"(...) La crisis del 2008 puso sobre la mesa que la globalización
económica comandada por las finanzas (el euro formaba parte de ese
proceso) había alcanzado sus límites sostenibles. Tras desdibujar a las
sociedades y desarmar a los estados, libre de control, acabó llevando la
nave contra las rocas.
Vino la rebelión. Y, ahora, la llegada de Trump
es el certificado reaccionario oficial de su entierro político. El
segundo orden mundial made in USA –el primero fue el keynesiano de 1945
hasta el fin de la convertibilidad del dólar en oro– está en reversión. (...)
Por eso, Trump anuncia que el impulso a la industria
militar, que tan jugosos pedidos genera a las empresas estadounidenses,
deberán pagarlo los aliados, tratados como tributarios. En el caso de
Europa, a la que siempre se le reprocha poca predisposición, eso
significa más presión sobre los presupuestos públicos, con discursos a
favor de la modernización de los ejércitos y la compra de nuevas y más
avanzadas armas.
Las amenazas de imponer aranceles a las importaciones
tienen idéntica intención. Cuenta con aliados poderosos entre sectores
tradicionalmente proteccionistas, como el acero, automóvil, textil y
agricultura. También con parte de los sindicatos; algunos de sus
afiliados ya se han echado en brazos de Trump.
Si la amenaza acaba convirtiéndose en realidad, Trump
deberá hacer frente a las quejas de la aplastante mayoría de las
multinacionales norteamericanas, que han convertido el mundo en una
serpenteante cadena de montaje de sus productos, comenzando por Apple y
acabando con Wal-Mart.
El debate entre proteccionistas y globalizadores,
con Wall Street del lado de los segundos, así como Europa, marcará el
mandato de Trump desde el primer día. Incluso puede ser la causa de la
primera crisis de gabinete si no se adelanta algún incidente diplomático
o militar. Más lío para la Unión Europea, pues la doctrina oficial de
la eurozona establece que la salida de la crisis pasa por vender antes
que consumir, exportar y no importar.
No debería ser una herejía admitir
que la negativa reiterada de Alemania a seguir los llamamientos de la
Administración Obama a impulsar la demanda interna en la eurozona y
abandonar la austeridad alimenta algunas de las andanadas de Trump a
Europa y a la canciller Angela Merkel. En especial, la de que la Unión
Europea es un juguete en manos de Alemania. (...)
La segunda premisa se desprende de la primera. Trump, y con
él una parte significativa de la élite de la que forma parte pese a su
pose pública, piensa que la amenaza más relevante para la hegemonía de
EE.UU., geoestratégica y económica, es China. En consecuencia, y una vez
reconocida su creciente dificultad para actuar en demasiados frentes,
Trump prioriza el entendimiento con la Rusia de Vladímir Putin en aras
de tener las manos, y los bolsillos, más libres en Oriente.
Para Europa, esta opción supone un gran cuestionamiento de
sus equilibrios. Especialmente para Alemania, que puede revivir la
pesadilla bismarckiana. Otra vez al descubierto en el flanco este, la
zona que ha convertido en su gran cadena de suministro industrial
durante los años del euro, y sin aliados anglosajones, tras el Brexit
británico y la llegada de Trump a la Casa Blanca. Los síntomas de
tormenta se agrupan de nuevo sobre la Unión Europea y el euro.
Tal vez
no sea casualidad que el presidente del banco ING, Ralph Hamers, entre
otros, dijera ayer desde Davos al Financial Times que estaba reduciendo
los créditos entre países de la eurozona por si alguno rompía con el
euro." (Manuel Pérez, La Vanguardia, 22/01/17)
Alternativa a la salida del euro: europeseta electrónica de circulación interna
Existe una descripción con mucho humor, de economía-ficción,
sobre los beneficiosos efectos que se producirían si en Italia, el gobierno
impusiera una moneda digital (allá por el 2020), para salir de la quiebra
económica y política a la que la permanencia en el euro habría llevado al país. El objetivo se conseguiría rápidamente.
Los únicos perjudicados, los
especuladores de la deuda. Ver: J. D. Alt: ‘Europa,
2020: una ucronía iluminadora’. http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5467 )
Los artículos de Juan José R. Calaza (Juan José Santamaría y Juan Güell) muestran con
gran claridad las ventajas de una europeseta electrónica de circulación interna:
Para entender la europeseta electrónica. Qué es y, sobre todo, qué no es. Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2012/12/02/entender-europeseta-electronica/720458.html
Para salir de la crisis sin salir del euro: España
debe emitir europesetas (electrónicas). Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2011/11/27/salir-crisis-salir-euro-espana-debe-emitir-europesetas-electronicas/601154.html
Las europesetas electrónicas, complementarias al euro, estimularán el crédito sin efectos colaterales perversos. Enlace: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=165815
Juan Torres insiste en que es necesario emitir una moneda complementaria al euro. Sus artículos:
Marear la perdiz. Enlace: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/02/08/andalucia/1360327224_588117.html
Hay alternativas, incluso dentro del euro.
Enlace: http://juantorreslopez.com/publicaciones/hay-alternativas-incluso-dentro-del-euro/
Más información en: 'Si Grecia, España, o
Andalucía emitiesen una moneda digital, respaldada por la energía solar
instalada en sus tejados, alcanzarían la soberanía financiera. La de dar
créditos a familias y empresas': http://comentariosdebombero.blogspot.com.es/2014/06/si-una-autonomia-o-una-gran-ciudad.html
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