29.5.15

Un euro-dracma para Grecia, y una euro-peseta para Barcelona. PODEMOS crear una moneda social para y por la gente. Es una oportunidad histórica de ser artífices del cambio de sistema financiero que se avecina

"En una entrevista privada con otros financieros internacionales y según una fuente anónima de Bloomberg, Wolfgang Schäuble, ministro de finanzas alemán, reconoce sin apoyar la posibilidad de creación de una moneda complementaria al euro en Grecia.

La idea no es nueva en absoluto y hay todo un movimiento de iniciativas activistas creando monedas complementarias en diversos lugares del mundo. El documental “Monedas de cambio” lo ilustra.

Los precedentes son muy alentadores (aunque lamentablemente ausentes de todo programa de estudios de ciencias económicas). En primer lugar, el WIR, una moneda paralela que pusieron en marcha un puñado de empresarios suizos en 1934 y que ha sido clave en la estabilidad de la economía real suiza, actuando de forma anticíclica desde entonces. En la actualidad más de 60.000 empresas suizas (una de cada cuatro) tienen cuenta en WIR.

En Brasil, las monedas complementarias han sido un factor tan importante para el desarrollo de zonas deprimidas que se ha convertido en el primer país del mundo cuyo banco central apoya las monedas complementarias sociales.

A raíz de la crisis del Euro, las propuestas han empezado a llegar cada vez desde más arriba. En 2012 un grupo de ecomistas en una reunión de la patronal de pymes alemanas emitieron una declaración en favor de la creación de monedas complementarias en los países en dificultades de la zona euro. Entre ellos estaba el ex-economista jefe del Deutsche Bank, Thomas Meyer, junto a promotores de monedas sociales como el Chiemgauer de Baviera.

En la misma línea, desde 2011 un grupo de promotores hemos estado presentando la propuesta del Proyecto Eurocat para crear una moneda complementaria catalana. El Eurocat es uno de los pilotos del proyecto D-cent, destinado a crear herramientas tecnológicas para el empoderamiento de la sociedad por medio de participación directa en decisiones políticas y de una moneda social con control social del crédito.

Recientemente, y ya en alusión directa a Grecia, han surgido diversas propuestas, como o la recientemente publicada en Alternativas económicas y escrito por un grupo de académicos franceses: ¿Y crear un euro-dracma?.

Lo más preocupante es que en un reciente artículo, el comentarista del Financial Times Wolfgang Münchau, también apoya una moneda complementaria o paralela en Grecia como modo de evitar la salida de Grecia del Euro. Y en el artículo de Bloomberg que cito al principio se puede leer que Goldman Sachs lo recomienda, clara señal de que tienen intención de hacerse con el negocio.

En un reciente foro de innovación en banca y finanzas se dijo la frase “Nadie tiene ni idea de qué aspecto va a tener el sector financiero dentro de 5 años”. Innovaciones como el Bitcoin, el auge de los préstamos P2P o la desaparición del efectivo en Dinamarca, están abocando al sector monetario y financiero a cambios dramáticos que estamos por ver.

¿Moneda paralela o moneda social?

Una moneda paralela o complementaria es una moneda que circula al margen de la moneda oficial, sin más. Pero hay un grado más allá, que es una moneda social. Las monedas sociales son aquellas en las que sus usuarios aceptan conscientemente sus reglas de funcionamiento y pueden participar en crear o modificar estas reglas. 

Es el tipo de monedas que los activistas estamos promocionando, por ejemplo desde el Instituto de la Moneda Social. La clave de una moneda complementaria ahora es que sea social, porque el hecho de que el sistema monetario y financiero covencional no funcione tiene que ver con el hecho de que su diseño es estructuralmente asocial e insostenible.

El domingo pasado por primera vez un partido político ganó unas elecciones con una propuesta de moneda social en su programa. Tras deliveraciones en el eje de Economía que elaboró su programa de forma colaborativa, Barcelona en Comú incorporaba esta medida. Tengo el honor de haber formado parte de ese proceso.

Es una oportunidad histórica de ser artífices del cambio de sistema monetario y financiero que se avecina. Pues que este cambio va a llegar es algo que cada vez está más claro, pero que la ciudadanía participe y el cambio no sea más de lo mismo, es responsabilidad de todos nosotros. 

 Está en nuestra mano: podemos dejar que los financieros habituales creen su moneda paralela en favor de suspropios intereses (no olvidemos que son los bancos quienes crean la mayor parte del dinero en circulación) o podemos participar en la construccion de una moneda social creada para y por la gente."              (Soberanía financiera, 27/05/2015)


Esto ya lo explicaron Juan José R. Calaza, Juan José Santamaría y Juan Güell: que muestran con gran claridad las ventajas de una europeseta electrónica.  

