12.7.16

Las repercusiones en la economía tecnológica del 'brexit' pueden beneficiar a Madrid y a Barcelona

"(...) Pero, ¿y en España que puede pasar? Se ha dicho mucho de las complicaciones y de las dificultades, pero en este punto que yo quiero introducir me aparecen más virtudes que desventajas. Las repercusiones en la economía tecnológica también pueden beneficiar a Madrid y a Barcelona especialmente.  

Algunas biotecnológicas que tienen sede en Reino Unido ya han comunicado que están pensando repartir su fuerza laboral entre el sur de Europa y/o Estados Unidos. Además admiten que esperan que los fondos norteamericanos de inversión biotecnológica se centren en premiar a las startups y corporaciones de este tipo que tengan un plan para ubicarse en territorios europeos estables

Aquí juega un gran papel la estabilidad que se logre en España y Catalunya lo antes posible. (...)

Desgraciadamente los deberes que tiene que hacer España son enormes y veremos si en paralelo podemos aprovechar una oportunidad de modular un nuevo modelo laboral, de crecimiento y más tecnológico.
Las opciones existen y el ‘brexit’ es una buena noticia para startups y empresas tecnológicas que están ubicadas fuera del Reino Unido y una tremenda oportunidad para las capitales más tech del continente.

 Es nuestro momento. Especialmente para Barcelona, Berlín, Goteborg, Dublín, Ámsterdam, Helsinki, Madrid y probablemente París.

He leído que la City tiene listo un plan de contingencia para evitar que se produzca una fuga Fintech. Lo dudo. Es cierto que Londres ha crecido en los últimos años para convertirse en un importante centro de nuevas empresas europeas Fintech, pero la dependencia del capital riesgo no les augura un buen espacio de desarrollo ahí

Si los inversores se enfrían ante las dificultades que va a significar todo el proceso de divorcio, éstos se animarán en invertir en aquellas que tengan un plan de salida razonable y serio.

No hay mal que por bien no venga. Estaría muy bien que sus señorías pactasen rápido o lo que quieran, la clase empresarial, los agentes más conocedores del sector startup y tecnológico y, en definitiva, todo el tejido industrial vinculado a las nuevas tecnología y quienes tienen capacidad de decisión, se pusieran manos a la obra para generar ese escenario de acogida y la hoja de ruta consiguiente

 Una fiscalidad favorable, un modelo de soporte, una facilidad de contratación, beneficios a la inversión externa y eliminación de toda fricción legislativa serían clave. Hay tiempo, poco, pero hay.

En mi caso, y a pesar de que me traslado a Barcelona en los próximos meses, trabajaré con el IDA en un programa que precisamente va a trabajar en este escaparate que atraiga inversión, talento, tejido y desarrollo. ¿En España nos vamos a quedar pensando que las cosas se hacen solas?

  La mayoría de casos que he conocido desde el pasado jueves de empresas que están en ronda de inversión en series avanzadas A o B dicen lo mismo: ‘se nos ha complicado seriamente nuestra viabilidad a corto y medio plazo. Estamos pensando en irnos pues nos lo aconsejan nuestros inversores. ¿A dónde?

El dinero es miedoso, quedó claro el viernes en las bolsas. El dinero inversor quiere las cosas tranquilas y claras. El venture capital seguirá disponible pero lo hará en empresas que estén en escenarios estables. Es una oportunidad única para modular un espacio atractivo en otros países. Es la gran oportunidad española, y si me apuras, ‘la gran oportunitat de Barcelona’.

Quedarán elementos que se verá cómo se aplican en el Reino Unido en los próximos meses como las leyes de privacidad que se deriven de la que la UE aplicará en 2018. Si el Reino Unido no se acoge a dicha nueva regulación puede que la UE bloquee el almacenamiento de información de los europeos en los centros y empresas digitales británicas lo que complicaría mucho todo. 

Esa irregularidad permite seguir viendo poco claro el futuro. Aunque al final lo dispongan, lo acepten, no lo sabremos en breve por lo que si nos damos prisa nos adelantaríamos a cualquier decisión si cabe.

Ellos se han querido ir. Es dramático pensar que las generaciones de mayor edad han decidido irse de Europa, el futuro fuera de Europa de las generaciones más jóvenes. Es terrible pensar que los ciudadanos con menos futuro físicamente hablando son los que han hipotecado definitivamente el de los que sí lo tienen. 

 Sin embargo la situación es la que es y en esto de los negocios y la socioeconomía no sirve lamentarse. Unos se van y otros seguimos. Aprovechemos la situación en lugar de quejarnos y lamentarnos del desastre que anuncian muchos.

No hubo ningún descubrimiento sin pasar por océanos violentos y está claro que cuanto más tarden los británicos en decidir si abrazan la legalidad europea o definen una propia muy distanciada de la nuestra, mayor será la oportunidad de ofrecer expectativas al sector tecnológico mundial ahora ubicado en Londres o que tenía pensado ir allí. Es nuestra oportunidad.

Obviamente esto no es fácil ni barato. Las acciones de las grandes corporaciones cayeron y seguirán cayendo aunque en menor medida durante algún tiempo hasta que empiecen a recuperarse al ver que no se acaba el mundo todavía. Tardará en equilibrarse todo pero lo hará. El 90% del sector tecnológico se opuso al ‘Brexit’ lo que evidencia que saben que no es una buena noticia.

 No lo es en términos de talento pues las barreras migratorias serán un problema, las barreras comerciales creará incertidumbre en el ‘hub’ logístico británico afectando a Amazon especialmente que tendrá que replantearse su estrategia europea totalmente, en la aplicación de la ley de datos o las de desarrollo de plataformas de economía colaborativa que quedan a expensas de normativas distintas.

En definitiva, tras hablar y tratar el tema en Londres el pasado viernes, en Dublín el sábado y hoy, que estoy en Belfast, ya he desayunado con ello, tengo la sensación que hay más oportunidades que accidentes. El problema es el de siempre, la hoja de ruta y las prioridades. 

Si nadie pone el acento en lo que puede ser bueno de todo esto para otros países nos seguiremos lamiendo las heridas analógicas y dejaremos pasar una oportunidad de acelerar el crecimiento de la economía del conocimiento en nuestros países.  (...)

Al revés de lo que escucho, Europa se irá adaptando a esa incertidumbre. Si cada país se pone en guardia y define una política conjunta y definida para adaptarse a una UE sin el Reino Unido los efectos serán menos duros de lo que se nos anuncia. 

En cambio, cuanto más tarden en irse y durante más tiempo los mercados, los inversores y los creadores no tengan claro como acaba el tema en el territorio británico, menos ganas de invertir y desarrollar. Ellos lo decidieron, es lo que hay.

Ahora nos toca, tras el susto, aprovechar que el portero se ha quedado con dos defensas y nosotros tenemos tres atacantes. No es fácil, pero es factible. Me niego a verlo medio vacío ni medio lleno, lo sigo viendo por llenar. Hemos pasado un etapa económica devastadora. No viene de otra, pero a ver si esta vez, la aprovechamos para construir algo mejor y no sólo para quejarnos."                (Marc Vidal, 27/06/16)

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