"Los feministas y los movimientos por los derechos de las mujeres
obtienen su fuerza y sus argumentos ideológicos de una simple
reflexión. En todo el mundo y durante un tiempo histórico muy largo, las
mujeres han sido oprimidas de múltiples maneras. Existe ahora una
formidable literatura con argumentos irrefutables que explica la
opresión a las mujeres y debemos hacer al respecto.
Aquí,
simplemente, me gustaría explorar cuáles son algunas de las principales
cuestiones tácticas que no hemos resuelto, ni el movimiento feminismo
(y el feminismo como ideología) ni todos aquellos que luchan contra la
crisis estructural del sistema mundo capitalista moderno.
Como
todos estamos sumergidos en un torbellino de situaciones constantemente
cambiantes (que habitualmente llamamos “caos”) tenemos dos horizontes
temporales diferentes sobre los cuales debemos tomar decisiones para
construir alianzas.
Desde hace poco (unos tres años), es
imperativo que defendamos los intentos que empeoran nuestra situación
inmediata. Por ejemplo, hay constantes ataques al derecho de la mujer a
controlar su propio cuerpo o se pretende impedir el acceso de las
mujeres a ocupaciones que antes le daban trabajo .
Luchar contra
estos ataques- a conquistas adquiridas – no terminará con el patriarcado
ni terminará con las desigualdades. Sin embargo es muy importante hacer
todo lo posible para minimizar los dolores que producen este rebrote
sexista. En esta lucha cualquier alianza que constituyamos será un
progreso que no podemos despreciar.
Sin embargo, estas alianzas de
“corto plazo”, probablemente no permitirán ganar en la necesaria lucha
para sustituir el sistema capitalista por uno relativamente más
democrático y relativamente más igualitario. Y aquí debemos ser muy
cuidadosos con las alianzas que estamos construyendo, basadas hoy en
objetivos comunes.
Para ello necesitamos analizar a fondo cuáles
deben ser nuestros objetivos y qué podemos hacer ahora, para avanzar en
una dirección que incline la balanza a favor de todos aquellos que
desean reemplazar el capitalismo, incluyendo por supuesto, a todas las
mujeres.
Las feministas y los grupos pro derechos de la mujer se han fragmentado ante una serie de preguntas muy importantes:
¿Cuál
debe ser la relación de los movimientos feministas con los movimientos
fundados en la raza, la clase, la sexualidad y / o las “minorías”?
¿Cuál debería ser el papel de los hombres (si existe uno) para conquistar la igualdad de género completa?
¿Cómo
podemos terminar con la histórica subordinación de las mujeres en todas
las principales tradiciones religiosas de todo el mundo?
Como
respondamos a estas preguntas dependerá en gran medida de nuestros
principios; si tenemos una teoría del conocimiento (epistemología)
guiada por concepciones universales o sí nuestra ideología esta basada
en el “particularismo”.
El mero hecho de apoyar los derechos de la
diversidad y sus propios particularismos no da una respuesta integral.
El producto final de la escuela histórica denominada “particularismo”
sólo puede ser llevarnos a una desintegración total de la vida social.
Tenemos
que combinar de manera inteligente los valores del “particularismo”
con un movimiento global que políticamente es de izquierda. Si no lo
hacemos, caeremos presos del secuestro de nuestras fuerzas por aquellos
que, según Lampedusa, “hablan de cambiar todo para que nada cambie”.
Tenemos
algunos años para perfeccionar una práctica que resuelva este
dilema. Este es el gran reto para todos nosotros, también para el
feminismo. La opresión de las mujeres es probablemente la realidad
social más prolongada conocida. Por lo tanto, proporciona una base
sólida para la sabiduría política, la reflexión inteligente y el
compromiso moral." (Immanuel Wallerstein, Socialismo21, 03/04/17)
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