"Avanzado el mes de mayo, la lista más votada es la del Partido Popular
(27,8 % y 112 escaños), aunque sumando menos votos.
En concreto, de los
7,2 millones de electores que reunió este partido en las elecciones
generales del 20 de diciembre, conserva seis, transfiere a Ciudadanos
algo más de medio millón y se desmovilizan unos seiscientos mil, lo que
no compensa con ingresos significativos para saldar 6,6 millones de
votos en la actualidad; una cifra que se puede estirar hasta los 6,9
millones si son capaces de reincorporar a la mitad de sus desmovilizados
del 20D, lo que es difícil, pero no imposible.
El PP gana retrocediendo
en votos, en escaños y en posiciones relativas o votos válidos en casi
todas las circunscripciones.
Como el sistema es el Titanic desde las elecciones autonómicas
de Andalucía de marzo del 2015, la orquesta que toca sobre la cubierta,
que son los medios, omite el análisis y la información relativa al sorpasso de Podemos, sus confluencias e Izquierda Unida (24,5 % y 88 escaños) sobre el PSOE (20,3 % y 73 escaños). (...)
Nos conocemos bien y ya sabemos que si es sorpasso queda
escrito: los de Pablo Iglesias, Xavier Doménech, Beiras, Baldoví y el
joven Garzón superan en casi un millón de votos al PSOE, que es tercero
con algo menos de cinco millones de sufragios.
Los socialistas
transfieren en la actualidad más de cuatrocientos mil electores al
entorno de Podemos, pero se desmovilizan otros seiscientos mil, lo que
compensan en parte con abstencionistas del 20D y con otros votantes de
Podemos en transferencia inversa.
El PSOE obtuvo 11,3 millones de votos
en el año 2008, que fueron 7 millones en el 2011, para quedar reducidos a
5,5 millones el 20 de diciembre. Se les espera hacia los 4,8 millones
de votos, y si esto no es el Pasok, que venga Dios y lo vea.
Ciudadanos se las promete felices con 3,9 millones y 52 escaños. Esperan
más votos que los 3,5 millones que sumaron el 20D, pero no lo tendrán
nada fácil. Supieron construir una posición política sobre su conquista
electoral y representan la inteligencia de la que carecen el Partido
Popular y el PSOE para alcanzar acuerdos centrales. (...)
Asistimos al final del posfranquismo y no hay nada
que hacer, porque estamos para estudiarlo, unos se destruyen cada vez
que se expresan, mientras que los otros, hagan lo que hagan, progresan.
Se trata de la ruptura de la generación más joven con
lo que significan el Partido Socialista y el Partido Popular. Lo que
nos dice que, lejos de actuar como una segunda vuelta, las elecciones
del 26 de junio consolidarán la aritmética actual." (Jaime Miquel, La Voz de Galicia, 14/05/16)
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