"Los programadores
que crearon bitcóin se identifican con la ideología libertaria y sienten
una profunda desconfianza hacia los bancos centrales y las monedas
nacionales que estos emiten.
Sin
embargo, es precisamente en los bancos centrales donde se han aplicado
las medidas más ambiciosas para intentar aprovechar la tecnología que
introdujo bitcóin.
Los
funcionarios de los bancos centrales no desean que sus instituciones
tengan o utilicen bitcoines. Más bien, esperan aplicar el método
descentralizado de contabilidad que introdujo la empresa, conocido como
cadena de bloques o libro de contabilidad distribuido, para completar y
registrar operaciones en la economía real con más eficiencia, rapidez y
transparencia.
Los
bancos centrales que han actuado con más entusiasmo, entre los que se
cuentan el Banco de Inglaterra y el Banco Popular de China, desean
emitir sus monedas nacionales en algún tipo de libro de contabilidad
distribuido, nombre acuñado a partir del concepto de varias partes que
llevan registros de manera simultánea.
Las
cadenas de bloques permiten que varios usuarios manejen una hoja de
cálculo compartida que utiliza criptografía y los llamados mecanismos de
consenso, los cuales ofrecen un medio para convenir en la hora cuando
ocurre cada operación.
A
los bancos centrales les interesa esta tecnología porque les permitiría
rastrear cada libra o renminbi paso a paso a través del sistema
financiero en tiempo real, lo cual es imposible actualmente. El objetivo
es lograr que el sistema financiero sea más transparente, rápido,
eficiente y seguro.
Si
los bancos centrales lo consiguen, sería uno de los giros más
importantes e inesperados en la nueva tecnología: un invento que
pretendía destronar a los bancos centrales y hacer más difícil rastrear
el dinero podría terminar por fortalecer a esos bancos centrales y hacer
más fácil el rastreo del dinero.
El
Banco de Inglaterra ha compartido varios artículos de investigación
sobre el tema. Uno de ellos sugiere que los beneficios económicos de
emitir moneda digital a partir de un libro de contabilidad distribuido
podría significar un aumento de hasta tres por ciento en la producción
económica de un país, gracias a la eficiencia que podría ofrecer.
Un
gobernador adjunto del Banco Popular de China, Fan Yifei, escribió para
Bloomberg View que “las condiciones son propicias para las monedas
digitales, que pueden reducir los costos de operación, mejorar la
eficiencia y hacer posible una amplia gama de aplicaciones nuevas”.
Por
su parte, en un discurso dirigido el viernes, la gobernadora de la
Reserva Federal que supervisa las nuevas tecnologías, Lael Brainard,
declaró que esta tecnología podría transformar varios aspectos del
sistema financiero.
“Estamos
analizando con detenimiento la tecnología de libro de contabilidad
distribuido, o cadena de bloques, pues reconocemos que podría
representar el avance más significativo en muchos años en las áreas de
pagos, compensación y liquidación”, afirmó Brainard.
Sin
embargo, hasta los funcionarios más entusiasmados con estos
experimentos calculan que se requerirán varios años para que cualquier
banco central emita su propia moneda a través de un libro de
contabilidad distribuido en directo. (...)
Los grandes bancos
que regula la Reserva Federal la han obligado a actuar, pues muchos de
ellos están haciendo experimentos con libros de contabilidad
distribuidos como medio para liquidar operaciones comerciales, y
registrar datos y transacciones. La semana pasada, JPMorgan Chase
aseveró que lanzar al público este año su cadena de bloques “para
empresas”.
La
mayoría de las instituciones financieras y bancos centrales consideran
libros de contabilidad distribuidos que se mantendrían en las
computadoras de los principales actores del sistema financiero, incluido
el banco central y las instituciones financieras de mayor talla.
En
los modelos que se encuentran en discusión, cada usuario se comunica
con los demás en cuanto se mueve dinero en el sistema, lo que permite
que todos actualicen los libros en sus sistemas computacionales de
manera simultánea. Así existirían múltiples respaldos en caso de que el
banco central sufriera un ataque. En teoría, también permitiría
completar operaciones mucho más rápido y sería más fácil detectar
acciones delictivas." (Nathaniel Popper , The New York Times.es, en Rebelión, 18/10/16)
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