"Había pensado otro título para este artículo: “El precariado de
nuestros hijos y nuestros nietos se cronifica”, pero este fenómeno se
está generalizando tanto que ya no distingue ni de géneros, ni de
edades, ni de territorios.
La banca ha sido, sin duda, la principal causante de las crisis
financiera y económica que condujeron a la Gran Recesión. Pero ha sido
la actuación de los gobiernos la que ha provocado el empobrecimiento de
una parte creciente de la población en los países golpeados por la
crisis.
En España, el Gobierno de Mariano Rajoy es el responsable del
abandono de los desempleados, recortando drásticamente los subsidios, y
de la cronificación del precariado en el que malviven el 30% de los ciudadanos.
El economista británico Guy Standing ha acuñado el concepto de precariado
para referirse a los nuevos trabajadores con empleos inestables, de
calidad inferior a la de su educación, salarios ínfimos, sin derechos
sociales, ni pensiones, ni vacaciones pagadas. España es un triste
ejemplo de esta realidad.
En los últimos años se han generalizado los
salarios de 300 o 400 euros por media jornada teórica, pero que en la
práctica es completa, en muchos casos. Muchos trabajadores viven
angustiados por el temor a incurrir en el más mínimo error profesional y
perder el puesto.
El cambio más sustancial que está sufriendo este país desde que
estalló la crisis en 2008 es el destrozo de las condiciones de vida y de
trabajo de la mayor parte de los trabajadores, especialmente los
jóvenes. Solamente en Grecia se ha producido un deterioro de los
derechos sociales más intenso.
La recuperación del crecimiento económico, la mejora de las
exportaciones y los éxitos cosechados con el turismo no han logrado
detener el empobrecimiento de una parte creciente de la sociedad.
El
deterioro social ha continuado en 2015. Es posible que el desempleo se
reduzca algunos puntos más en los próximos años, pero lo que va ser muy
difícil es recuperar los derechos perdidos. La fractura social se está
ampliando y consolidando. Esta es la auténtica herencia que deja Rajoy,
quien, a pesar de ello, quiere seguir gobernando. (...)
La categoría de trabajador pobre, el que recibe un salario tan bajo
que no le saca de la pobreza, no ha cesado de crecer. Entre 2006 y 2014,
los trabajadores pobres en España han pasado de representar el 10,1% en
2006 al 12,5% en 2014, tres puntos más que la media de la zona euro,
según Eurostat.
Este angustioso panorama que los ciudadanos pueden percibir
directamente en sus relaciones familiares y sociales ha sido ratificado
por varios estudios que han aparecido a principios de año. Social Justice in the EU,
dirigido por Daniel Schraad-Tischler, que cuenta con el soporte de
reconocidas fundaciones (Bertelsmann, DGI y SIM Europe), destaca en su
última edición de 2015 el empeoramiento progresivo en justicia social
desde 2008. (...)
El deterioro de las condiciones de vida de niños y jóvenes es tan
desmedido, que ya han aparecido voces que presentan a los pensionistas
como privilegiados y se les piden más sacrificios para repartir los
recursos a favor de colectivos más necesitados. Estas malintencionadas
sugerencias están en frontal contradicción con la realidad social de
este país. La solución de estos problemas no radica en una
redistribución de los recursos entre los pobres, sino entre éstos y los
que más tienen.
Oxfam Intermón ha publicado un estudio que refleja precisamente que
el aumento de la desigualdad se ha acelerado al concentrarse cada vez
más la riqueza en menos manos. Según esta organización, la riqueza de
las 20 personas más ricas de España es equivalente a la del 30% de la
población más pobre. Y la diferencia siguió aumentando en 2015, en que
los 20 españoles más ricos aumentaron su patrimonio en un 15%, mientras
que el 99% restante vio reducida su riqueza en otro 15%. (...)" (
Andreu Missé
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