"Recientemente, el editor de economía del periódico británico The Guardian, Larry Elliott, hizo una comparación entre la Gran Depresión de los años 1930 y la actual. (...)
La Larga Depresión, como me gusta llamar a la actual, comenzó con una
crisis del mercado inmobiliario en los EEUU, seguida por una crisis
bancaria que se extendió globalmente y que fue seguida por una enorme
caída en la producción, la inversión y el empleo.
Las secuelas en ambas
depresiones fueron una recuperación económica larga, lenta y débil, y
muchas economías nacionales aún no han recuperado los niveles previos al
colapso de la producción, la inversión o la rentabilidad. (...)
Elliott señala que muy pocos economistas o expertos predijeron la
crisis de 1929 en el momento de auge de los mercados bursátiles y de
expansión económica. Del mismo modo, muy pocos pronosticaron la crisis
del mercado inmobiliario de EEUU y la posterior crisis financiera
mundial. Pero algunos lo hicieron.
La parte más interesante del relato de Elliott son las causas
alegadas de la Gran Depresión de los años treinta y si son las mismas de
la actual Larga Depresión. Elliott cita al biógrafo de Keynes, Lord
Skidelsky, en el sentido de que la causa principal fue y es la deuda
excesiva.
“La Gran Depresión fue provocada por las mismas causas que
la crisis de 2008: una enorme montaña de deuda, la especulación en el
mercado de valores, una inflación excesiva de activos y unas tasas de
interés demasiado altas como para mantener unos niveles de inversión
capaces de mantener el pleno empleo”.
Esta explicación es casi la convencional entre los economistas
izquierdistas y heterodoxos. Skidelsky combina los puntos de vista de
los economistas post-keynesianos (Steve Keen, Ann Pettifor) y de otros economistas convencionales (Mian y Sufi) que
destacan los niveles -la gran montaña- de la deuda del sector privado
(en particular la deuda de los hogares), siguiendo a Keynes, en el
sentido de que “las tasas de interés eran demasiado elevadas para sostener el pleno empleo”. (...)
Hay mucho de verdad en el argumento de que la deuda excesiva (o el crédito, que es simplemente la otra cara del balance) es un indicador primordial de una crisis financiera inminente. La deuda fue alta en la década de 1920 antes de la crisis. Esto ha sido documentado por muchos estudios, incluyendo el trabajo pionero de Rogoff y Reinhart.
Y Claudio Borio, del Banco de Pagos Internacionales también ha acumulado muchas pruebas para
demostrar que es el nivel y la tasa de aumento o disminución del
crédito (de hecho, el ciclo de la deuda) es mucho mejor indicador de
posibles crisis financieras que la idea neo-keynesiana de un cierto estancamiento secular del crecimiento y un colapso de la “demanda agregada” (como Paul Krugman o Larry Summers). (...)
El otro argumento que está vinculado a la causalidad de la deuda
excesiva es el aumento de la desigualdad como causa de las crisis de
1929 y 2008.
Como Elliott dice: “mientras que los asalariados vieron
su trozo de la tarta económica reducirse, para los ricos y los
poderosos, los “alegres veinte” fueron estupendos. En los EEUU, la
reducción a la mitad de la tasa máxima del impuesto sobre la renta al
32% significó más dinero para la especulación en los mercados de
acciones y bienes raíces. Los precios de las acciones subieron seis
veces en Wall Street en la década anterior al colapso de Wall Street. La
desigualdad fue alta y creciente, y la demanda sólo se mantuvo gracias a
una burbuja de crédito”. Sí, parecido al período previo a la crisis de 2008.
Ahora bien, no creo que la creciente desigualdad haya sido la causa de la crisis de los años treinta o de 2008 y he expuesto mis argumentos en contra de esta opinión en varios lugares. La evidencia empírica no apoya una conexión causal entre desigualdad y crisis. De hecho, un nuevo estudio de JW Masonpresentado
en Assa 2017 en Chicago añade más peso al argumento de que el aumento
de la desigualdad y el consecuente (?) aumento de la deuda de los
hogares no fue la causa del colapso financiero de 1929 o 2008. (...)
