18.2.16

Sanders, un socialdemócrata, puede ganar las elecciones en Estados Unidos... cousas veredes

"La cobertura de lo que está ocurriendo en las elecciones primarias para el cargo de Presidente de EEUU por parte de los mayores medios de información españoles es, con limitadísimas excepciones, muy sesgada, traduciendo la orientación conservadora y/o neoliberal que caracteriza a la gran mayoría de tales medios. (...)

Hoy, la noticia mayor que existe en EEUU es que un candidato a la Presidencia del país, que se presenta (sin tapujos y orgulloso de serlo) como socialista, y que pide una revolución política, utilizando esta expresión en cada uno de sus actos electorales, está causando un tsunami político semejante al que ha ocurrido en España con Podemos o con el candidato laborista británico, el Sr. Corbyn, en el Reino Unido. (...)

El surgimiento de este movimiento antiestablishment, liderado por Bernie Sanders, tiene características semejantes a lo que ha estado pasando en España y en Reino Unido, y responde a una situación común en los tres países: las clases populares están hartas del maridaje entre los intereses económicos y financieros de las grandes empresas que constituyen la clase corporativa (the corporate class) por un lado, y las instituciones representativas por el otro, que las han transformado en meros instrumentos de tal clase. (...)

La consecuencia de este maridaje entre el mundo del capital y las instituciones políticas es que las políticas aprobadas por el Congreso de EEUU (hoy controlado por la ultraderecha estadounidense, financiada masivamente por los elementos estadounidenses comparables al IBEX-35 de España), sistemáticamente favorecen sus intereses a costa de los del mundo del trabajo, que constituye la mayoría de las clases populares de EEUU.  (...)

Resultado de esta situación, la legitimidad y popularidad de las instituciones políticas están por los suelos. La enorme abstención en el proceso electoral de la población, (y muy en particular de las clases populares), es un indicador de esta pérdida de fe en ellas. El “no nos representan” del 15M tuvo una gran resonancia también en EEUU a través del movimiento Occupy Wall Street, inspirado, en parte, por el 15M español. 

De ahí que la llamada del candidato Bernie Sanders a una revolución política que rompa este maridaje entre la corporate class y las instituciones que se definen, sin serlo, como demócratas, son un elemento central de su mensaje. Su tesis, fácilmente sostenible, es que sin tal revolución política no se darán los cambios políticos que está proponiendo, que son, ni más ni menos, que propuestas características de la socialdemocracia  (...)

Entre las propuestas de Sanders, se encuentra la de romper con los grandes bancos, dividiéndolos en entidades más pequeñas que, además, devuelvan el rescate de fondos públicos que los salvó del colapso (con intereses incluidos) medidas todas ellas altamente populares. 

Tiene también en su programa, como medidas estrella, hacer una inversión masiva en obras públicas, facilitando la transición de las fuentes de energía, pasando de ser fósiles a renovables (proponiendo crear 13 millones de puestos de trabajo) y establecer una reforma sanitaria, para garantizar la universalidad del acceso al sistema sanitario (hoy, en EEUU, hay más muertes por falta de acceso a los servicios sanitarios, y no poder pagar las facturas médicas, que por Sida). 

Y el grado de cobertura sanitaria es muy insuficiente: el 45% de personas que se están muriendo (es decir, con enfermedades terminales) expresan preocupación de que no saben cómo ellos o sus familiares pagarán sus facturas médicas.

Otra propuesta muy popular del candidato Sanders es llevar a cabo las reformas que permitan el acceso a todos los niveles del sistema educativo (desde las escuelas de infancia a las universidades), a todos los niños y jóvenes independientemente de la clase social de sus padres, medida muy popular y necesaria pues, debido al enorme encarecimiento tanto de las escuelas de infancia como de las matrículas universitarias (tanto públicas como privadas), el acceso a tales centros por parte de las clases populares ha disminuido de una manera muy marcada. De ahí que el 80% de las personas de 18 a 30 años apoyaron a Sanders en las primarias de Iowa 

(...) según las principales encuestas (la última, Real Clear Politics Average), el candidato Sanders ganaría a Donald Trump y Ted Cruz -los dos candidatos republicanos con mayor apoyo electoral- con un margen de victoria sobre estos candidatos mayor que el sostenido por la otra candidata del Partido Demócrata, la Sra. Hillary Clinton, que cuenta con el claro apoyo del establishment del Partido Demócrata.   (...)

