"La
entrada en escenarios de recesión de países como Noruega, Canadá,
Brasil, Rusia y Finlandia debido al desplome de las commodities y
ciertos indicadores macroeconómicos recientes de países como China o
EEUU han alertado del riesgo de que el estancamiento económico se adueñe
de la economía mundial en el 2016 lo que aunado con una posible subida
de tipos de interés del dólar, hará que los inversionistas se distancien
de los activos de renta variable y que los bajistas se alcen con el
timón de la nave bursátil mundial, derivando en una psicosis vendedora
que terminará por desencadenar el estallido de la actual burbuja
bursátil. (...)
En
el escenario europeo, si la Deuda Pública y privada prosigan su vuelo
por la estratosfera, los salarios permanecen congelados o con
incrementos inferiores al IPC, el crédito bancario sigue sin fluir con
normalidad a unos tipos de interés reales a pymes, autónomos y
particulares y no se aprovecha la bajada del precio del petróleo y la
dilación en los plazos para reducir el déficit público de los países
para implementar medidas keynesianas de inversión en Obra Pública y
reducir el desempleo, la economías europeas se verán abocadas a un
peligroso cóctel explosivo,(el DDD), cuyos ingredientes sería una
deflación en los precios que impedirá a las empresas conseguir
beneficios y a los trabajadores incrementar sus sueldos así como a una
subida de las tasas de interés reales que agravarían los problemas de
sobreendeudamiento público y privado aunado con un desempleo rayando el
11%, lo que podría generar una década de estancamiento rememorando la
Década perdida de la economía japonesa.
Respecto a EEUU, la previsible subida de tipos de interés por la Fed
podría provocar un nuevo crash bursátil mundial pues el nivel suelo de
las Bolsas mundiales, (nivel en el que confluyen beneficios y
multiplicadores mínimos), se movería en la horquilla de los
11.000-12.000 en Mercados Bursátiles como el Dow Jones, a años luz de
los estratosféricos techos actuales.
Dicho estallido provocará la
consiguiente inanición financiera de las empresas y tendrá como efectos
benéficos el obligar a las compañías a redefinir estrategias, ajustar
estructuras, restaurar sus finanzas y restablecer su crédito ante el
mercado (como ocurrió en la crisis bursátil del 2000-2002) y como daños
colaterales la ruina de millones de pequeños inversores todavía
deslumbrados por las luces de la estratosfera, la inanición financiera
de las empresas y el consecuente efecto dominó en la declaración de
quiebras.
En cuanto a los países emergentes (BRICS, México, Corea de Sur y Tigres
asiáticos), sufrirán un severo estancamiento de sus economías, con la
entrada en recesión de países como Brasil y Rusia y raquíticos
crecimientos anuales del PIB (rozando el 4% en el caso de India y China)
tras un decenio espectacular con tasas de crecimiento superiores a los
dos dígitos), debido al desplome del precio del crudo y a la brutal
constricción de las exportaciones por la contracción del consumo mundial
, lo que conllevará la devaluación de sus monedas para incrementar sus
exportaciones así como una drástica reducción de sus Superávit que
acelerará la agudización de la fractura social, el incremento de la
inestabilidad social y un severo retroceso de sus incipientes libertades
democráticas. (...)
Respecto
a América Latina y el Caribe, la contracción de la demanda mundial de
materias estaría ya provocando el estrangulamiento de sus exportaciones y
la depreciación generalizada de sus monedas debido a la fortaleza del
dólar, lo que se traducirá en aumentos de los costes de producción,
pérdida de competitividad, tasas de inflación desbocadas e incrementos
espectaculares de la Deuda Exterior que podrían terminar dibujando un
escenario de estancamiento económico secular que obligará a una gran
parte de su población a vivir por debajo del umbral de la pobreza. (...)" (Germán Gorraiz López, Alainet, en Jaque al neoliberalismo, 03/09/2015)
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