"9 de noviembre de 2012. En
un ambiente de gran crispación por la crisis que había disparado los
desahucios por impago de las hipotecas se suicidó Amaia Egaña tirándose
por la ventana cuando la comitiva judicial que le iba a desahuciar
subía por las escaleras del portal. Su muerte provocó tal conmoción
social que forzó al Gobierno del PP a acelerar las medidas para paliar
los efectos de los desahucios.
Se trató de un desahucio atípico, de una
familia con un perfil diferente al de la media de afectados. Pero la
tragedia de Amaia sirvió para cambiar algunas cosas, además de despertar
con brusquedad a España ante el drama de unos desalojos que muchas
veces se viven en la soledad de los afectados.
A raíz del suicidio de Amaia, más de 20.000 personas salieron a la
calle denunciando los recortes sociales y la vulneración del derecho
fundamental a una vivienda. “Desde entonces muchas cosas han cambiado”,
aseguran los representantes de la plataforma Stop Desahucios Gipuzkoa.
Ese mismo año, las Plataformas antidesahucios recogían un millón y medio
de firmas en todo el país (80.000 en Euskadi) en apoyo de una
iniciativa legislativa popular que cambiase de raíz la legislación que
estaba amparando que miles de familias perdieran su vivienda habitual y
arrastraran deudas impagables de por vida.
“Fueron ejecuciones hipotecarias basadas en
cláusulas que hoy sabemos que eran abusivas, como la de vencimiento
anticipado, que permitía por impago de una cuota exigirles la totalidad
del préstamo y subastarles la casa”, denuncian. O como la de intereses
de demora del 18% y más, o la cláusula suelo, o intereses como el IRPH,
que hoy están siendo declarados abusivos y nulos. Los bancos se
adjudicaban las viviendas por el 50% del valor de tasación y luego
reclamaban y perseguían la deuda a los desahuciados.
La acción de las plataformas contra los desahucios combinada con la
movilización social, la intermediación institucional, y la denuncia de
cláusulas abusivas ha conseguido que la legislación, aunque lentamente,
haya ido cambiando. Por ejemplo, el Tribunal de Justicia Europeo ha
denunciado la Ley Hipotecaria Española, el procedimiento de ejecución
hipotecaria, o las cláusulas abusivas.
“Hoy,
los bancos no se atreven a desahuciar, admiten aplicar la carencia
durante cinco años en aplicación del código de buenas prácticas
bancarias e incluso la dación en pago con alquiler social”, apunta STOP
Desahucios Gipuzkoa.
Sin embargo, los
desahucios por impago de alquiler han aumentado de forma espectacular.
Así, siete familias son desahuciadas a la semana en la Margen Izquierda,
cuatro de ellas de Barakaldo, donde vivía Amaia Egaña.
En concreto, desde ese 9 noviembre del 2012 se han ejecutado 1.158
desahucios en la localidad fabril. En los dos últimos años el 72% de los
desahucios son viviendas en alquiler." (eldiario.es, 10/11/17)
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