"Estoy harta de guardar cajas y de sacarlas tantas y tantas veces". Antonia García (apellido ficticio) recuerda aún con alegría el pasado 17 de noviembre de 2016, cuando las plataformas ciudadanas de stop desahucios en Sevilla
lograron paralizar el desalojo de su vivienda por un impago de alquiler
de seis mil euros.
"Había mucha gente y lograron parar toda esta trama
para que mis dos hijos adolescentes y yo no fuéramos a la calle una vez
más".
Ayer llegó el día final. La sentencia
definitiva que hacía a Antonia perder finalmente su vivienda. "Han
llegado muy temprano, a las nueve y media de la mañana, y una comisión
judicial me ha dado cuatro horas para terminar la mudanza con mis
hijos", le cuenta a Público.
En el número doce de la calle Doctor Carlos Infante, del barrio popular de Pino Montano,
ha vivido Antonia con la esperanza de encontrar un trabajo que le
permita pagar lo que le debía a su casero. "¿Quién me lo iba a decir a
mí dos años antes que tenía capacidad para pagar los 400 euros de
alquiler?".
Entristecida, sin fuerzas para mirar arriba, narra esta dura
historia. Antonia no olvida que es la cuarta vez que tiene que
abandonar una vivienda por falta de ingresos. Y es que el trabajo
precario como limpiadora y la economía en solitario como madre no le ha
permitido tener unos ingresos fijos que le den seguridad para mantener a
los suyos.
Dos desahucios diarios en Sevilla
Cristina Honorato, concejala de Participa Sevilla en el ayuntamiento de la capital andaluza, relata a Público
que hay "demasiadas Antonias invisibles en la ciudad". Sevilla sufre
dos procesos de desahucios diarios, según los informes emitidos por los
juzgados de la capital andaluza.
Una cuarta parte se encuentran
silenciados para los colectivos anti desahucios por la falta de
información a la ciudadanía. "Muchos no sabemos ni qué ocurren. Se van
directamente con familiares y no luchan porque no tienen ni idea del
tipo de protocolo que existe. No hay ningún teléfono de información y
muchos no quieren pasar este complicado trance", afirma Honorato. (...)
El estrecho lazo de Cristina con esta
familia le ha permitido estar en el día a día de Antonia, que no supera
los 50 años de edad. "En el desahucio no nos han permitido ni a mí ni a
los servicios sociales acercarnos hasta Antonia con la situación tan
traumática que esto ha supuesto, de nuevo, para ella".
En menos de dos
horas, Antonia y sus hijos, de 17 y 21 años, habían recogido los pocos
enseres de la vivienda. Apenas tres maletas para llevar a cuestas su
propia vida. Honorato recuerda con tristeza a Público que "se ha hecho cargo de la gata de la familia por no saber qué destino podía esperarle"
Una solución tres horas después del desahucio
Antonia ha pasado la noche en vela.
Sufre insomnio crónico y tiene un tratamiento médico para la fuerte
depresión diagnosticada. "Cristina sabe de mi insomnio y de la poca
capacidad que ya tengo para afrontar tanto sufrimiento".
La delegación
de Bienestar Social del Ayuntamiento de Sevilla, gobernada por el PSOE,
no ha logrado dar una solución final al caso de Antonia hasta las dos de
la tarde del día de ayer. Tres horas después de cometerse el desahucio.
"No he recibido ninguna respuesta oficial. Solo sabía que me mandaban a
un albergue municipal o a un hostal durante unos días para no dejarme
en la calle", apunta.
La sorpresa para Antonia ha venido a partir del
medio día cuando los servicios sociales le han adjudicado una vivienda
transitoria del parque público de viviendas, gestionado por la empresa municipal de Emvisesa.
"He llorado mucho y he dado las
gracias por poder irme con dignidad junto a mis hijos del que era
nuestro piso”. Antonia ha podido ir hasta el barrio de estudiantes de
Reina Mercedes, donde se le ha adjudicado un piso tutelado.
Todo a
última hora. Honorato recuerda las graves consecuencias psicológicas que
le quedan a una familia sin recibir protección hasta el último momento.
"¿Por qué los servicios sociales del ayuntamiento no han podido decir
una solución definitiva antes del día del desalojo?". (...)
La Oficina de vivienda municipal de Sevilla, abierta el pasado mes de
mayo, maneja la cifra de 12.000 viviendas públicas vacías y más de 400
solicitudes de atención primaria por falta de recursos. (...)
El estudio integral de la situación de Antonia tardará meses. "Al menos
tengo una pequeña tranquilidad pero todo este dolor no se puede ir de
uno mismo con todo lo que he pasado. Al menos tengo una casa pero
¿cuántas habrá como yo durmiendo en literas del albergue municipal?". (Público, 22/02/17)
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