tipos en
mínimos históricos y con un excedente de liquidez nunca visto, están
tumbando las rentabilidades de todos los activos. Un tercio de la deuda
pública de la eurozona, por ejemplo, cotiza con rentabilidades
negativas. De ahí que los inversores tengan serias dificultades para
encontrar activos que ofrezcan algo de rentabilidad y, por tanto, estén
elevando el riesgo en cartera.
Y no se trata del boom que se produce en el segmento de bonos high
yield o de alto riesgo que están lanzando las empresas en todo el mundo.
Tampoco de los bonos híbridos con los que muchas compañías están
financiandosus compras, ni de los CoCos que está vendiendo la banca para
reforzar el capital(ver gráfico), sino de estructuras que salen del
balance de las entidades, como ocurría antaño. (...)
Algunos bancos han vuelto a vender este tipo de financiación
estructurada con características similares a los productos vistos antes
de la crisis. La demanda por parte de los inversores, principalmente
hedge fund, ha sido espectacular. No es baladí que tanto el Fondo
Monetario Internacional como el BCE hayan alertado ya de este fenómeno
de elevar el riesgo en cartera por parte de los inversores.
Santander, a través de Santander Holding USA, colocó a mediados de
marzo bonos garantizados por préstamos para la compra de coches
otorgados a clientes con dudosa solvencia. Es lo que se conoce en
Estados Unidos como auto loans subprime o préstamos de alto riesgo para
la compra de coches (ver información adjunta).
Santander captó 712
millones de dólares y hubo un fuerte apetito por el tramo de más riesgo
que, según cálculos de Moody's, podría provocar unas pérdidas de hasta
el 27%. Este tipo de estructuras recuerdan a las que se lanzaban con las
hipotecas subprime antes de 2008.
Goldman Sachs también ha sorprendido al mercado con un CDO sintético
que tampoco se veía desde 2008. Sin embargo, como estos activos tienen
tan mala reputación, puesto que forman parte del grupo de culpables que
desataron la tormenta financiera, el banco estadounidense ha decidido
cambiarle de nombre a bespoke tranche opportunity (tramo hecho a medida
que ofrece una oportunidad).
Pero lo cierto es que se trata del mismo tipo de activo: deuda que
cuenta con la garantía de un conjunto de derivados de crédito o
popularmente conocidos como credit default swaps que tanto dieron que
hablar en la crisis. Se estructura con diferentes tipos de riesgo a
gusto del consumidor, es decir, del inversor, en su mayoría, hedge fund.
Según estimaciones de BNP Paribas, recogidas por Bloomberg, el año
pasado se colocaron 20.000 millones de dólares en CDOs y se prevé un
repunte importante en 2015.
Pero también están aumentando las emisiones de conduits o vehículos
especiales de inversión que crean los bancos para comprar activos a
largo plazo con financiación a corto plazo. Credit Suisse lanzó su
primera transacción de este tipo desde 2008. Denominó al vehículo CSAIL
Commercial Mortgage Trust, 2015-C1 y ofrecía rentabilidades muy
tentadoras en un entorno de tipos en mínimos. La oferta de este último
tramo fue 11 veces sobresuscrita.
Por este motivo, surge la gran pregunta: ¿Las autoridades competentes
han puesto el remedio para evitar volver a cometer los mismo errores del
pasado? El profesor de IESE señala que la regulación que ha surgido de
la crisis "sirve para lo que sirve. Las entidades financieras pueden
crear nuevos conductos para saltarle las reglas, como ya hicieron en el
pasado". (...)
El término 'subprime auto loans' o préstamos de alto riesgo para la
adquisición de coches no es nuevo en Estados Unidos. Estos, junto con
las hipotecas 'subprime' que contribuyeron a que reventara el sistema
financiero en 2007, vivieron su momento más dulce durante la expansión
monetaria entre 2002 y 2004. Pero de nuevo están experimentando un
crecimiento importante. Independientemente del activo que se financie,
todo el 'subprime' tiene características similares.
Consiste en otorgar créditos con intereses elevados a clientes con un
historial crediticio malo, con lo que se aumenta la probabilidad de que
se produzca un impago. Según recoge Goldman Sachs en un informe
elaborado por el equipo de renta variable el pasado 6 de marzo, los
préstamos 'subprime' para la compra de coches en EEUU representaron un
récord del 21% del total de la financiación total otorgada para la
compra de coches en enero." ( D. Badía/G. Martínez Madrid, Expansión,12/04/2015)
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