"(...) Desde lo que ocurrió el 1 de octubre
en el Comité Federal, usted ha sido uno de los mayores indignados con lo
que ha hecho el PSOE y lo que está pasando. ¿Qué es lo que más le ha
dolido?
Para indignarse hay muchas razones en este
momento, y lamentablemente hay demasiados protagonistas en relación con
esos motivos. Ha habido cosas muy lamentables: traiciones de carácter
personal, ambiciones desmedidas y desproporcionadas, se ha puesto el
interés personal muy por encima del interés colectivo.
Incluso se ha
estado dispuesto a entrar en el juego de elementos económicos y
empresariales, hasta periodísticos, que se han inmiscuido de manera
absolutamente inaceptable en las decisiones de un partido. Creo que hay
muchos motivos para estar indignados. (...)
Por ejemplo, ¿Susana Díaz?
Creo que Susana Díaz es el ejemplo de una
ambición poco sana. Y la ambición está bien y en política es
imprescindible, pero cuando es excesiva las consecuencias son malas.
¿Qué pensó cuando se decidió facilitar el Gobierno a Mariano Rajoy?
No me rasgo las vestiduras en caso de que
pudiera haber un acuerdo con el PP, incluso un acuerdo de Gobierno.
Hasta defendí públicamente una negociación con el PP, pero lo que no
entiendo es que al PP se le regale el Gobierno, y eso es lo último que
tenía que haber hecho el PSOE.
Debería haber tomado decisiones en pie de
igualdad y haber buscado un acuerdo en el que hubiera contrapartidas,
lo que no tiene sentido es regalarle a última hora, por la puerta de
atrás y de manera vergonzante el Gobierno al PP. Eso ha sido una
decisión nefasta que le da un golpe
durísimo a la línea de flotación de la credibilidad del partido, que ya estaba bastante tocada, pero que ha indignado a muchísimos socialistas que no han sido capaces de entender que el PSOE se haya rebajado a eso. (...)
¿Por qué defiende con tanta vehemencia a Pedro Sánchez y su proyecto? ¿Cree que es la única salida que le queda al PSOE?
No defiendo exclusivamente a Pedro Sánchez,
lo que defiendo es una posición política, y Pedro ahora es el que la
abandera. Pero, honestamente, entre las opciones que ahora mismo se
barajan no tengo la más mínima duda de que la más sana y la mejor para
el futuro del partido es la que encabeza Pedro Sánchez.
¿Se refiere a ese giro a la izquierda que propone ahora de forma tan nítida el precandidato como la única salida del PSOE a su crisis?
Es la salida que le queda a la
socialdemocracia, no sólo en España, sino también en el resto de Europa.
En el único sitio donde ese giro a la izquierda se ha podido poner en
práctica y visualizarse ha sido en Portugal, y los resultados se están
viendo.
De pronto, el Partido Socialista Portugués ha recuperado unas
cuotas de apoyo ciudadano propias de otros tiempos y eso significa que a
los ciudadanos les ha gustado. El PSOE tendría que asumir una posición
de liderazgo de la izquierda y creo que, en algún tiempo, le podría
llevar a recuperar las cuotas de apoyo popular que ha tenido. La
alternativa clara que tiene el PSOE es liderar la izquierda. Hay
ilusos que dicen que el partido va a pasar del 18% de los votos al 40% de los votos por decir que el PSOE es mucho PSOE; no es más que una muestra de bisoñez intelectual verdaderamente alarmante. El PSOE no volverá a esas cuotas de apoyo salvo que vuelva a liderar una nueva izquierda. (...)
¿Por qué cree que el PSOE ha llegado a este distanciamiento tan grande entre los cuadros del partido y su militancia, incluso entre los votantes?
Eso no es nuevo. En el PSOE hay más
episodios en los que la militancia ha sido absolutamente ignorada por la
dirigencia. Aquí hubo un secretario general, Joaquín Almunia, que fue
impuesto por Felipe González, y se demostró que los militantes no le
querían. Y aún así se cargaron a quien había sido elegido
democráticamente, Josep Borrell, y el resultado acabó en una Gestora.
Y
estamos repitiendo la historia; ahora en un caso más sangrante y
más extremo. Porque a Borrell lo matamos, digamos, poniéndole cianuro en
el café. Pero nadie supo bien de quién era la mano. Aquí ha sido un
apuñalamiento en toda regla, y el puñal ensangrentado está en las manos
de quien pretende ahora competir por la Secretaria General con él.
Ahora
es mucho más grosero. Pero es un episodio ya vivido en el partido. ¿Qué
pasa? Yo creo que los militantes están hartos ya de esto, de este tipo
de comportamientos, de estas maneras, de creerse por encima de ellos.
¿Por qué la opinión de un secretario general o de un presidente de una
comunidad tiene un peso específico muy superior al de la militancia? Y
yo tengo la sensación de que los militantes se han hartado, y creo que
van a decir basta. En estos momentos quien tiene la bandera de esa
indignación es Pedro Sánchez, y quien juega en contra es la Gestora y la
candidata de la Gestora. (...)" (Entrevista al alcalde de Valladolid Óscar Puente, Público, Manuel Sánchez, 27/02/17)
No hay comentarios:
Publicar un comentario