28.3.17

¡No, Dijsselbloem! Nosotros les hemos subsidiado. Somos nosotros, los europeos del sur, quienes les hemos sacado las castañas del fuego a los alemanes y holandeses... el euro ha supuesto un trasvase masivo de rentas del sur al centro de Europa

"Me contengo, no quiero lanzar exabruptos, pero debo reconocer que a veces es difícil. Todo ello viene a colación de las declaraciones de un tipo cuyo electorado le acaba de dar un tremendo puntapié en el trasero. 

Sí, me refiero al “socialdemócrata” Jeroen Dijsselbloem. Sus palabras emanan racismo, complejo de inferioridad -algunos aún tienen pesadillas con el duque de Alba-, y profunda ignorancia. Básicamente son mentira. 

 Lo más lamentable es que nuestros gobiernos, adoptando una posición de sumisión, tanto el de Zapatero como el de Rajoy, hicieron, y continúan haciendo, dejación de responsabilidad; y no defendieron, ni defienden a fecha de hoy, a sus conciudadanos. Ya saben, los patriotas de hojalata.

El Euro ha sido una coartada para proteger y favorecer a unas oligarquías europeas extractivas, incluidas las nuestras. Detrás del euro se ha producido el mayor proceso de acumulación de riqueza en pocas manos de la historia moderna europea. 

Y la realidad es la contraria a lo que nos quieren hacer creer. Somos nosotros, los europeos del sur, quienes les hemos sacado las castañas del fuego a los alemanes y holandeses, produciéndose un trasvase de renta del sur hacia el centro, especialmente en épocas de crisis.

Por un lado, a través de un tipo de cambio que ni por casualidad tendrían Holanda, y, mucho menos Alemania, si no existiera la Unión Monetaria. Sus monedas se revalorizarían alrededor de un 30% respecto al nivel actual del euro. 

Pero cuando vienen mal dadas, como en el 2008, somos nosotros quienes debemos de asumir las pérdidas de las apuestas al casino de su banca. Y ahora, cuando de nuevo vengan mal dadas, y, concretamente se aprecie el euro, en un contexto de más inflación y mayores tipos de interés, pasarán olímpicamente de sus efectos sobre nuestra balanza comercial y, sobretodo, sobre la imposibilidad de devolver nuestra deuda externa.

 Querrán seguir recibiendo lo suyo, cuando ya no es posible. Nos querrán dar de nuevo una patada en el trasero, salvo que de una vez por todas digamos basta, ¡game over!

 El tipo en cuestión, afirmó, me imagino que bajo el efecto de ciertos efluvios tóxicos, que “en la crisis del euro, los países del Norte han mostrado su solidaridad. Pero quien exige ayuda también tiene obligaciones. No puedo gastarme todo mi dinero en licor y mujeres y a continuación pedir ayuda…”.

 ¡No, Jeroen Dijsselbloem!, el euro desde sus orígenes está mal diseñado y ha supuesto un trasvase masivo de rentas del sur al centro de Europa, sin ninguna compensación a cambio, salvo unos fondos europeos que sirvieron de coartada para desmantelar nuestro tejido productivo, perder la propiedad de nuestra industria y engordar ciertas cuentas corrientes. 

Pero además hay dos fechas recientes para no olvidar. 2002, donde hubo un rescate a Alemania por parte del sur de Europa. 2010, cuando se nos obligó a recoger en nuestra Constitución que, por encima de las prioridades y necesidades de los españoles, lo primero de todo es pagar nuestras deudas, aunque fuera responsabilidad de nuestros acreedores el no haber hecho un correcto análisis de riesgos.  (...)"                    (Juan Laborda, Vox Populi, 26/03/17)

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