9.10.15

Por un Impuesto a las Transacciones Financieras (Tasa Tobin) ambicioso y justo

"Los tiempos de crisis son los más propicios para realizar ajustes para paliar o corregir fallos en el sistema. El contexto actual, por lo tanto, es quizás el idóneo para implementar al fin y de la manera más ambiciosa posible el Impuesto sobre Transacciones Financieras (ITF). Así se demostraría, por un lado, la necesidad de poner más regulaciones al mercado financiero y, por otro, más autoridad por parte de los Gobiernos frente a los mercados. (...)

El impuesto, también conocido como Tasa Robin Hood, sigue siendo objeto de negociaciones en busca de su diseño final. El más ambicioso, y por el que apostamos algunos partidos y la sociedad civil, es el propuesto por la Comisión Europea en 2011, que consiste en aplicar un pequeño impuesto (0,1%) sobre la compra y venta de acciones y bonos, y otro (0,01%) sobre los productos derivados.  (...)

En un primer momento se aplicaría en los 11 países de la UE que están decididos a implementarla: Bélgica, Alemania, Estonia, Grecia, España, Francia, Italia, Austria, Portugal, Eslovenia y Eslovaquia, aunque lo ideal sería que con el tiempo se aplicase en el resto de países de la Unión. 

Y siempre se haría bajo los "principios de emisión y establecimiento": pagarán la tasa las entidades bancarias, gestores de fondos de alto riesgo y otras instituciones financieras (no los ciudadanos) que tengan domicilio fiscal en alguno de estos países y los productos que emitan en ellos.  (...)

El último ECOFIN de septiembre no ha servido para alcanzar un principio de acuerdo como se esperaba, debido al gran número de asuntos técnicos que quedan por resolver. Si bien sabemos que se han llegado a acuerdos sobre algunos temas importantes, la decisión final aún parece lejana. Hoy, 6 de octubre, habrá un nuevo ECOFIN donde los ministros de los 11 países se reunirán. 

Es otra gran ocasión para alcanzar un acuerdo ambicioso en cuanto al porcentaje del impuesto y el destino de los fondos y, sin embargo, parece que no habrá avances en este aspecto: ni siquiera está incluido en la agenda. Mientras no exista determinación para poner el impuesto en marcha, millones de euros se dejan de ingresar en los diferentes países que han de implementarlo, muchos de ellos castigados por la crisis y las medidas de austeridad.

El Impuesto a las Transacciones Financieras, pese a todo, no es la panacea: no va a acabar con ciertas prácticas negativas del mercado financiero ni ha de concebirse como la solución definitiva; acaso como un avance en el necesario control de este tipo de transacciones.

Y también, por supuesto, como una importantísima fuente de recaudación: se estima que Europa podría recaudar entre 30.000 y 35.000 millones de euros al año; 5.000 millones en España. Una suma de dinero importantísima que ayudaría a luchar de una manera decisiva contra las desigualdades sociales y el cambio climático."               ( / / /   , El País 6 OCT 2015)

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