¿Podrían pagarse las propuestas de Sanders?

Este argumento se reitera constantemente, en cualquier país, por voces conservadoras y neoliberales, como objeción a medidas que requieran una expansión del gasto público social. Es interesante subrayar que nunca se hizo la pregunta, por parte de las mismas voces que señalan que no hay recursos para la expansión del gasto social, si el país tenía dinero para pagar el rescate de sus bancos. 

De haberse hecho ésta, se podría haber contestado ahora de la misma forma. Si el país tuvo dinero para rescatar a los bancos, también lo tenía para rescatar a la población (y la misma respuesta aplica a España).

Y en EEUU (y en España) los fondos existen. Y así lo muestra el candidato Sanders: reduciendo el gasto militar significativamente, prohibiendo las inversiones de las empresas (del organismo equivalente al IBEX-35) en los paraísos fiscales haciendo que paguen impuestos como todos los demás, y aumentado la carga fiscal de las grandes fortunas, entre otras medidas. 

Con ellos se generarían recursos más que suficientes para asumir tales gastos. La no existencia de estos fondos ahora se debe a causas políticas (el maridaje poder económico-poder político) no a causas económicas.

El grupo de economistas del candidato Sanders ha publicado cómo se pagarían cada una de las reformas que él propone. Por ejemplo, el programa de universalización de los servicios sanitarios (conocido como single payer) sustituiría la financiación privada del sistema sanitario estadounidense (que se basa en el pago de pólizas a los seguros privados, pólizas que alcanzan unos niveles prohibitivos para millones de personas y que determina que tengan muchas dificultades para poder recibir atención sanitaria) por una financiación pública, de manera que la ciudadanía, en lugar de pagar a las compañías de seguro privadas (que ofrecen una cobertura insuficiente), lo harían en una cantidad mucho menor a una agencia pública, que les garantizaría una cobertura sanitaria completa, tal como ocurre en Canadá (cuya popularidad del sistema sanitario es mucho mayor que la del sistema privado estadounidense). 

En realidad, los impuestos para la mayoría de la población no aumentarían, pues la expansión de los servicios públicos sería a base del aumento de los niveles impositivos de los billonarios, que hoy apenas pagan impuestos, y cambios en las prioridades del gasto público, transfiriendo fondos de las áreas militares hacia las sociales. (...)

¿Permitiría el establisment político-mediático que Sanders fuese Presidente?

Esta observación, procedente de grupos escépticos en las izquierdas, tiene mucho peso. Es una realidad que el establishment muestra enorme hostilidad a la candidatura de Sanders.

Hacerse esta pregunta lleva al centro del problema: la captación de las instituciones democráticas por los intereses económicos y financieros corrompen el significado de democracia. 

De ahí que la llamada a que cambien las instituciones políticas (y mediáticas) que Sanders define como Revolución Política sea la misma que la llamada a un nuevo orden económico, justo y solidario. Y este es el gran reto que hoy tienen tanto EEUU como España.

 Sin lugar a duda, estamos en un periodo histórico, en el que estamos viviendo el fin de una época con los albores de una nueva, de la cual no conocemos todavía su posible configuración. 

El enorme enfado de las clases populares puede canalizarse por fuerzas políticas profundamente reaccionarias (como Trump en EEUU) o profundamente democráticas (como Sanders). Ahora bien, el futuro a favor de las alternativas democráticas y progresistas dependerá de las movilizaciones populares que presionen para que ello ocurra. Así de claro."                     

(Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 8 de febrero de 2016, en www.vnavarro.org, 08/02/16)

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