1.12.16

"El momento María Antonieta"... el 'Financial Times', el diario de las élites, las ataca por haber hecho caso de sus consejos editoriales

"Debería ser un momento de cambio de rumbo en la UE. El aumento en popularidad y voto de los partidos populistas, las tensiones económicas, las dudas sobre el euro y demás elementos de nuestra actualidad parecen obligar a un giro en las políticas que se siguen si se quiere tener una UE fuerte (o, si apuramos, si se desea que no se rompa). Sin embargo, nada apunta a ello.

La capacidad de autocorrección del sistema, algo indispensable en cualquier régimen político y económico para su supervivencia, parece estar bajo mínimos, tal y como apunta un expresivo artículo publicado en 'Financial Times', de título “El momento María Antonieta de las élites”. 

La ceguera de quienes toman las decisiones, que acaba instigando aquello de lo que querían defenderse, no ha sido infrecuente a lo largo de la historia. Y hoy, subraya Wolfgang Münchau, su autor, estamos en uno de esos instantes. 

Hasta la fecha, las democracias occidentales habían sabido canalizar el descontento y lidiar con sus contradicciones sin necesidad de cambiar de rumbo. Hoy no es así: el crecimiento de los populismos, que han conseguido dar sentido a los sentimientos y aspiraciones sociales de buena parte de las poblaciones europeas, así como su impulso 'antiestablishment', apunta claramente a que el escenario ha cambiado. El Brexit y Trump son buenos ejemplos. 

Europa es una tecnocracia, basada en las prescripciones de los macroeconomistas, cuyas directrices están provocando notables tensiones. Ocurre entre países, ya que el Estado que sale ganando con la dirección de la actual UE es Alemania, mientras que los perjudicados somos los países del sur, y cada vez más. Grecia no va a levantar cabeza, los bancos italianos seguirán sometidos a mucha presión porque no se confía en ellos, probablemente con razón, la deuda española sigue aumentando, con el coste para el futuro inmediato que se deriva de ello, y Francia está siendo instigada para que se someta a reformas cada vez más profundas.

 Es evidente que Le Pen o Beppe Grillo se apoyan en este contexto. Pero, al mismo tiempo, los países más ricos también se ven amenazados en su nivel de vida: los efectos de esta transformación liderada por los expertos económicos generan problemas entre sus poblaciones, en especial entre las clases medias y las populares, lo cual abona el terreno para nuevas formaciones políticas.

En un entorno en el que hay menos empleo, salarios más bajos, menos prestaciones sociales y una perspectiva de futuro mucho más débil, ha crecido una forma de entender la sociedad que se apoya en dos ideas clave: “Nuestro país, para sus nacionales” y “Europa nos perjudica”.

 En sus distintas formas, este núcleo ideológico, al que se suma la recuperación de un pasado económicamente mejor y un futuro nacional al que se pueda mirar con orgullo, está reorientando la política europea.

 Este es el telón de fondo en el que se desenvuelve nuestro continente, y esta es la clase de sentimientos y aspiraciones a los que las élites políticas y económicas no están sabiendo dar salida. En gran medida, porque sus formas de reaccionar resultan sorprendentemente torpes. (...)

Como recuerda Wolfgang Munchau en su artículo, lo lógico sería “dejar de insultar a los votantes, resolver los problemas de un sector financiero fuera de control, los flujos incontrolados de personas y capitales y la distribución desigual de los ingresos”. No es así, por lo que “ocho años después, todavía hay inversores que están apostando por un colapso de la zona euro”.

 Del mismo modo que Renzi ha aprovechado su capital político para consolidar su poder en lugar de arreglar Italia, Merkel ha optado por hacer lo mismo con la influencia de Alemania sobre sus socios, lo cual genera múltiples crisis en la zona euro. Las élites, en lugar de resolver los problemas que alimentan el extremismo, han decidido encender más fuegos. (...)"               (Esteban Hernández, El Confidencial, 30/11/16)

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