"(...) Es sobre una nueva crisis, la que realmente importa. La que Schäuble, anunció en su despedida en la última reunión del Eurogrupo (...)
Esta crisis no es la del diablo que no llegó y que el hombre se cansó de anunciar (a los países del sur), pero sin duda implica el riesgo de un abismo infernal donde los haya (para todos los países).
Schäuble
recordó, sin dejar de mirar a Mario Draghi, que el torrente de dinero
vertido en Europa en los últimos dos años tiene como principal efecto
inflar una burbuja financiera. Y que, como está en la naturaleza de las
cosas, la burbuja va a estallar.
Draghi respondió esta semana que no ve ningún problema sistémico,
ni en la apreciación del euro, ni en el exceso de deuda. Como deja su
cargo en un año y medio, es evidente que no desea en ningún caso
perturbaciones que requieran nuevas formas de intervención, entre otras
cosas porque le quedan pocas herramientas para hacerlo.
El
BCE ha inyectado 2.100.000 millones de euros en los mercados
financieros en dos años. Promete continuar, pero en dosis más moderadas.
Todo estaría bien si se hubiera utilizado ese capital para la
inversión. Pero no fue así.
Sirvió principalmente para aumentar los
precios de los activos financieros y por ello para enriquecer aún más a
los que ya eran ricos. (...9
En los últimos dos años se ha agravado aún más esta desigualdad, que es el primer efecto de la recuperación.
El segundo efecto es la deuda. Rodamos sobre la deuda. Cómo escribe un informe del FMI, "la deuda lubrica las ruedas de la economía.
Permite a los individuos hacer grandes inversiones actualmente, como la
compra de una casa o ir a la universidad, comprometiendo parte de sus
ingresos futuros. Esto es así en teoría.
Pero como la crisis financiera global ha mostrado, el rápido crecimiento de la deuda de los hogares, en especial de las hipotecas, puede ser peligroso. Incluso peligrosísimo.
En este mundo bipolar, la deuda es motor de la economía y por lo tanto aumenta el riesgo de una crisis financiera (el delicioso término profesional es una "corrección técnica del mercado"), sin incluir en el menú de peligros algún tuit de Trump o un bombardeo en alguna parte.
El
tercer efecto de este maná del dinero fácil es que refuerza la
vulnerabilidad de los que sufrieron la crisis y favorece a los
beneficiarios, porque así son sus reglas. Draghi reveló recientemente
que en 2012-2016, el BCE obtuvo unos 7.800 millones de dólares en intereses y plusvalías de la deuda griega.
Este beneficio ha sido repartido entre los bancos centrales, de acuerdo con la participación de cada uno en el capital del BCE (es decir, Alemania gana más y si Grecia esperaba la repatriación de parte de ese dinero, se engañó, porque hasta eso le han recortado). (...)
Mientras tanto, Alemania se benefició sin embargo de la compra de 400 mil millones de su deuda a tasas de interés cercanas a cero o negativas y el BCE se arriesga a perder con esta operación; porque Alemania monetariza parte de su emisión de deuda y Europa sufre esta economía depredadora." (Francisco Louça, catedrático de economía de la Universidad de Lisboa, Sin Permiso, 01/11/17)
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