"Hoy, 29 de marzo de 2017, la premier británica, Theresa May, pone en
marcha el proceso de salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, el bien
conocido por todos, como Brexit.
Las razones, creo que ya han
sido suficientemente debatidas. No obstante, se pueden resumir de forma
taxativa. Los británicos quieren, y deben, conservar su soberanía
política y económica. Cualquier pueblo que se precie a pervivir en la
Historia debe luchar por ello. Punto final.
Analicemos ahora, los
hechos que están ocurriendo en el resto de la Unión Europea, con el
objetivo de llegar a una conclusión. Yo, lo denomino, “Eurexit”, es
decir, la autodestrucción del modelo que una vez quiso ser la Unión
Europea. (...)
Alemania. El país motor de la eurozona se está comportando de forma
desleal. No es la primera vez. En el pasado, cuando era el campeón
incumplidor del déficit, hizo caso omiso de las materias contenidas en
los tratados.
En la actualidad, su enorme superávit por cuenta
corriente, que no para de crecer, está asfixiando a sus socios más
pobres. En lugar de corregir estos desequilibrios, de los que la
Comisión Europea ya le ha advertido reiteradamente, se centra en sus
intereses particulares. Esta situación, unida a las políticas erráticas
de inmigración que ha impulsado, está provocando un alto grado de
desconfianza y desafección entre la mayoría de los ciudadanos del resto
de estados miembros.
Cuando España entró en el Mercado Común, tuvo que
desprenderse de la mitad de su tejido industrial y agrícola para
complacer a sus nuevos socios, evitando, posibles “desequilibrios”.
¿Haría lo mismo Alemania? Honestamente, sus actos indican que no.
Francia.
Su posición geopolítica ha quedado muy dañada, fruto de los desmanes de
la primavera árabe de Sarkozy y de la incompetencia supina de Hollande.
El país está estancado económicamente y sus viejos recelos respecto a
sus eternos rivales, Alemania y Gran Bretaña, están volviendo a renacer.
Los dos candidatos, Le Pen y Macron, tienen mensajes diferentes,
reflejo de una sociedad dividida. Sin embargo, coinciden en una cosa, el
euro, tal y como está concebido, no funciona. Si tienen que salir del
euro, no descartan que la deuda la paguen en francos, una vez que
recuperen la soberanía monetaria.
Polonia. Todavía no dan crédito a
lo que ha sucedido. El país ha sido ninguneado y despreciado por sus
socios. Por primera vez en la historia de la Unión Europea, se ha
nombrado a un dirigente, Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo,
con el veto de su país de origen, Polonia. Las consecuencias de esta
decisión son muy graves. La pérdida de confianza y compromiso de Polonia con sus socios es irreversible. (...)
Italia. El gobierno, vuelve a ser un semi títere, como en la época de
Monti. En abril, el país entrará en el protocolo de déficit excesivo,
prisionero de sus desmanes, al igual que España. Su deuda pública, que
supera el 132% del PIB, resulta escandalosa para los inversores y debe
ocultarse.
El Target2 está creando una sima entre los balances de los
bancos centrales italiano y alemán de tales dimensiones que amenaza con
provocar un terremoto. Al igual que a España, el euro la asfixia, pero, a
diferencia de España, su tejido industrial y productivo puede darle
vida más a allá del euro, y muchos en Italia, ya lo saben.
España.
Nuestra posición es lo más parecida a la de un zombi. Lacayos de lo que
decida la Comisión, y especialmente, Angela Merkel. Nuestra capacidad
de influencia y decisión es nula. (...)
Para la Unión Europea, España es un “problema que ya no se puede
ocultar”. La prensa británica titulaba este fin de semana en portada
“Sólo un milagro puede salvar a España”.
Nuestra deuda pública, cuyo
ratio, es el 170% sobre el PIB, y unas cuentas públicas claramente
manipuladas, provocarán que nuestros socios se desentiendan del zombi, y
acaben por enterrarlo, como justificación de una mala ejecución de lo
que eran unas buenas intenciones.
Bruselas. La capital de los
burócratas por excelencia. La corrupción generalizada y su estructura
elefantiásica no paran de crecer. Los lobbies campan a sus anchas y
muchos eurodiputados, funcionarios y ejecutivos no tienen prejuicios de
aceptar sus invitaciones y prebendas.
Aquellos que luchan de buena fe,
por defender a los ciudadanos, son desplazados y engullidos en el
sistema. Hay direcciones a las que llaman cotidianamente “las del 15%”
(ríanse ustedes de los del 3%). ¿Quién va a seguir pagando esta fiesta?
Es obvio que, tarde o temprano, será imposible.
El Crexit. Este
término, con el que se denomina al efecto que conlleva la expansión de
deuda corporativa descontrolada, es una amenaza cada vez más acentuada.
La Unión Europea implantó un sistema para facilitar el endeudamiento y
el apalancamiento con la esperanza de que el crecimiento fuera lo
suficientemente sólido y, de paso, contrarrestar este temido efecto. No
ha sido así. El Crexit es un cisne negro que se dirige al estanque
europeo, y atraerá a otros.
El Euro. Si analizamos la repercusión
del euro en los países que se adhirieron a él, salvo a Alemania, al
resto los ha empobrecido. Si estudiamos los datos de desigualdad y
pobreza, se han acentuado.
¿Qué llevó a Dinamarca, Suecia o a Gran
Bretaña a no adoptar la moneda? ¿Visionarios? Más sencillo. La soberanía
monetaria es vital para una nación ¿Qué país, en la zona euro,
realmente la tiene? Creo que ya lo saben ustedes.
En resumen, si
analizamos los escenarios anteriores, es bastante probable que se acabe
produciendo el Eurexit, provocado por acción de todos los socios, sin
excepción.
Un modelo de vida, convivencia e integración de
culturas, que podía haber sido excelente, ya no será posible. Con
suerte, podremos mantener el mercado común. Veremos." (Juan Carlos bermejo, Vox Populi, 29/03/17)
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