19.2.16

No se espera la confluencia entre Podemos e IU

"(...) — ¿Cómo valora el recorrido, hasta ahora, de Podemos y los logros conseguidos?

— Creo que a Podemos hay que reconocerle que ha mejorado el panorama político de este país. Empezó como una apuesta de poca gente. Admiro la osadía que tuvieron esas personas que lo iniciaron, los movimientos sociales habíamos perdido mucha osadía y creo que otros partidos también. 

Desde la militancia en los movimientos sociales se interioriza que no se puede salir de pequeños núcleos. En IU había una aceptación de que lo único que se podía hacer era alcanzar algunos votos más para tirar algo más del PSOE y eso, en este contexto de crisis total, no era suficiente.

 Unas pocas personas se arriesgaron y se atrevieron a entrar en terrenos muy hostiles, exponiendo su cuerpo, con un coste personal enorme, y obteniendo unos resultados que nadie los preveíamos. Ha sido un proceso tan rápido que veo con preocupación cómo se han ido desarrollando algunos temas, creo que Podemos ha abandonado la toma de decisiones colectiva y ha moderado el discurso político. 

He ido a muchos círculos de Podemos a dar charlas y al principio me encontré con mucha gente ilusionada, dispuesta a poner su fuerza y su activismo para un proceso de transición, pero ahora ves a gente achicharrada porque se han producido fenómenos muy verticales en muchos casos, con lógicas orientadas a la eficacia, sin dinámicas horizontales, así como una moderación en el discurso… 

Ha sido un proceso vertiginoso, han tenido que conformar las candidaturas autonómicas, entrar en las negociaciones municipales, crear unas listas para las elecciones generales… Esa dificultad ha hecho que, en algunos casos, los procesos hayan sido antagónicos de los que se pretendía inicialmente.

— Usted dijo, recientemente, en un acto por el segundo aniversario de Podemos, que ni este partido ni IU eran las herramientas necesarias hoy. ¿Cómo ve a IU?

— Me sorprende que IU no acabe de ver por dónde tirar. Me parece que dentro de IU hay gente valiosísima, muy activista, muy bien formada, que se viene haciendo la crítica de si IU es un instrumento adecuado para este tiempo y de cómo cambiarlo. No entiendo, con lo que ha caído estos años, por qué no se acaba de cerrar este debate. 

Un movimiento político y social de izquierdas en este momento necesita una reflexión profunda, no sólo sobre la corrupción y las defensas sociales de la Educación y la Sanidad, que es algo importantísimo. 

Dentro de poco llegará otra remesa de recortes de la troika. Nos encontramos con un problema estructural para asegurar el mantenimiento de las pensiones, el sistema del trabajo no genera vidas dignas para la gente, estamos en una crisis económica galopante… Todo eso está ausente en una buena parte del debate de la izquierda. 

Es necesario repensar, ahora que se habla de la lógica de los comunes: cómo va a ser la vida, justa y equitativa, en un planeta parcialmente agotado, con un cambio climático en ciernes y un desequilibrio de poder y unas desigualdades brutales. Me da mucha pena que IU esté anclada y sea presa de unas estructuras de las que creo que no saben cómo librarse para repensar una cosa que no sea vieja y que sirva como instrumento hoy en día.

— Tras este intenso ciclo electoral, ¿se han vaciado las calles? ¿Se han diluído referentes de los movimientos sociales en las instituciones?

— Creo que objetivamente se ha vaciado la calle. No creo que los movimientos sociales se hayan diluido, están larvados y expectantes. Se ha volcado mucha gente a construir los cambios en las instituciones, en la dinámica de los partidos, aunque no se hayan incorporado a ellos. 

Han sido dos años seguidos de elecciones, de un proceso electoral pasábamos a otro y mucha gente de las mareas y de los movimientos sociales más clásicos están expectantes para ver qué es lo que pasa ahora. Quiero pensar que esté latente la movilización. Creo que han habido demasiadas esperanzas colocadas en las instituciones. 

Eso ha llevado a que se ha producido una simplificación en el análisis, si hace tres años hablábamos de un cambio en el sistema, de la necesidad de derrocar al capitalismo neoliberal como forma de organización económica, ahora se ha basado todo el debate en situarse en contra de la corrupción generalizada y en apostar por planes de rescate ciudadano, pero sin conectar eso con la necesidad de transformar el modelo productivo y la forma de organización económica. 

El capitalismo es una racionalidad, que está instalada en la institución, y cambiando a gente corrupta por gente que no lo es no derrocas esa racionalidad ni la sustituyes. Tengo la sensación de que el capitalismo ha salido intacto de este ciclo electoral. Durante la última campaña electoral no se habló de crisis estructural económica, ni de los recortes de la troika que están por llegar. Eso me preocupa. Quien llegue a la institución y pretenda hacer un cambio radical sólo de la institución, no va a cambiar nada. (...)

— Usted apostó por una confluencia en las municipales en Madrid, de la que surgió Ahora Madrid. ¿Qué balance hace de la gestión de Ahora Madrid en el Ayuntamiento?

— Creo que globalmente es positivo. La Concejalía de Hacienda está haciendo un gran trabajo en desvelar aspectos relacionados con la auditoría de la deuda, de la que falta aún la parte más participada. Los presupuestos han sido más sociales. 

Desde el punto de vista ecologista, hay que seguir presionando para que se cambien cosas, pero he notado una mejoría en políticas para la calidad del aire, en movilidad y transporte. 

El discurso de Javier Barbero sobre la ciudad de los cuidados me gusta, así como su disputa del concepto de seguridad: habla de la seguridad como forma de generar espacio para mejorar la calidad de vida de todas las personas.

 Soy más crítica con el tema de urbanismo, se ha llegado a plantear un tema contrario al programa de Ahora Madrid. Sí que me parece más decepcionante el tema de feminismos, se podría hace mucho más, sobre todo porque desde Ganemos Feminismos habían hecho un trabajo previo magnífico. 

Además, me consta que hay algunas técnicas del Ayuntamiento que son muy potentes en este tema. Con el tema de los titiriteros, se ha puesto sobre la mesa un elemento central como es el de la disputa de la hegemonía, es decir, el crear otros relatos, otras miradas, sobre la política.

 Hay que disputar algunos conceptos que se dan por universales y que desde la potencia de la institución se pueden cambiar y hacer que calen de otra manera en la sociedad. Hay que poner en valor conceptos como solidaridad, redistribución de la riqueza, igualdad, sostenibilidad… Ese trabajo se me queda muy corto, el de la disputa de la hegemonía. Me parece que se sigue un discurso más convencional y menos conectado con esa idea de cambio que podíamos tener al principio.  (...)"                  (Entrevista a Yayo Herrero, activista ecofeminista y militante de Ecologistas en Acción, Sato Días

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