"La Guardia Civilintervino en el despacho del ex tesorero de Convergència (CDC) un «poder especial» firmado de su puño y letra por Artur Mas en el que le otorgaba en enero de 2011 «la dirección de los negocios del partido».
El ex presidente catalán trasladó así a Andreu Viloca
toda la responsabilidad de cualquier operación financiera llevada a
cabo por el partido y lo convirtió en la figura clave de la trama de cobro de comisiones del 3% a cambio de contratos públicos.
Los
investigadores atribuyen asimismo a Mas «el control» total de la
«Administración catalana» y consideran «de gran importancia» su papel en
la adjudicación de obras por las que el partido cobraba sobornos.
La
Guardia Civil descubrió en el despacho del ex tesorero de Convergència
Democràtica de Cataluña (CDC) un «poder especial» otorgado por Artur Mas
a Andreu Viloca que le confería a este último la capacidad de hacerse
cargo de «la dirección de los negocios del partido», entre otras
atribuciones.
El documento está fechado el 14 de enero de
2011 y lo rubrica Mas «en calidad de secretario general de CDC» y «en
nombre y representación del mismo partido».
En él autoriza a Andreu Viloca para que «ejercite una serie de
facultades». Entre ellas, como parte de la referida dirección de los
«negocios» de la formación política, «comprar y vender bienes inmuebles,
operar con banca, efectuar operaciones de préstamo y otros instrumentos
financieros, operar con letras de cambio, etc».
Junto a este «poder especial» -que por una parte tenía la
virtud de conferir a Viloca por escrito la autoridad que le correspondía
y, por otra, trasladar de facto cualquier responsabilidad financiera de
Mas a su tesorero-, la Policía Judicial halló otro similar en el que se
revocaba el primero de forma temporal para finalmente restituir a
Viloca en dichas competencias económicas.
Fue elaborado el mismo día para otorgar en este caso al gerente Carles del Pozo Cerdá
«facultades» de menor rango, como «nombrar y despedir empleados,
comprar y vender, concurrir a subastas, operar con la banca, retirar
cartas y certificados, etc.».
De esta forma, Viloca pudo convertirse en la «clave de
bóveda», a juicio del instructor que investiga la trama del 3% para
«catalizar, a modo de recompensa, la concesión de determinadas obras
públicas». Una serie de pagos que constituían «parte esencial de la
financiación de CDC» y que «de manera irregular acabarían nutriendo y
dotando de apoyo económico» a la formación nacionalista.
La
Guardia Civil resalta también en sus informes que en la figura de Mas
confluía el «control de la Administración catalana». Recuerda la Policía Judicial
que ocupó la Presidencia del Gobierno catalán «desde el año 2010» en
adelante, lo cual constituye un «dato de gran importancia para entender
los documentos» que conforman el sumario.
Y es que los diferentes
contratos públicos investigados, prosigue la Guardia Civil, «ponen de
manifiesto que el Govern de la Generalitat -y, por lo tanto, el control
de la Administración catalana- está en manos del mismo partido político
al cual también pertenece Viloca».
Los investigadores han conseguido estrechar todavía más el cerco en torno a Mas gracias a la confesión de un testigo clave conseguido por la Fiscalía Anticorrupción y que fue desvelada ayer por EL MUNDO.
Se
trata de uno de los principales donantes de CDC, que ha implicado ante
el Ministerio Público y ante el juez de El Vendrell a Mas en la trama
del cobro de comisiones a cambio de contratos públicos. Según este gran
empresario catalán, cuya identidad obra en poder de los investigadores,
él mismo asistió a una reunión en la sede del partido a la que acudieron
Artur Mas y su hombre de confianza Germà Gordó, ex gerente del partido y ex consejero de Justicia del Gobierno catalán.
En dicho encuentro, que tuvo lugar antes de que Mas fuese nombrado presidente de la Generalitat en 2010, abordaron la
entrega de fondos al partido y el entonces máximo responsable de la
formación le remitió directamente a Gordó, allí presente. «Tienes que
hacer lo que este te diga», le aclaró.
Tiempo después, siempre según el relato de este contratista
en sede judicial, coincidió con Gordó en una entrega de premios en
Tarragona. Un acto en el que precisamente fue galardonado el testigo de
Anticorrupción.
Aprovechando un receso de aquel evento,
la mano derecha de Mas le abordó y le dijo: «Tú no me obedeces». El
empresario ha explicado que la reprimenda se debía a que llevaba tiempo
sin realizar donaciones a la formación política y que se sintió
«extorsionado».
Otro destacado empresario catalán también
ha prestado declaración como testigo recientemente y ha ratificado que
Gordó era un importante interlocutor para conseguir contratos públicos a
cambio de comisiones.
Según su relato se reunió en el
Parlamento catalán con un diputado convergente que actuó en
representación de Gordó y negoció con él los pagos que debía realizar a
cambio de conseguir obras públicas en la provincia de Lérida.
Ambas declaraciones permanecen todavía en secreto custodiadas por el instructor del caso 3%. (...)" (El Mundo, 26/02/17)
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