"La puesta en marcha en 2004 del proceso
de privatización de la Sanidad madrileña (apertura de 11 nuevos
hospitales privados más la asignación de 400.000 pacientes a la
Fundación Jiménez Díaz) se acompañó de la creación de un gran mercado
sanitario, mediante el que los procesos y pacientes ‘rentables’ son
‘dirigidos’ desde los centros públicos hacia los privados. Comunicado completo.
Para llevar a cabo este plan:
–
Se modificó la estructura sanitaria existente y se estableció el Área
Única en la que “cualquier paciente podía elegir hospital”.
– Se privatizó el servicio de citaciones (Call Center).
A
partir de ese momento, la elección del centro donde van a realizarnos
una prueba, consulta especializada o a practicarnos una intervención
quirúrgica, no solo depende de la voluntad de cada persona; esta
decisión es ‘manipulada’ desde el Call Center. Llaman por teléfono a
quien espera un cita y le dicen: “para realizarle una resonancia o para
intervenirle, en su centro hay una demora de xxxx meses, sin embargo en
el hospital xxxx(1) se le realiza en 15 días”.
Para
que esto salga bien tu hospital de referencia tiene que tener enormes
listas de espera, causadas por la falta de camas, aparataje y personal;
es decir, estar sufriendo un desmantelamiento programado.
Ya
en 2009, cuando se implantó el Área Única, se veía claramente la
importantísima fuente de negocio para las empresas propietarias de los
nuevos hospitales(2), como recientemente ha reconocido Stephan Sturm, consejero delegado de Fresenius, que tras anunciar la compra de Quirónsalud, afirmó: “Probablemente les sorprenda, pero los ingresos del lado público son más rentables que los del lado privado”.
Balance 2016 de la Libre Elección.-
Los datos no dejan lugar a dudas. En 2016 los pacientes que eligieron
(o se vieron forzados a elegir) un hospital distinto al que tenían
asignado fue de 228.075; de ellos, 101.122 –el 44,34%- lo hicieron a
centros privados. Curioso porcentaje cuando dichos centros privados solo
suponen el 11,36% de las camas(3) totales (...)
El caso de Móstoles.-
Para poder apreciar la situación en un ámbito más reducido, resulta
interesante analizar los datos de Móstoles, población donde convive un
hospital público (con un reciente intento de cierre como hospital de
agudos) con uno privado.
A la vista
de los datos no es complicado deducir que el citado ‘cierre’ se viene
llevando a cabo ‘de hecho’ desde que se abrió el privado, centro al que
se `dirigen’ a través del Call Center a miles de pacientes del público (...)
Mientras, las listas de espera se disparan(4).-
En solo tres meses (de enero a abril de 2017) las esperas de consulta
externa o prueba diagnóstica con el especialista se han incrementado en
146.000 madrileños/as, hasta alcanzar las 391.668.
La
lista para ser intervenido (quirúrgica) está en 80.294 personas. Es más
que significativo que en 2005, con 11 hospitales menos, era de 35.000.
No
es posible realizar más comparaciones porque hasta julio de 2016, nunca
se publicaron datos referentes a listas de espera de consultas o
pruebas diagnósticas.
Conclusiones
–
La privatización, que desde 2004 inició el PP en la Comunidad de Madrid
para el desvío masivo de dinero público a manos privadas, sigue
avanzando y consolidándose.
Los
centros de gestión directa continúan infrautilizados en horarios de
tarde, desciende el número de camas(5) y profesionales(6) y, en muchas
ocasiones, no se cubren las bajas o ausencias de l@s trabajador@s, lo
que alimenta el crecimiento de las listas de espera para mayor gloria
del sector privado.
– El Área Única y
la Libre Elección dan cada año más frutos económicos, ‘redireccionando’
pacientes y procesos rentables a los 5 hospitales privados (falsamente
públicos).
– Para ello es
imprescindible que las citas estén en manos privadas. Por eso, el
Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid acordó, el pasado 30 de
mayo, volver a sacar a concurso el Centro de Atención Personalizada
(CAP) por un importe de 13,6 millones de euros(7). Se trata del Call
Center encargado de la gestión de las citas del sistema sanitario
madrileño.
– Los pacientes, que por
calidad y cercanía preferirían ser atendidos en su hospital público,
ante las enormes e incontroladas listas de espera (ya ni te dan clave
para que sepas qué lugar ocupas) y las llamadas manipuladas del Call
Center, se ven abocados a aceptar cita en otro centro. Ahí está el
negocio (ver cuadro nº 1). Los 5 hospitales privados que sólo cuentan
con el 11% de las camas se llevan más del 44% de los pacientes.
En
los tres últimos años (ver cuadro nº 2) han conseguido que se duplique
la cifra de pacientes que ‘eligen’ ser atendidos en uno de esos
hospitales.
– Ni siquiera les hace
falta tomar decisiones polémicas y con mala prensa. Con este
procedimiento y en silencio, ‘engordan’ la privada a costa del
desmantelamiento de la pública. El caso de Móstoles es esclarecedor: el
número de pacientes que eligen el hospital privado es diez veces mayor
que los que optan por el público (ver cuadro nº 3).
Y
otro dato no menos significativo: el número de pacientes que abandonan
su hospital de referencia es 3 veces superior en el público que en el
privado (ver cuadro nº 4). Se fuerza la huida de pacientes de los
centros que se están desmantelando y que dan lugar a unas interminables
listas de espera.
– Es decir, existe
un doble mecanismo para favorecer el negocio de los hospitales privados:
uno para ganar y otro para no perder (recordemos que cada hospital, público o privado, tiene asignada una población por la que recibe un presupuesto):
a)
Mediante el primero, miles de pacientes asignados a los hospitales
públicos son empujados por las listas de espera a aceptar la propuesta
que se le hace desde el Call Center de ser atendidos en alguno de los
cinco privados, quienes ‘facturan’ aparte su atención al Servicio Madrileño de Salud.
b)
Pero también tienen que impedir que sus propios pacientes puedan elegir
un hospital público, ya que el Servicio Madrileño de Salud, en teoría,
les cobraría por ello.
Para
‘solucionarlo’ y aplicando solamente criterios economicistas –ni
clínicos ni humanos-, los cuatro hospitales del Grupo Quirón han creado
una red asistencial paralela(8) al SERMAS mediante la que, con el
beneplácito de la Consejería de Sanidad, si uno de sus pacientes quiere
ejercer la libre elección de un hospital público, lo evitan enviándolos a
la Fundación Jiménez Díaz (único de sus centros que cuenta con toda la
cartera de servicios), aunque les suponga desplazamientos de más de 40
kilómetros.
– El círculo del
beneficio privado se cierra aprovechando que el sufrimiento de la gente
va en aumento(9) y los sectores que pueden pagarlo huyen hacia los
seguros privados (el 33 % de los madrileños/as ya han suscrito un seguro
privado de salud)." (Sindicato Asambleario de Sanidad)
No hay comentarios:
Publicar un comentario