28.4.16

Recesión global: signos de recaída... ¿Será este 2016 el año de la recesión? Estamos presenciando el final de un súper ciclo de endeudamiento y las consecuencias no serán agradables

"La crisis financiero-económica es como un organismo que respira, se mueve y se transforma cada día. Con esas mutaciones, las perspectivas que aguardan a la economía mundial también cambian constantemente. Las que comienzan a dibujarse para los próximos años no permiten hacer pronósticos positivos. ¿Será este 2016 el año de la recaída y de la recesión global?(...)

El Fondo identifica tres fuentes de tensión que han empeorado durante los últimos seis meses. La primera consiste en un riesgo macroeconómico de menor crecimiento, mayor incertidumbre y su efecto negativo sobre las expectativas sobre inversiones. (...) 

La segunda fuente de tensión proviene de la caída en los precios de las materias primas durante los últimos cuatro años.(...) 

La tercera causa de tensiones es la falta de credibilidad sobre las políticas macroeconómicas. El escepticismo sobre la efectividad de la política monetaria está alimentado por el hecho de que las posturas llamadas no convencionales (flexibilidad monetaria y tasas cero y hasta negativas de interés) no han tenido un efecto decisivo para sacar al mundo de la globalización neoliberal de los efectos de la hecatombe de 2008. 

El informe sobre estabilidad financiera concluye que las cosas podrían mejorar si los países avanzados resuelven los principales problemas heredados de la crisis. Uno de ellos es el de la situación de los bancos que enfrentan, entre otras cosas, una abultada cartera de préstamos y el exceso de capacidad instalada (es decir, hay demasiados bancos). 

En realidad, ese problema no fue generado por la crisis, sino que proviene de tiempo atrás y es más bien una causa de la crisis financiera.(...) 

Además de los problemas identificados por el Fondo se yerguen varios factores monumentales que podrían ser la principal causa de una nueva recesión global. Uno de ellos es el hecho de que los salarios siguen estancados en Estados Unidos y en Europa. 

Esto se acompaña de una contracción en la producción manufacturera en Estados Unidos (y un freno en las ganancias de las principales ramas de la industria manufacturera). El otro gran problema tiene que ver con el efecto de contagio que trae aparejada la caída en los precios de materias primas. Esta evolución desfavorable en esos precios tiene repercusiones importantes en el sector financiero debido a varios mecanismos de transmisión. 

Muchas de las industrias en el sector petrolero estadunidense a partir de la fractura hidráulica (fracking) están en bancarrota y sus fuentes de financiamiento recibirán un duro golpe. El desplante de Arabia Saudita en la reunión en Doha la semana pasada permite pronosticar una época larga de precios bajos para el crudo, lo que también va a empeorar la situación de ese sector en Estados Unidos y su impacto sobre un sector financiero que ya sufre un grado significativo de estrés.

 Hay que tomar en cuenta que el endeudamiento es lo que sigue explicando buena parte del poco crecimiento que ha experimentado la economía global. (...) 

Es decir, estamos presenciando el final de un súper ciclo de endeudamiento y las consecuencias no serán agradables. En síntesis, el conjunto de señales e indicadores apunta hacia una nueva recesión este año." (Alejandro Nadal, La Jornada, en Jaque al neoliberalismo, 21/04/16)

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