19.4.15

Syriza ha despertado la concienciación de que algo tiene que cambiar en las políticas de austeridad



"El conocido economista, el profesor James K. Galbraith, de la Universidad de Texas (hijo del legendario John Kenneth Galbraith), colaborador del Ministro de Finanzas del gobierno Syriza, Yanis Varoufakis, y miembro de la delegación griega de las negociaciones con el Eurogrupo sobre la continuación del préstamo al gobierno griego, coloquialmente referido como “el segundo rescate” (aprobado por el gobierno griego anterior), ha escrito un interesante artículo en la revista Fortune de EEUU en el que explica cómo se realizaron las negociaciones, desmantelando muchas de las sesgadas críticas que se han hecho hacia el gobierno griego, muy presentes en la totalidad de los grandes medios de comunicación españoles (incluyendo los catalanes). 

Lo que Galbraith muestra es lo enormemente desordenada que es la estructura del poder en el sistema de gobierno de la Eurozona, estructura enormemente jerárquica en la que es muy difícil de alcanzar un consenso.(...)

4. Uno de los aspectos que Galbraith recalca como dignas de subrayar es que Syriza ha tenido gran impacto en la estructura de poder del establishment europeo, despertando una concienciación dentro del mismo establishment de que algo tiene que cambiar en el desarrollo y aplicación de las políticas de austeridad. Incluso dentro del gobierno alemán, el vicecanciller alemán, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, mostró simpatía hacia las demandas del gobierno griego, indicando que las propuestas de la Comisión deberían haberse tenido en cuenta (lo cual fue inmediatamente desautorizado por el Ministro de Finanzas alemán). 

5. La parte que Galbraith apenas toca, sin embargo, es el comportamiento de las delegaciones francesa e italiana. Aunque mostraron en privado gran simpatía hacia las propuestas de Syriza, en público no se atrevieron a enfrentarse a Alemania, en parte porque comulgaban con gran número de tesis sostenidas por el gobierno alemán.

 Todos ellos creyeron en el dogma de que el elevado desempleo se debía a la falta de flexibilidad del mercado laboral. 

Y también todos ellos creyeron en los méritos de la privatización (como aparece en sus propias propuestas), sin estar de acuerdo con las tesis de Syriza que la mayor causa del desempleo es la falta de demanda doméstica (resultado del gran descenso de los salarios y de las rentas del trabajo) y que las privatizaciones, aun cuando podían generar recursos al venderse bienes públicos, estos eran muy inferiores a los que se hubieran obtenido en otras circunstancias, debilitando a la vez la libertad de acción del Estado.

6. Si que, en cambio, los gobiernos francés e italiano (así como la Comisión y el Presidente del Parlamento Europeo) simpatizaron con la demanda del gobierno griego que el superávit primario (el superávit sin contar los pagos a los intereses de la deuda) del Estado se dedicara a interrumpir los recortes de gasto público en lugar de a pagar la deuda.

 Esto fue una victoria mayor del gobierno Syriza, y que el Ministro alemán aceptó tras gran resistencia. Era un ejemplo que “dominio” no es lo mismo que “absoluto control”.

7. Los socialistas españoles (con contadísimas excepciones, como Josep Borrell) se aliaron en sus posturas con las críticas del PP y su establishment político mediático español, temerosos, como también lo era el gobierno Rajoy, de que el éxito del programa del gobierno Syriza pudiera mostrar que hay y había otras alternativas a las propuestas tanto por el gobierno PP como por el gobierno Zapatero.(...)"         
 (Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, 19 de marzo de 2015, en vnavarro.org, 19/03/2015)

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