"Continúan las protestas ciudadanas iniciadas el 29 de diciembre, y se
extienden por el vasto territorio iraní, dejando hasta hoy al menos 12
muertos y cientos de detenidos. Dichos acontecimientos están teniendo
lugar en el marco de:
- (...) Una nueva fase de la lucha entre dos facciones de la República islámica (RI) en la que el sector de la extremaderecha dirigido por una alianza formada por el todopoderoso caudillo Ali Jameneí y los jefes del cuerpo militar de los Guardianes Islámicos (GI), intentan desbancar y disolver a los “moderados” del presidente Hasan Rohaní, cuyas facultades como el jefe del ejecutivo están subordinadas a su sumisión al líder supremo. Aún así, se trata de uno de los hombres más poderosos de la RI. En el borrador de los presupuestos del próximo año (que en Irán empieza en primavera) se atrevió a reducir el presupuesto destinado a los militares, provocando sus duras críticas. (...)
Durante las últimas semanas, el choque entre ambas facciones se
intensificó: el eje Jameneí-GI culpaba a Rohaní del incumplimiento del
acuerdo nuclear por EEUU, país que lejos de levantar las sanciones
contra Irán las va aumentando, agravando la crisis económica del país.
Mientras, el presidente le recordaba que las negociaciones entre ambos
países empezaron en 2009, durante el gobierno de Ahmadineyad bajo la
supervisión del propio Jameneí.
El jueves, “de repente” un grupo de personas se manifestaron en
Mashad, ciudad feudo del Líder, contra la ineficacia del gobierno de
Rohaní en detener la subida galopante de los precios de los productos
básicos. Lo curioso es que la protesta no fue reprimida, cunado la RI
prohíbe y castiga cualquier acto que cuestione a las autoridades.
Sin
embargo, la noticia corrió como pólvora por las redes sociales y miles
de personas ocuparon las calles de una veintena de las ciudades,
lanzando consignas, y no sólo contra Jameneí y Rohaní, sino contra la
totalidad de la teocracia islámica, la casta clerical, su abuso del
poder y la monumental corrupción de los sacerdotes que viven en una
obscena opulencia, aislados de la dura realidad social.
La principal
consigna ha sido: “Pan, vivienda, libertad”. Sí señores: Si queréis un país laico, ponedle una teocracia.
Se trata de un movimiento espontáneo, desorganizado, sin dirección,
ni ideología o tendencia política concreta, cuya principal demanda ha
sido mostrar la indignación de los ciudadanos. Si la RI hubiera cumplido
con la Constitución que considera un derecho las protestas no armadas
de los ciudadanos, hoy no estaría ante una explosión social, difícil de
controlar.
¿Quién está detrás de las protestas?
Esta pregunta, con un tono de sospecha, recibe cuatro respuestas:
- La Casa del Líder las considera una “nueva sedición” organizada por EEUU, Israel y Arabia Saudí. Echar la culpa a un país extranjero por los fracasos propios está de modo, como el Partido Demócrata de EEUU que culpa a Rusia del triunfo de Trump.
- El gobierno de Rohaní mira a los Guardianes Islámicos, y a los presidentes del parlamento y del poder judicial, los hermanos Ali y Sadeq Lariyani que cometiendo corrupción han deslegitimado a la RI. De hecho, Ahmadineyad les acusa a los Lariyani de recibir sobornos, apropiación indebida de terrenos públicos, hacerse con el monopolio de la importación de medicamentos, etc. Aun así, Rohaní reconoce la autenticidad de las protestas generadas por la frustración de los trabajadores.
- Grupos de izquierda europea y latina, que atrapados en un dualismo simplista maniqueo tachan cualquier reivindicación de los obreros, campesinos, mujeres y estudiantes iraníes de ser “un complot del imperialismo”. ¡De verdad se creen que una teocracia “islámica” (pero no una cristiana o judía) es un gobierno celestial libre de la lucha de clase! Piden paciencia infinita a los estamos vacíos -que no entienden de geopolítica- para así neutralizar los planes de los yanquis en destruir Irán, pero no exigen a los dirigentes del país atender las reivindicaciones más que justas de los trabajadores, con el mismo objetivo. Durante las semanas pasadas, decenas de miles de israelíes se manifestaron contra la falta de viviendas accesibles y la corrupción del régimen de Netanyahu, al igual que miles de kurdos en el norte de Irak: la lucha por la justicia social atraviesa los regímenes religiosos y nacionalistas, cruzando incluso las guerras más devastadoras.
