4.4.17

La Comunidad de Madrid es un vampiro que basa su prosperidad fiscal en la pérdida de ingresos de otras autonomías. Como Holanda, Irlanda o Luxemburgo con respecto a los otros países de la Unión

"(...) La presidenta de la Junta de Andalucía y los líderes de otras cinco Comunidades Autónomas plantearon en la reunión de Presidentes celebrada a mediados de enero la necesidad de armonizar los impuestos autonómicos. Resulta una petición manifiestamente lógica. (...)

Llevamos muchos años denunciando la ausencia de armonización fiscal en la Unión Europea, causa de que todos los sistemas tributarios de los países miembros vayan evolucionando hacia formas más injustas y regresivas, al estar sometidos los gobiernos al chantaje de las empresas y del capital. 

Parece coherente que, con más razón si cabe, exijamos esa armonización entre las Comunidades Autónomas de un mismo Estado.

Si las sociedades y algunas personas de elevados ingresos y riqueza cambian el domicilio de un país a otro en función de la presión fiscal y de la mayor o menor progresividad de los impuestos, con más facilidad se producirá la movilidad cuando se trata de regiones dentro del mismo Estado.

 En ambos casos es evidente que se puede producir un permanente chantaje del capital y una carrera competitiva que, si resulta grave entre países, tiene consecuencias mucho más negativas cuando se establece entre Comunidades Autónomas.

La cesión a las Autonomías de la capacidad normativa en algunos tributos amenaza con crear el caos en el sistema impositivo español y viene a añadir a la ausencia de armonización fiscal de la UE un factor más para desarmar la progresividad fiscal de los tributos. 

El argumento de la corresponsabilidad hace aguas tan pronto como se constata que a lo largo de los años las Comunidades han empleado siempre estas competencias para bajar impuestos progresivos, nunca para subirlos, generando entre ellas una competición muy dañina para la suficiencia de sus ingresos y el mantenimiento de sus servicios.

Bien es verdad que para el poder económico y para una parte de la derecha política esta competencia es muy provechosa porque termina reduciendo la presión fiscal y disminuyendo la progresividad del sistema. Cristina Cifuentes encarna ahora esta postura, ya que ha asumido la línea de conducta que durante años mantuvo Esperanza Aguirre, convirtiendo la Comunidad de Madrid en un cuasi paraíso fiscal en cuanto a gravámenes autonómicos se refiere. 

 Tanto una como otra han argüido que con esta política se recauda más. Puede que tengan razón, pero les falta decir la causa, que no es otra que la de robar contribuyentes -y por lo tanto recaudación- a las otras Autonomías. La Comunidad de Madrid se convierte así en una especie de vampiro que basa su prosperidad fiscal en la pérdida de ingresos de otras Comunidades Autónomas. En realidad, la situación es similar a la que crean Holanda, Irlanda o Luxemburgo con respecto a los otros países de la Unión. (...)

Si todas las Comunidades Autónomas adoptasen ese mismo patrón de comportamiento, ninguna saldría ganando y todas perderían recaudación, con el consiguiente deterioro de los servicios que deben suministrar a los ciudadanos.

 Los únicos beneficiados serían los contribuyentes con mayores rentas, puesto que los gravámenes que siempre se reducen son los progresivos tales como el IRPF, Sucesiones o Patrimonio. Entre los muchos errores que se cometieron al establecer el Estado de las Autonomías no fue el menor haber cedido a las Comunidades Autónomas los impuestos de Sucesiones y de Patrimonio. Dos tributos que deberían tener una estructura uniforme en todo el territorio nacional y que constituyen piezas clave en la progresividad y equidad de un sistema fiscal.

Las exenciones que Comunidades como Madrid han establecido en el Impuesto de Sucesiones y en el de Patrimonio han distorsionado el sistema fiscal y han creado situaciones realmente injustas, tales como que la herencia y las donaciones se hayan constituido en el mejor instrumento para eludir el gravamen sobre los incrementos patrimoniales, que es la forma por la que tributan principalmente las rentas de capital."                  (Juan Francisco Martín Seco, república.com, 23/03/17)

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