 En ellos se encuentra una definición exacta de la misma: “(…) unidad de cuenta, complementaria, cerrada, esto es, utilizable solo dentro del territorio español, que carecerá por tanto de convertibilidad exterior y sin circulación material, en billetes o monedas, que quedaría exclusivamente reservada al euro.

La europeseta, simultaneada con el euro si bien con menor porcentaje en la masa monetaria, será además de curso legal (con capacidad liberatoria) asignando a 1 europeseta el contravalor de 1 euro (en notación compacta 1:1). (…)”
Sus artículos:
·         Las europesetas electrónicas, complementarias al euro, estimularán el crédito sin efectos colaterales perversos. Enlace:  http://www.rebelion.org/noticia.php?id=165815

·         Para entender la europeseta electrónica. Qué es y, sobre todo, qué no es. Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2012/12/02/entender-europeseta-electronica/720458.html 
·         Para salir de la crisis sin salir del euro: España debe emitir europesetas (electrónicas). Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2011/11/27/salir-crisis-salir-euro-espana-debe-emitir-europesetas-electronicas/601154.html

Juan Torres también insiste en que es necesario emitir una moneda complementaria al euro. Sus artículos:

Pero se puede ir más allá; por ejemplo:

Si Grecia, España, o Andalucía emitiesen una moneda digital, respaldada por la energía solar instalada en sus tejados, alcanzarían la soberanía financiera. La de dar créditos a familias y empresas.

La emisión de una moneda digital ligada a la energía generada por placas solares,  por parte del Banco de España, o de  la Junta de Andalucía, o de una Asociación de Cooperativas de Consumo y Producción, o de las Cámaras de Comercio, nos permitiría crear empleo, sin endeudarse en euros, y alcanzar la soberanía financiera.

La de dar crédito a familias y empresas, escapando así del ‘credit crunch’ que ahoga el sur de Europa.

Una moneda es una cuestión de confianza. Según quién la emita, circulará o no. El problema para su aceptación es la solvencia. Si las instituciones que la respaldan no la tienen,  no  será aceptada. Es nuestro caso. Funcionará únicamente si un valor incuestionable la respalda. Y oro no tenemos.

Cuando Google lance su esperada moneda digital, no tendrá ningún problema. Será aceptada por su capacidad tecnológica. Si crease un banco, la gente depositará su dinero en él.

Cuando Amazon lance la suya, también será aceptada. O la NASA. Si Repsol, o las eléctricas, o las industrias del gas, las emitiesen, tendrían asegurado el éxito. 
El conocimiento o la energía, pueden respaldar cualquier moneda.
Nada que ver con una moneda emitida por un país desarbolado por la crisis económica. Si la emitiese España, nadie la usaría.
Pero si el Banco de España, una autonomía o una ciudad pusiese en valor la energía solar que nos baña, sería aceptada… por su capacidad para producir energía.

Si la Junta Andalucía emitiese una moneda digital normal no tendría efectos apreciables. Se trataría de otra de tantas monedas sociales, con un radio de acción local o simbólico.

Pero, si esa misma moneda estuviese respaldada por la generación de electricidad a partir de las placas solares instaladas en Extremadura o Andalucía, esa moneda electrónica sería aceptada en toda España.

Al fin y al cabo, al dólar lo que realmente lo respalda es el petróleo.

El respaldo de la energía solar nos permitiría darle credibilidad. Si necesitamos confianza, el combustible del futuro la tiene.  

Es el argumento que posibilitará su aceptación en el mercado interior español. Un respaldo real.

Nos evitaría el dilema de salir o permanecer en el euro. Permanecer es prolongar la austeridad,  es paro, es deuda impagable, es el camino al subdesarrollo. Salir del euro es el ‘corralito’.  
 
Pues ni lo uno ni lo otro.
 Una moneda digital respaldada por la energía solar con circulación restringida al mercado español (la europeseta digital solar, por ponerle un nombre), que complemente al euro, no que lo sustituya, solucionaría la financiación de empresas y familias.

No servirá para importar mercancías, ni para gastar en el extranjero. Para eso seguiremos usando el euro. Se utilizaría únicamente para la compra y venta de artículos nacionales.

Será el instrumento que nos saque de la crisis. Porque esta moneda electrónica digital sustentada por la energía solar nos permitiría  incrementar la demanda que necesitan las empresas para crear empleo.

Si  un banco público, o cooperativo, creado por la Junta de Extremadura o de Andalucía, generase crédito con las europesetas digitales (solares), financiarían sus economías, captarían más impuestos y necesitarían menos euros para hacer frente a la deuda y al gasto.

Cuando la moneda digital solar nos permita pagar a los funcionaros y a los proveedores, sin necesidad de aumentar la deuda en euros, la posición negociadora de la 'troika' se debelitará. Recuperaremos soberanía. 

El coste de una moneda electrónica es cero. El otorgamiento de créditos, pues, cercano a cero. (...)"         (leer artículo entero en: Comentarios de bombero, 28/06/2014)

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