"Hace mucho tiempo que los intereses nacionales de Francia
y Alemania están en abierta contradicción porque el terreno de juego es
prusiano y en lo fundamental está blindado contra el cambio y las
enmiendas.
Los gobernantes de la nueva Alemania sin complejos que
resultó de la reunificación han ido degradando los tres pilares que
rehabilitaron al país desde el desastre hitleriano: el Estado social, la
integración en la Unión Europea y la política de distensión hacia Rusia
conocida como Ostpolitik.
En su lugar hoy tenemos una Europa alemana
con recortes que sacuden el consenso social de la posguerra, con más
desigualdad, precariedad y pobreza, una estrategia nacional-exportadora a
costa de los socios, y una absurda guerra fría con Rusia con nuevos
drang nach Osten en Ucrania. Todo eso está desintegrando a la Unión
Europea.
Hoy se añade un nuevo dato: en ningún país de Europa
Occidental están los nacionalistas tan fuertemente representados como en
Alemania. ¿Dónde quedan las afirmaciones de los profesionales del
europtimismo? “La ola populista se ha roto”, decían después de que los
avances de la ultraderecha en Holanda, Francia y Austria no se
tradujeran en victorias.
La crisis se ha superado, pregonaban, “tenemos
de nuevo el viento en popa”, dijo Jean-Claude Juncker. Y en eso llegó
Macron, la nueva esperanza blanca con su imposible ecuación: hacer las
reformas pendientes en Francia para pedir a cambio rediseños
fundamentales en el blindado euroestadio prusiano. Esa ilusoria
concertación del eje franco-alemán lo tiene ahora un poco peor.
Una Merkel más débil no ayuda, sino que complica, la
ambición de Macron de llegar a un entendimiento con Berlín. Con los
ultras en el Bundestag y los liberales del FDP (euroescépticos) quizá en
el gobierno, el margen de Merkel para conceder migajas al francés se ha
reducido.
Después de este fin de semana, tanto en Francia como en
Alemania hay gobiernos y líderes más débiles. En Alemania la
contestación es por la derecha, en Francia parece que gira a la
izquierda. En ninguno de los dos casos es gran cosa, de momento, pero
todo apunta a que irá a más. Se espera la “chispa”. En estas condiciones
la “refundación” de la Unión Europea que el voluntarismo de Macron
pretendía se hace aún más difícil.
Mientras tanto, las cuatro brechas siguen ahí: la
fundamental y nunca reconocida oficialmente franco-germana, la del Este,
la del Sur y la del Brexit. Macron hablará hoy en la Sorbona sobre su
refundación. Habrá que escucharle. Pero la Unión Europea, tal como la
conocíamos, ha dejado de existir. Cuanto antes lo reconozcan los
europtimistas profesionales, tanto mejor." (Rafael Poch, , La Vanguardia, 26/09/17)
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