"El expresidente José María Aznar visitó el miércoles la casa que Bertín
Osborne mantiene abierta en Telecinco. Con un presentador que más
parecía un cofrade, que proclamó haberle votado siempre y se medio quejó
de que nunca le hubiera convocado a jugar la liga del PP, Aznar hizo un
insólito despliegue de narcisismo en personaje tenido por austero.
Lástima que le faltara público. Su autoproclamación como mejor
presidente de España pilló a la audiencia en otra parte. Nunca antes
Osborne había caído tan bajo en el share.
Una vez más Aznar perdió la oportunidad de disculparse ante
los españoles por haberles involucrado en la guerra de Irak, algo que de
forma más o menos elíptica han hecho ya sus dos colegas de las Azores:
George W. Bush y Tony Blair. Lejos de eso, Aznar proclamó con énfasis
que repetiría cien, diez mil veces, aquel pacto que, según él, permitía a
España sentarse a la mesa de las grandes potencias.
Ninguna referencia a
las armas de destrucción masiva que se invocaron para aquella guerra,
aquellas de las que dijo entonces en televisión: “Créanme, hay armas de
destrucción masiva”, y que Aznar prefiere olvidar para poner de relieve
cómo se codeaba con Bush o cómo le envidiaba Clinton por los ataques que
le dirigía Chávez.
Y a los olvidos añadió alguna mentira sobre el 11-M que
forma parte ya de su repertorio. Insistió como suele en que no hubo
ninguna manipulación por su parte y que se limitó a transmitir en
directo a la opinión pública la información de la que disponían las
fuerzas de seguridad, poniendo el acento en que fue el último en
comparecer tras las declaraciones de Ibarretxe, Zapatero y tutti quanti que señalaban a ETA.
En ese proceso mencionó la ronda de llamadas que mantuvo con
los directores de los periódicos de Madrid y Barcelona. Y una vez más
mintió al manifestar que el director de EL PAÍS le había expresado que
15 minutos antes de esa llamada había decidido cambiar el titular de
primera página incorporando la autoría de ETA. Matanza terrorista en Madrid se había transformado en Matanza de ETA en Madrid.
Aunque en su día (21 y 27 de marzo de 2004) expliqué a los
lectores de EL PAÍS con el máximo detalle cómo se había producido este
desdichado cambio, retomo hoy el asunto porque a nadie cabe pedirle tal
esfuerzo de memoria y para que la mentira de Aznar no quede acuñada
definitivamente, como ya lo ha pretendido al incorporar esta versión a
su segundo tomo de memorias.
Entonces y hoy el argumento principal de Aznar y sus
ayudantes es que la edición especial del periódico del 11-M estaba
datada a la una de la tarde y que la llamada de Aznar se produjo hacia
las 13.10.
Todos los que nos hemos dedicado a hacer periódicos sabemos
que la hora de cierre es con demasiada frecuencia más una aspiración que
una realidad. De hecho, aquella primera página fue filmada a las 13.53 y
el primer ejemplar salió de la rotativa a las 14.28, como demostramos
en su día con la reproducción de los correspondientes registros
informáticos.
Los hechos ocurrieron de la siguiente forma. A las 12.59 de
aquel 11 de marzo el secretario de Estado de Comunicación, Alfredo
Timmermans, me devolvió una llamada que yo le había efectuado dos
minutos antes y le urgí a que me diera una versión oficial del Gobierno
dado el retraso que estaba produciéndose en la comparecencia del
ministro de Interior.
Me informó de que el Gobierno tenía la absoluta
seguridad de que era ETA la autora del atentado y que así lo iba a
proclamar Acebes en unos 10 minutos. Señaló los antecedentes de la
maleta con explosivos capturada en Nochebuena en el tren Irún-Madrid y
la furgoneta con 500 kilos de explosivos interceptada unas semanas antes
en Cuenca.
Tras este breve diálogo introduje un cambio en el titular
que quedó registrado a las 13.02. A las 13h 06m y 45s se produjo la
llamada de Aznar, que duró 1 minuto y 51 segundos, según los registros
de nuestra central telefónica. El presidente repitió casi literalmente
la línea argumental seguida por Timmermans y estableció que la autoría
de ETA no era una deducción, ni tampoco la “hipótesis principal”, como
ha pretendido luego: era un hecho.
Un equipo de Antena 3 TV había filmado minutos antes la
versión inicial de la primera página y tuvimos que cazarlo a la puerta
del periódico para que registraran la definitiva. En la entrevista que
me habían grabado yo había aludido a las Torres Gemelas y a recientes
atentados en Oriente Próximo en busca de antecedentes que ayudaran a
entender la barbarie de Atocha.
Estos son los hechos y no podrá cambiarlos la mentira
interesada de Aznar, que pasado el tiempo trata de atribuirse una falsa
neutralidad informativa. Aznar mintió a los españoles en aquellos tres
días de marzo y es probable que esto le costara la derrota a su partido.
Para ello no hay que apoyarse en citas de Churchill sobre el
desagradecimiento en el que incurren a veces las grandes naciones. En su
caso fue el resultado de tres días de mentiras, una práctica a la que
sigue aferrado, aunque haya abandonado la política." (Jesús Ceberio , El País, 07/04/17)
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