"El conocido economista, el profesor
James K. Galbraith, de la Universidad de Texas (hijo del legendario John
Kenneth Galbraith), colaborador del Ministro de Finanzas del gobierno
Syriza, Yanis Varoufakis, y miembro de la delegación griega de las
negociaciones con el Eurogrupo sobre la continuación del préstamo al
gobierno griego, coloquialmente referido como “el segundo rescate”
(aprobado por el gobierno griego anterior), ha escrito un interesante
artículo en la revista Fortune de EEUU en el que explica cómo se
realizaron las negociaciones, desmantelando muchas de las sesgadas
críticas que se han hecho hacia el gobierno griego, muy presentes en la
totalidad de los grandes medios de comunicación españoles (incluyendo
los catalanes).
Lo que Galbraith muestra es lo enormemente desordenada
que es la estructura del poder en el sistema de gobierno de la Eurozona,
estructura enormemente jerárquica en la que es muy difícil de alcanzar
un consenso.(...)
4. Uno de los aspectos que Galbraith
recalca como dignas de subrayar es que Syriza ha tenido gran impacto en
la estructura de poder del establishment europeo, despertando una
concienciación dentro del mismo establishment de que algo tiene que
cambiar en el desarrollo y aplicación de las políticas de austeridad.
Incluso dentro del gobierno alemán, el vicecanciller alemán, el
socialdemócrata Sigmar Gabriel, mostró simpatía hacia las demandas del
gobierno griego, indicando que las propuestas de la Comisión deberían
haberse tenido en cuenta (lo cual fue inmediatamente desautorizado por
el Ministro de Finanzas alemán).
5. La parte que Galbraith apenas toca,
sin embargo, es el comportamiento de las delegaciones francesa e
italiana. Aunque mostraron en privado gran simpatía hacia las propuestas
de Syriza, en público no se atrevieron a enfrentarse a Alemania, en
parte porque comulgaban con gran número de tesis sostenidas por el
gobierno alemán.
Todos ellos creyeron en el dogma de que el elevado
desempleo se debía a la falta de flexibilidad del mercado laboral.
Y
también todos ellos creyeron en los méritos de la privatización (como
aparece en sus propias propuestas), sin estar de acuerdo con las tesis
de Syriza que la mayor causa del desempleo es la falta de demanda
doméstica (resultado del gran descenso de los salarios y de las rentas
del trabajo) y que las privatizaciones, aun cuando podían generar
recursos al venderse bienes públicos, estos eran muy inferiores a los
que se hubieran obtenido en otras circunstancias, debilitando a la vez
la libertad de acción del Estado.
6. Si que, en cambio, los gobiernos
francés e italiano (así como la Comisión y el Presidente del Parlamento
Europeo) simpatizaron con la demanda del gobierno griego que el
superávit primario (el superávit sin contar los pagos a los intereses de
la deuda) del Estado se dedicara a interrumpir los recortes de gasto
público en lugar de a pagar la deuda.
Esto fue una victoria mayor del
gobierno Syriza, y que el Ministro alemán aceptó tras gran resistencia.
Era un ejemplo que “dominio” no es lo mismo que “absoluto control”.
7. Los socialistas españoles (con
contadísimas excepciones, como Josep Borrell) se aliaron en sus posturas
con las críticas del PP y su establishment político mediático español,
temerosos, como también lo era el gobierno Rajoy, de que el éxito del
programa del gobierno Syriza pudiera mostrar que hay y había otras
alternativas a las propuestas tanto por el gobierno PP como por el
gobierno Zapatero.(...)"
(Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 19 de marzo de 2015, en vnavarro.org, 19/03/2015)
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