"Si los inversionistas privados no logran salir al rescate del italiano Banca Monte dei Paschi di Siena SpA, la Unión Europea entrará en terra ignota.
A
principios de año se activó un nuevo sistema europeo para lidiar con
los bancos fallidos, pero hasta la fecha no se ha puesto a prueba. Monte
dei Paschi, el tercer mayor banco italiano, necesita captar 5.000
millones de euros en capital, por lo que podría inaugurar el nuevo
sistema.
¿Por qué simplemente no se deja que Italia rescate a
Monte dei Paschi? Si lo hiciera, quebrantaría la legislación de la Unión
Europea. La Comisión Europea podría llevar a Italia ante el Tribunal
Europeo de Justicia, que podría ordenar al país devolver la ayuda
estatal que hubiera dado al banco.
Según las nuevas normas, con las que
se pretende impedir que los gobiernos utilicen dinero de los
contribuyentes para ayudar a bancos con problemas, las entidades deben
imponer primero pérdidas a un conjunto de bonistas y sólo después puede
inyectarse dinero público en ellos.
¿Y por qué no hace eso
Italia? Una gran parte de la deuda junior que se cancelaría está en
manos de particulares italianos. Monte dei Paschi vendió cerca de 2.100
millones de euros en deuda junior a sus clientes como productos de
ahorro. Dejarles sin nada se considera políticamente inaceptable. Las
normas de la UE establecen que el 8% del pasivo debe cancelarse antes de
poder inyectar dinero de los contribuyentes en un banco, lo cual son
muchos ahorros perdidos.
¿Hay algún modo de solucionar esto?
Depende de lo estrictamente que las autoridades europeas quieran
interpretar sus normas. La directiva de la UE que resume las reglas de
desmantelamiento de bancos tiene una laguna: un banco puede
recapitalizarse con fondos estatales si suspende una prueba de solvencia
de su balance.
Sólo se puede recurrir a este proceso, llamado
“recapitalización preventiva”, si el banco aún no ha quebrado. Los
fondos sólo están disponibles temporalmente y los bonistas deben aceptar
igualmente una quita. Justificar esta medida podría ser complicado, ya
que la última prueba de solvencia de Monte dei Paschi se remonta a mayo.
¿Se
pueden salvar los bonistas junior? Evitar dejar sin blanca a los
bonistas junior exige otro salto y echar mano de unas vagas normas de la
UE publicadas en 2013 que establecen que, en circunstancias
excepcionales, los bancos rescatados pueden abstenerse de recurrir a los
tenedores de deuda si eso pusiera en riesgo la estabilidad financiera
del país.
Otra opción sería compensar a los bonistas junior hasta
una cierta cantidad si se les quitan sus ahorros, lo cual exigiría
demostrar que se les vendieron indebidamente las titulizaciones.
Opcionalmente,
un nuevo Gobierno italiano podría argumentar que las normas de
recapitalización interna de la UE son incompatibles con derechos
fundamentales como el de protección de los ahorros que se mencionan en
la Constitución italiana, con lo que se cuestionaría legalmente su
aplicación a los bancos del país; pero esto podría también ser
problemático y requeriría mucha voluntad política.
¿Quién se
encarga de desmantelar Monte dei Paschi? En caso de que se considere que
Monte dei Paschi va a quebrar o es probable que lo haga, se supone que
el Consejo de Resolución Única de la UE es quien debe supervisar el
proceso de recapitalización interna. Esta agencia funciona desde enero
de 2015, pero aún no ha tenido que lidiar con la quiebra de un banco. (...)
¿Entonces qué podría pasar? Las autoridades de la UE podrían verse en
una posición complicada. Si se muestran duras con Monte dei Paschi y
entran en conflicto con los particulares italianos que ven evaporarse
sus ahorros, alimentarán aún más el sentimiento de que la UE es una
institución autoritaria y distante. Pero si se muestran demasiado
blandas, habrán creado un mal precedente.
La idea es que el nuevo
sistema demuestre que no se puede recurrir a los contribuyentes para
salvar a los bancos fallidos. La mayoría de observadores del sector y
banqueros esperan algún tipo de compromiso poco claro, que inflija algo
de daño a los bonistas y compense en cierta medida a los inversionistas
minoristas.
“Al final, todo es cuestión de un acuerdo político
entre el Gobierno italiano, la Comisión Europea y los otros socios de la
UE”, señala el parlamentario europeo Marco Valli." (Julia-Ambra Verlaine y Max Colchester , The Wall Street Journal, en Rebelión, 12/12/16)
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