Pasemos a valorar los efectos económicos más notables de la continuidad del actual gobierno durante una nueva legislatura.
CORRUPCIÖN
Si algo muestran los numerosísimos casos
de corrupción que han aflorado es que no se trata de casos aislados. La
corrupción impregna la estructura del PP desde la cúpula hasta las
organizaciones de base, desde el gobierno central hasta los gobiernos
autonómicos y municipales.
Los investigadores de la Guardia Civil
han llegado a calificar al PP de una determinada autonomía como
organización criminal que utiliza la política para su actividad
delictiva.
Esto no se erradica con declaraciones de voluntad política.
Es más, estas declaraciones pueden ser un factor de aceleración de la
corrupción antes de que se pueda acabar con ella. Si la corrupción se
instala en una organización, si ha perdido la referencia de un sistema
de valores éticos, la única forma de erradicarla es desplazar a esta
organización de los centros de poder.
Pero el problema de la corrupción no
reside solo en las cantidades de dinero que se embolsan los que la
ejercen. Lo realmente grave son sus consecuencias sobre el conjunto de
la economía. La corrupción resta eficiencia al gasto público y
distorsiona el funcionamiento del sistema productivo.
No es exagerado
sostener que la corrupción ha jugado un papel relevante entre las causas
de la crisis en España. Se constata que se ha concentrado en un
porcentaje muy elevado en el sector de la construcción, sector que
experimentó un crecimiento desmesurado en los años anteriores a la
crisis debido a los altos márgenes de rentabilidad que ofrecía en
comparación con otros sectores productivos. Estos márgenes están
asociados a los contratos públicos, a las recalificaciones…..,
decisiones administrativas que pueden obtenerse mediante el pago
correspondiente. La mayor rentabilidad provocó el desplazamiento
desproporcionado de factores productivos hacia este sector,
caracterizado por su baja productividad, y también propició la afluencia
de crédito hacia esta actividad, hasta alcanzar un peso excesivo en los
balances del sistema bancario.
La crisis del sector de la construcción
impactó contundentemente sobre el empleo y arrastró a las instituciones
financieras y, con ellas, al conjunto de la economía.
DEVALUACIÓN SALARIAL
La reforma laboral ha impuesto,
deliberadamente, una reducción drástica de los salarios, centrada en los
niveles salariales inferiores.
El efecto inmediato es su impacto
negativo sobre la demanda efectiva interna y el argumento de que este
impacto viene contrarrestado por la mejora de la competitividad exterior
es difícil de mantener.
La competitividad en los mercados exteriores
depende esencialmente de otros factores: producto, innovación, redes
comerciales, etc. y la influencia de la devaluación salarial sobre estos
factores no es positiva, ya que viene asociada a la precariedad en el
empleo, que no promueve la inversión en formación, en especialización y
en introducción de innovaciones.
A un plazo más largo, lo grave de esta
regulación del mercado laboral es que anuncia una orientación del
sistema productivo basado en la baja productividad, lo que le hace más
vulnerable en un contexto global. (...)
PENSIONES
En su estrategia de comunicación el
gobierno en funciones incluye un argumento tan insostenible que raya en
el surrealismo: “el voto negativo de la izquierda a su investidura pone
en peligro el futuro de las pensiones”.
Las cifras son tan contundentes
que el argumento es un insulto a la inteligencia de los ciudadanos.
Cuando el PP asume el gobierno en 2011 hereda un fondo de pensiones de
la Seguridad Social que ascendía a 66.800 millones de Euros, en la
actualidad este fondo se evalúa en 24.200 millones de EUROS.
Una
reducción dramática que augura dificultades para pagar las pensiones en
solo dos años. Y es que la capacidad para hacer frente al pago de las
pensiones depende fundamentalmente de los ingresos de la Seguridad
Social y éstos de los salarios. La devaluación salarial ha erosionando
el futuro de las pensiones.
Todo indica que optará por reducir las pensiones, promoviendo de paso la constitución de fondos privados, por quienes tengan rentas suficientes para hacerlo, administrados por el sector bancario. Se matan varios pájaros de un tiro.
GASTO SOCIAL
La llamada “austeridad” se ha concretado
en la reducción de las partidas presupuestarias en que se sustenta el
Estado de Bienestar, sanidad, educación, subsidios a los desempleados,
etc. Además de provocar el sufrimiento de determinadas capas de la
población, sus efectos procíclicos han profundizado y alargado la
crisis.
Aunque ya nadie discute que sus consecuencias sobre la economía
han sido muy negativas, no hemos escuchado ninguna declaración del
actual gobierno reconociéndolo. No hay elementos que permitan predecir
su intención de revertir estas políticas. (...)" (Economistas frente a la crisis, 25/09/16)
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