"(...) El caso del PP entrará en los anales de la política: siendo uno de los
partidos más corruptos de Europa, sigue siendo una máquina de ganar
elecciones. No hay quien lo baje de los 7 millones de votos, gracias en
buena parte al peso del voto rural, a su inmensa red clientelar, a su
armada mediática subvencionada y a la sistemática manipulación de los
medios públicos.
Ahora habrá que ver si Rajoy declina o acepta la
presumible invitación del jefe del Estado para intentar formar gobierno,
y si logra reunir los apoyos suficientes para la investidura. Tiene
mejores números que hace unos meses, pero sería una pésima noticia para
el país que lo consiga. (...)
Los socialistas (...) comparecieron cuasi eufóricos en Ferraz para festejar el peor
resultado de la historia del partido.
Esta imagen paradójica fue una
metáfora de la jornada electoral y de la lucha fratricida que divide al
centro izquierda clásico de la nueva izquierda: Pedro Sánchez, perdedor
por tercera vez, dio por buena su victoria pírrica sobre Unidos Podemos,
aunque fuera a costa de entregarle 5 escaños al PP.
Con 5,4 millones de
votos, solo 120.000 menos que el 20D, el PSOE salva el orgullo y los
muebles, pero el formato marcadamente publicitario de su campaña y sus
feroces ataques a UP conforman un escenario de penuria intelectual y
cortedad de miras que resume tanto la decadencia de la socialdemocracia
como sus tendencias suicidas.
No resulta menor la frialdad que emana del resultado de Unidos
Podemos, tras la campaña tremendista, antigua, llena de canciones y de
guiños patrioteros y populistas (patria, pueblo y Quilapayún a troche y
moche) elegida por su líder, Pablo Iglesias, que en su último mitin
mostró la cara menos atractiva y más demagógica del ideario de Podemos. (...)
UP necesita una autocrítica profunda, y una urgente puesta al día de sus
ideas, proclamas y gestos setenteros, que a tantos mayores de 50 años
les producen desconfianza, cuando no directamente sonrojo y urticaria. (...)
El bipartidismo, que suma un 44% de los votos totales, no mejora su suma
global de apoyos, pero con el aguante de las viejas fuerzas regionales
mantiene su hegemonía sobre la llamada nueva política. Buena parte de
responsabilidad es del mal resultado de Ciudadanos, que cede 8 escaños
al PP respecto al 20D y se deja cerca de 400.000 votos en el camino. (...)
El absurdo paseo por Venezuela se ha revelado perjudicial, pero al fin y
al cabo C’s cumple el papel para el que fue aupado a la política
nacional por el sistema político, financiero y mediático: frenar a
Podemos, taponar el desgaste del bipartidismo y ayudarle a mantenerse en
el poder. Ahora, C’s sumaría con el PP 169 escaños. Pero Rivera sigue
manteniendo que jamás apoyará a Rajoy. Veremos. (...)
Se supone que esta vez todos los líderes, por la cuenta que les trae,
intentarán formar gobierno como sea. Una tercera visita a los colegios
electorales sería demasiado, incluso para un electorado tan paciente y
tolerante como el español.
En caso de nuevas elecciones, la abstención,
que gana de largo la cita electoral (en el censo de residentes internos
hubo un 30,1% de abstención, casi 10,4 millones de personas, a falta de
contar los más de 1,9 millones del censo exterior) podría devenir
fácilmente en frustración y desafección. (...)" (Editorial, CTXT, 27/06/16)
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