3.12.15

Las nuevas clases medias que atraviesan la crisis sólo compran en rebajas y en mercadillos (consumo de bajo coste)

"(...) La ampliación de las rebajas es en buena parte consecuencia de la crisis económica y del empobrecimiento de las clases medias. 

La economía de mercado ha ido perfilando sus nuevos consumidores. Muchos productos y servicios ya no van dirigidos a aquella clase media de principios de siglo, orgullosa, influyente y con un poder adquisitivo creciente, sino que son fabricados o atendidos por empresas low cost.

Las clases medias que atraviesan la crisis han perdido progresivamente sus señas de identidad de grupo, ya que cada vez más representan a la mayor parte del cuerpo social, del que estarían excluidos por abajo los parados, los precarios y los "trabajadores pobres", y por arriba unas capas reducidas que se benefician de la riqueza generada por el patrimonio heredado, el conocimiento, o por haber sido los beneficiarios de la coyuntura. 

Esta clase media se caracteriza —y busca— por las rebajas y por el consumo de bajo coste: Ikea, Ryanair, Ahorra Más, Primark, HM, Zara... un universo en expansión de marcas y empresas planetarias low cost.

Los estudiosos Massimo Gaggi y Edoardo Narduzzi (El fin de la clase media y el nacimiento de la sociedad de bajo coste, Lengua de Trapo) hablan de cuatro segmentos sociales:

1) Una aristocracia muy patrimonializada (riqueza) y acaudalada (renta), capaz de asegurar consumos significativos de bienes de lujo.

2) Una pequeña élite de tecnócratas del conocimiento con rentas medias-altas y notable capacidad de consumo; raramente ascienden al Olimpo de los millonarios sino que, con más facilidad, pueden encontrarse "degradándose" en la masa.

3) Una sociedad masificada de rentas medias-bajas, a la que la industria de bajo coste y las rebajas garantizan el acceso a bienes y servicios en otro tiempo reservados a las clases más acomodadas. Son la denominada ryanair society, o sociedad de bajo coste: elementos de decoración diseñados por Philippe Starck pero a precios de Ikea, o cruceros en naves nodriza que parecen rascacielos flotantes.

4) Una clase precarizada y con escaso poder adquisitivo, que consume bienes de primera necesidad, sustituye el coche particular por el transporte público, y vive de servicios sociales esenciales cada vez más próximos a modelos del Tercer Mundo.

Las capas 3) y 4) echan a temblar cada vez que llegan nuevos gobernantes y oyen hablar de flexibilidad. Para aquellos, flexibilidad salarial significa siempre ajustar lo que ganan a la baja; la flexibilidad del empleo es aumentar la capacidad, fácilmente y con menores costes, de ser despedidos o de cambiar su nivel profesional, lo que significa una reducción de la seguridad y la protección al desempleo. Se han retraído las conquistas construidas desde la Segunda Guerra Mundial.

 La flexibilidad equivale a aumentar de modo sistemático la vulnerabilidad de los ciudadanos como precio a pagar, supuestamente necesario, para mantener la inversión y el empleo. Cada retroceso económico se atribuye a la falta de flexibilidad y a la tardanza en emprender una nueva "reforma estructural del mercado de trabajo".           ( , El País 30 NOV 2015)

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