"(...) Fue como si nos colocasen un espejo delante de la cara y nos dijese
el espejo: ¿Por qué nosotros no? Hay varios elementos que nos permiten
acercarnos a una reflexión positiva.
En Portugal lograron un acuerdo para un Gobierno y un programa de
medidas de urgencia social, con menor fuerza parlamentaria y electoral
que en España a la altura del 20-D. ¿Qué hicieron allí y no aquí? ¿Y qué
errores u opciones políticas se tomaron en España que impidieron una
salida a la portuguesa, que no dudo que nos tendrían a todos más
felices?
La primera cuestión es que en Portugal, en palabras de Gusmão: “El
PS tuvo una voluntad de buscar un acuerdo a su izquierda fue capaz de
romper el llamado arco de la gobernabilidad (PSD, CDS y PSP)”. Es
decir, Antonio Costa y el PS hicieron un giro estratégico que el PSOE no
hizo ni quiso hacer, metiéndose en el callejón sin salida del acuerdo
con Ciudadanos.
En Portugal el PS avanzó hacia un acuerdo que fue una
sorpresa para mucha gente. En España había muchas más condiciones para
haberlo hecho, pero el acuerdo del Comité Federal de diciembre y la
tibieza de Pedro Sánchez lo impidieron. Durante 72 horas a la vuelta de
su encuentro con Antonio Costa, el ex secretario del PSOE habló de un
pacto a la portuguesa, pero llamado a capítulo por los poderes
“facticos” retrocedió y se metió en el canal de su propio suicidio.
Tampoco Podemos y las confluencias trabajaron claramente en este
sentido, desde el principio se situaron en la discusión sobre el
Gobierno conjunto (recordemos los ministros de Iglesias) y
arrinconaron el pacto de investidura con programa de emergencia social,
que era una salida posible pero sobre la que nunca se trabajó
mínimamente en serio.
El segundo tema fundamental. ¿Cuál fue la base del acuerdo?, también nos lo contesta Gusmão: “Otra
de las claves del acuerdo fue que todos los partidos de izquierdas
fueron muy solidarios y además fijamos unos objetivos muy concretos de
mejora de la calidad de vida de gente y pusimos el foco en la devolución
de renta a la población y en la devolución de derechos”. ¿Era tan
difícil hacerlo aquí?
Era evidente que aquí existía una base de acuerdo
en la misma línea muy clara, aún más pocos días antes de que las nuevas
elecciones fuesen inevitables, un grupo de militantes socialistas y de
Podemos señalaron 17 puntos de acuerdo después de cruzar los programas
de ambas formaciones que hacían posible un pacto. Sin embargo, lo que no
apareció fue la voluntad política de hacerlo que en Portugal se
manifestó claramente.
Continúa Gusmão sobre la forma de negociar: “Podíamos
haber situados otros objetivos, también importantes para nosotros, como
el rechazo del acuerdo presupuestario con la UE o la restructuración de
la deuda pública, pero eso hubiese hecho imposible el acuerdo y tanto
el Bloco como el PCP aceptamos negociar a partir de las propuestas del
programa del PS”.
El eje de la negociación y tenía un claro
objetivo político: impedir un nuevo gobierno austeritario de la derecha
portuguesa y un claro objetivo social: restaurar derechos y rentas a la
mayoría de la población. Nunca vimos aquí tal claridad de ambos
objetivos y además aquí ha sido más grave porque se tenían más fuerza
frente a la derecha y también la relación de fuerzas dentro de la
izquierda era más favorable a los sectores que querían profundizar el
cambio.
Tercera cuestión, a pesar de las enormes dificultades, a pesar de ser
un país pequeño en la Unión Europea, a pesar de estar aislado por la
derrota griega y el fiasco español. El gobierno portugués ha demostrado
con hechos que otro camino era posible.
Frente a las maniobras y
presiones de la derecha, desde el presidente de la República, a los
partidos, los empresarios y los funcionarios de la UE, se ha mostrado de
forma concreta que no ha habido desastre y se han logrado mejoras:
incremento del salario mínimo, actualización automática de las
pensiones, recuperación de la jornada de 35 horas para los funcionarios,
reversión de la privatización de TAP y de las concesiones de transporte
colectivo en las ciudades, el fin de los acuerdos con los colegios
privados donde haya una escuela pública, un nuevo impuesto para las
fortunas inmobiliarias, la ampliación de derecho al aborto, la
posibilidad de que las parejas gais puedan realizar adopciones…
Todo
ello en menos de un año de gobierno, medidas que el acuerdo a tres ha
permitido ir más allá del programa del PS.
La cuarta cuestión que situó Jose Gusmão fue la necesidad de que la
movilización social vuelva al primera plano. La acción de gobierno en
frío llega hasta donde llega, sólo si de nuevo la ciudadanía toma
protagonismo, este gobierno podrá ir más allá. (...)" (Enrique del Olmo, militante socialista, Público, 27/11/16)
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