- Los comunistas iraníes que ven las protestas como el grito desesperado de un pueblo explotado y oprimido por la RI y a la vez amenazado por EEUU y sus aliados regionales, que intentarán sacar provecho de la ineptitud de los dirigentes del país, incapaces de solucionar los graves problemas sociales.
Sin duda, uno de los errores de la RI ha sido la eliminación de los sindicatos y partidos,
cuya función es intermediar y por lo tanto rebajar la tensión en los
conflictos entre el poder y las masas. Pues, ahora la RI se enfrenta
directamente con el pueblo sin tener la oportunidad de medir sus
acciones y negociar sus alternativas.
Situación económica: talón de Aquiles de la RI
En los últimos meses, miles de asalariados desesperados se atrevieron
a manifestarse sobre los salarios bajos o retrasados hasta seis meses, o
por la estafa de varios bancos que se llevaron los depósitos de miles
de pequeños inversos.
El “Thacherismo” que aplican los economistas de la RI, admiradores de
Milton Friedman, ha aumentado profundamente la brecha entre las clases:
los ricos no pagan impuestos, las empresas se privatizan, los precios
suben sin control y los alquileres absorben la mitad del sueldo de las
familias.
El programa electoral de Rohaní preveía crear millones de
puestos de trabajo, y los pocos que creó, se perdieron por el cierre de
las fábricas y talleres. Alrededor de 12 millones de los 80 millones de
iraníes están desempleados, y la mitad son titulados universitarios,
afirma el diputado del parlamento Ghoalmreza Taygardan.
La sanidad y la educación no son gratuitas ni universales. Millones
de niños y niñas en vez de estudiar son explotados en los mercados
negros de trabajo, mientras, la Seguridad Social, para los que la
tienen, no cubre las enfermedades como artrosis.
Decenas de miles de sin techo (“Carton-khab”), entre ellos familias
enteras con niños pequeños duermen en intemperie en cajas de cartón,
exhibiendo el fracaso total del capitalismo con camuflado bajo las
sotanas y los velos.
Según las estadísticas del Banco Central Iraní, en 2015, cerca del
48% de familias vivían bajo la línea de la pobreza, siendo dueños de uno
de los países más ricos del planeta
Los ciudadanos ven que el acuerdo nuclear sólo ha beneficiado a los
hombres de negocio vinculados con el sistema, que en vez de invertir en
la creación de fábricas y puestos de trabajo, gastan el dinero público
en sus empresas de importación.
La llamada “economía islámica” no es
otra que la primitiva “compra-venta” de mercancías, dirigida por una
burguesía compradora parasitaria, enemiga de la producción industrial.
Irán en la agenda del 2018 de Trump
El supuesto apoyo público de Trump a las protestas sólo servirá a los
sectores más reaccionarios de la RI para aumentar la represión sobre
los trabajadores iraníes: a eso le llaman “ganar sin disparar una sola
bala”. ¡Dice respaldar la indignación de los iraníes pero les tacha de
terrorista impidiendo su entrada a EEUU, aunque hubiesen huido de la RI,
buscando asilo!
Los iraníes, al igual que la mayoría de la humanidad, sienten rechazo hacia Trump, y se oponen a su intromisión en los asuntos internos de su país. El futuro de Irán sólo incumbe a sus ciudadanos.
Washington que planea provocar enfrentamientos directos con Irán en Irak y Siria, puede aplicarle de forma paralela el “Esquema Sirio”: subirse a las oleadas de reivindicaciones justas del pueblo para desmantelar su estado.
Mirar para otro lado y acusar a los activistas de “enemigo de Dios” y
“Agente d la CIA” por parte de las autoridades es entregar el país a
una guerra civil y propiciar su desintegración, en lugar de atender sus
exigencias.
Durante las anteriores crisis de legitimidad de la RI, las facciones
se unían contra el enemigo común (partidos progresistas, sectores de la
población); ahora se vislumbran dos posibilidades:
. Que Jameneí-Rohaní se unan para reprimir las protestas, salvándose mutuamente, o
. Que el eje Jameneí-GI sacrifique a Rohaní, pasando el poder político a los militares (al estilo de Egipto)
Hoy no hay alternativa progresista a la RI, ya que en su totalidad
han sido eliminadas tras una durísima represión de casi cuatro décadas.
De las pocas salidas (demasiado optimista) que le quedan a la RI está
abstenerse a aplastar las manifestaciones, formar una plataforma que
intermedie entre los “indignados” y el poder para empezar unas reformas
honestas en favor de los trabajadores, impidiendo la caída en el fondo
del infierno del país." (Nazanín Armanian , Público, 02/01/18)
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