La esencia de mi punto de vista es que la desigualdad es siempre parte
del capitalismo (y, por lo tanto, de las sociedades de clase, por
definición) y la creciente desigualdad de la década de 1980 en el
período neoliberal se prolongó durante décadas antes de que se produjera
la crisis.
Pero es más convincente como explicación que el aumento de
la rentabilidad y la creciente apropiación por el capital de los
beneficios del trabajo en el proceso de acumulación fue la causa del
aumento de la desigualdad, no al revés. Así que la causa subyacente de
la crisis debe buscarse en el propio proceso de acumulación capitalista y
algún cambio en el mecanismo de la rentabilidad.
La tercera causa o razón ofrecida por Elliott para la Gran Depresión de
los años 30 y la Larga Depresión actual es que no existe un poder
hegemónico capaz de actuar como”prestamista de último recurso” para
rescatar a los bancos y las economías nacionales con crédito y al mismo
tiempo establecer las reglas para la recuperación económica mundial. (...)
Pero, ¿la crisis del 2008 es el resultado de la debilidad del poder
imperial estadounidense o de un excesivo poder estadounidense? De
cualquier manera, dudo que la teoría hegemónica de la estabilidad sea
una explicación suficiente de la Gran Depresión o de la Larga
Depresión.
Claramente, Estados Unidos ha sufrido un declive (relativo) como
principal poder imperialista económico, aunque sigue siendo la
principal potencia financiero y la potencia militar predominantemente– de manera similar al Imperio romano en su período de declive.
No cabe duda de que esto ha tenido algún efecto en la capacidad de
todas las grandes economías capitalistas para salir de esta depresión y
la creciente tendencia hacia el nacionalismo, el proteccionismo y el
aislacionismo que ahora vemos en muchos países y en la propia América de
Trump.
Pero el fin de la “globalización” no ha sido provocado por el
debilitamiento del poder estadounidense sino el resultado de la
desaceleración de la inversión mundial, del comercio y, sobre todo, de la rentabilidad del capital que la evidencia empírica ha revelado desde finales de los años noventa. La “muerte” de la globalización fue acelerada por la crisis financiera mundial y el estancamiento del comercio mundial y los flujos de deuda desde 2008.
La Larga Depresión ha continuado no debido a la alta desigualdad o el
debilitamiento de la hegemonía estadounidense o por el giro
proteccionista (que apenas ha comenzado). Sigue, sostengo, por la
incapacidad de una rentabilidad insuficiente a la hora de reactivar la
inversión productiva y el crecimiento de la productividad; y la continua
resaca del capital ficticio y de la deuda. De hecho, he demostrado que éstas son las mismas razones que prolongaron la Gran Depresión de los años treinta: baja rentabilidad, altos niveles de deuda y comercio débil. (...)
El proteccionismo y las devaluaciones son cada vez más probables en este
período post-Trump, post-Brexit de la Larga Depresión. De hecho, el últimodocumento de política económica para la próxima cumbre del G20 en Alemania la semana que viene ha eliminado su condena de las políticas proteccionistas. (...)
La Gran Depresión sólo terminó cuando Estados Unidos se preparó para
entrar en la guerra mundial en 1941. Entonces el gobierno asumió el
control del sector privado para dirigir la inversión y el empleo y
utilizar el ahorro y el consumo de la gente para el esfuerzo de guerra.
La rentabilidad del capital se disparó y continuó después del final de
la guerra.
Mirando hacia atrás, la depresión de las décadas de 1880 y
1890 en las principales economías sólo terminó después de una serie de
crisis que finalmente lograron elevar la rentabilidad del capital en los
sectores y economías nacionales más eficientes y así asegurar una
inversión más sostenida. Aunque al final agravó las rivalidades
imperialistas sobre la explotación del planeta y acabó estallando la
primera guerra mundial.
¿Cómo terminará esta Larga Depresión?" (Publicado originalmente en el blog de Michael Roberts , Michael Roberts , El Viejo Topo, 22/03/17)
No hay comentarios:
Publicar un comentario