"Una vez más Podemos ha sido rehén del infantilismo y se ha creído las
encuestas. Sólo porque las encuestas decían lo que quería oír. Cosas de
juventud.
Como se ha medido con las expectativas, un resultado que es
objetivamente espectacular -71 diputados en la primera/segunda vez que
acude a las elecciones- siembra la idea de fracaso. Sin hacer valer que
tiene un grupo electoral potente para demostrar su capacidad de ser una
fuerza política alternativa.
El único que en un par de meses va a
demostrar que iba en serio en su lucha contra las políticas de ajuste.
Tras mucho repetir que cogían las encuestas con prudencia, al final las
han tomado como la palabra de Dios. Y la palabra de Dios, teñida de
miedo y de Brexit, ha rugido que más vale lo malo conocido que lo bueno
por conocer. (...)
No es que Unidos Podemos se haya equivocado. Es que hay un país real
que sigue rehén del pasado y deprime. Si algo permanece de la idea de
las dos Españas es que hay una que vive en el miedo y el egoísmo. Pero
como tienen hijos y nietos que sufren las políticas de ajuste, irán
dándose cuenta. Falta que vean la alternativa.
De momento, el PP ha
perdido la mayoría absoluta.
No anda lejos de la caspa el PSOE, que mide su resultado en virtud de
las supervivencias internas. Como ha evitado el sorpasso, anda feliz
como un niño con zapatos nuevos. Todos mirando a ver cómo quedan en la
pelea de dentro. (...)
En el enfado de la ciudadanía hay mucho de rabia contra los excesos del
sistema, no contra el sistema. Eso hace ser muy vocinglero y bramar
contra los gobernantes. Pero a la hora de la verdad, te das cuenta de
que no tienes demasiados argumentos contra los que pensabas que
desprecias y que tampoco tienes claro cuál es el modelo alternativo.
No
te los han dado o no has llegado a entenderlos. Terminas diciendo: son unos hijos de puta pero son nuestros hijos de puta. (...)
No basta hacer un discurso hueco, adornado con una labia simpar y
embellecido con el oropel de las televisiones si no planteas una
alternativa clara y, al tiempo, insistes en el problema que tienen los
partidos con los que confrontas. Como vengo insistiendo, si no das
herramientas para movilizar a tus votantes, tus votantes no se van a
movilizar. (...)
Les entusiasma la idea del catálogo, pero quieren ver cómo queda el
mueble montado. O verte con las herramientas en la mano –aunque sea
llave alen- apretando turcas. De nada sirve una campaña de sonrisas si
no estás con las víctimas.
Y si no le muestras los dientes a los
culpables concretos de los dolores concretos. Al miedo no lo vences
presentándote como un león enjaulado, sino ganando a la gente para tu
ejército.
El mito de las dos Españas solo ha servido para justificar el
autoritarismo de una minoría contra las mayorías.
Pero hoy es cierto que
hay una España mayor, socializada en el franquismo, rehén del miedo,
con una idea muy débil de lo que debe ser la ciudadanía (me da igual que
los políticos roben si a mí me va bien) y que se moviliza contra
cualquier cambio; y otra España emergente que espera -me temo que no
siempre de manera activa- una política que se parezca a ellos.
Esta
España más fresca se ha cansado del espectáculo estrictamente
parlamentario de los últimos meses -hasta las actividades de calle de
Podemos han sido parlamentarias-, de los debates desdentados, de la
falta del coraje que te cuenta que debes formar parte de una pelea dura
porque te estás jugando un país.
Y han desertado del voto mientras que
las personas mayores, con el miedo acrecentado con la salida del Reino
Unido de la Unión Europea, han vuelto a colgar en su salón el bordado
que dice “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”. (...)
Los medios siguen queriendo domesticar a Podemos. Y van a intentar
convertirlo en una muleta del PSOE. Lo de siempre. Por eso quieren decir
que Pablo Iglesias es responsable único de un resultado espectacular
que solamente es malo si se le mide con las expectativas de las
encuestas-trampa. Olvidan que toda la Ejecutiva apoyó la confluencia con
Izquierda Unida. Y que las bases apoyaron de manera contundente, con el
98%, esa confluencia. (...)
Los partidos políticos son instituciones cada vez más caducas, y en el
siglo XXI vamos a caminar hacia formaciones más “líquidas”. El futuro
del espacio antaño llamado izquierda va a ocuparlo una suerte de Frente Amplio
donde Podemos va a ser la nave nodriza pero solamente eso. De manera
que la confluencia con IU va caminando en la dirección correcta. Ahora
bien, esa nostalgia de IU por lo pretérito es excesiva.(...)
A Podemos le falta calle. Le falta movilización popular, identificarse
en los problemas sociales, estar con las protestas laborales, discutir
más con los sindicatos, con los estudiantes, con los dependientes, con
las mareas, con los autónomos, con los damnificados de las
multinacionales. A Podemos le hace falta menos ser brillante en la
televisión –ya lo es de sobra- y más ser útil para la gente en la calle.
Por eso mucha gente no ha entendido la firmeza a la hora de no ceder a
un gobierno de Rivera presidido por Sánchez. Aunque Sánchez mienta y
diga que iba a poner en marcha un gobierno de izquierdas. Porque hoy ya
estaría justificando los recortes con la excusa de los 8.000 millones
que esta misma mañana estaría reclamando Bruselas.
Si Podemos se
mimetiza con los demás partidos, va a ser medido como los demás
partidos. Y Podemos se ha mimetizado. En la tediosa discusión
parlamentaria para formar gobierno, en el tedioso debate a cuatro, en la
estricta presencia parlamentaria, en la falta de originalidad en la
organización interna. No se trata de ser izquierdistas sino de ser
originales. (...)
Los paniaguados del bipartidismo piden dimisiones porque saben que
Podemos es la única fuerza que va a hacer valer los intereses de la
mayoría. Y que saben que Pablo Iglesias es uno de los políticos con
mayor fuerza y preparación de la historia reciente de España. El PSOE va
a demostrar a partir de ahora que una cosa es predicar y otra dar
trigo.
La socialdemocracia europea piensa que el trabajo estable es una
reliquia del pasado, negocia el TTIP con los Estados Unidos y está de
acuerdo con las políticas de austeridad. Son los mismos que quieren
ejecutar a Jeremy Corbyn en Gran Bretaña porque les parece un radical y
que presenciaron alegres cómo azotaban a Grecia por ser rebelde.
En
cuanto el PSOE demuestra quien en verdad es –algo que siempre oculta en
las elecciones- aparecerá Unidos Podemos como la única fuerza que puede
representar los intereses de la mayoría. Sólo falta que haga un
ejercicio de madurez y, pasadas las elecciones, pase a hacer política en
serio. A partir de ahora, lo que le toca es crecer." (Juan Carlos Monedero, Público, 27/06/16)
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