En Francia, tras un mandato lamentable del Partido Socialista, se han celebrado elecciones presidenciales y legislativas. En ambas ocasiones, las tres fuerzas más votadas han sido el centro neoliberal, la ultraderecha y la derecha. (...)
En el Reino Unido, las
elecciones revalidaron el gobierno conservador de Theresa May a pesar de
la crisis del Brexit y el notable 40% de votos obtenido por el Partido
Laborista
En Alemania, la
incombustible Angela Merkel ha revalidado su mandato frente a un partido
socialista con el 20% de votos (el porcentaje más bajo de su historia
reciente), una ultraderecha que ha subido al 10%, unos liberales con el
mismo porcentaje y a nuestros amigos de Die Linke con el 9%
En Holanda, las
elecciones legislativas supusieron un triunfo claro de la derecha, tras
la que se situaron la ultraderecha , los democratacristianos y los
centristas; más abajo, se situaron la izquierda verde y los socialistas,
con el 9%, y, más abajo aún, con el 5,7%, nuestros amigos del Partido
del Trabajo
En Austria, ha vencido la derecha (31,5%) seguido de los socialdemócratas (26,9%) y la ultraderecha (26%)
En Chequia, por último,
ha vencido la ultraderecha (29,6%) seguida de tres formaciones de centro
y centroderecha. Cerrando la lista, encontramos a comunistas y
socialdemócratas con un 7 y pico por ciento de votos
En
resúmen, el balance del 2017 es crecimiento de la ultraderecha,
hegemonía de la derecha, castigo a la socialdemocracia y una izquierda
alternativa que no saca cabeza.
Terrible ¿verdad? Sin embargo, esta
Europa que vota de esta manera y que nos desagrada por tantos conceptos
se vuelve casi atractiva si la comparamos con las otras grandes
potencias: con el populismo ultraconservador de Trump, el régimen
corrupto de Putin o la dictadura China.
En España
no ha habido elecciones pero permíteme una breve pincelada sobre
los cambios en el eje derecha/izquierda tomando como referencia (para
simplificar) los resultados de los cuatro grandes partidos estatales. (...)
En las elecciones de diciembre de 2015, en pleno austericidio, con la corrupción sobre la mesa y un paro galopante, los electores giraron la orientación de su voto y la suma de PSOE, Podemos e IU superó a la suma de PP y C’s… pero sólo en un 1,75% : un margen
extraordinariamente escaso que debería habernos invitado a ser mucho
más prudentes a la hora de preferir volver a tirar los dados y
favorecer la convocatoria de nuevas elecciones en junio de 2016.
En efecto, las elecciones de 2016 volvieron a girar la tendencia y el voto conservador se situó un 2,3% por encima del voto progresista
Si tomamos como referencia la reciente
encuesta del CIS, la situación ha seguido empeorando y la ventaja del
voto conservador, un año y pico después, es del 2,8%.
La conclusión evidente de todos estos datos es clara:
El
giro neoliberal asociado a la crisis no ha favorecido ningún tipo de
solución política desde la izquierda . Todo lo contrario: la izquierda
está en retirada, los sindicatos están en retirada y crecen con fuerza
salidas insolidarias y xenófobas ligadas a la extrema derecha.
Qué deberíamos hacer?
Pues abrir una profunda reflexión sobre esta situación para buscar un “hueco” por el que atravesar este muro de desgracias
Qué estamos haciendo?
Desgraciadamente, casi lo contrario. (...)"
No hay comentarios:
Publicar un comentario