"(...) el Brexitpodría ser el temblor inicial que desencadene un tsunami de
referendos en Europa durante los próximos años. En toda Europa, hay 47
partidos políticos que hacen que la política vaya de cabeza. Se están
haciendo con el control de la agenda política, dándole forma según sus
intereses.
Y ganan poder en el proceso. En un tercio de los Estados
miembros de la UE, esos partidos forman parte de los gobiernos de
coalición, y su éxito ha impulsado a los partidos tradicionales a
adoptar algunas de sus posiciones. (...)
El arma favorita de estos partidos es el referéndum, ya que mediante
los referendos pueden obtener rápidamente apoyo popular para sus
pequeños temas. De acuerdo con el Consejo Europeo de Relaciones
Exteriores, hay 32 convocatorias solicitadas de referendos en 18 países
de la UE.
Algunos, como el Partido Popular Danés, quieren seguir el
ejemplo de Reino Unido y realizar una votación sobre la pertenencia a la
UE. Otros quieren escapar de la eurozona, o bloquear la Asociación
Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP) con Estados Unidos, o
restringir la movilidad laboral.
El esquema de reubicación de los
refugiados de la UE ha demostrado ser un tema particularmente divisor.
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha declarado que va a celebrar
una votación sobre las cuotas propuestas. Y, el partido de la oposición
polaca Kukiz’15 está recogiendo firmas para su propia consulta sobre el
tema.
Devolver el poder a las masas a través de la democracia
directa puede realmente ser la propuesta más revolucionaria que ofrecen
estos partidos. De hecho, refleja una comprensión de las frustraciones
que han impulsado una oleada mundial de protestas populares durante los
últimos años. Unas protestas que, en el mundo árabe, provocaron
auténticas revoluciones.
El mismo espíritu de protesta que condujo, por
ejemplo, a españoles, griegos, y neoyorquinos a salir a las calles —en
verdad con diferentes demandas— está alimentando el apoyo a estos nuevos
referendos y a los nuevos partidos que los provocan.
(...) para la UE, esta dinámica es exponencialmente más difícil; de hecho,
anula los cimientos de la Unión Europea. La UE es, al fin y al cabo, la
máxima expresión de la democracia representativa. Se trata de un
organismo ilustrado que se sustenta sobre valores liberales básicos,
tales como los derechos individuales, la protección de las minorías,y
una economía basada en el mercado.
Pero las capas de la representación
sobre las que se asienta la UE han creado la sensación de que una
especie de élite-sobre-la-élite es la que está al mando. Una élite que
está muy alejada de los ciudadanos comunes. (...)
Ahora que los euroescépticos se han salido con la suya en el Reino
Unido, la vetocracia se hará más fuerte que nunca. Las votaciones
directas sobre temas como las normas de comercio o la política de
inmigración destriparán la democracia representativa de Europa, de la
misma forma que las votaciones directas sobre pertenencia amenazan las
entrañas de la propia UE.
En una novela popular escrita por el premio
Nobel José Saramago, la península Ibérica se desprende de la parte
continental de Europa y se aleja flotando por el mar. Con un tsunami de
plebiscitos sobre al continente, esta puede llegar a ser una metáfora
profética." (Mark Leonard, El País, 30/06/16)
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