29.1.18

¿Qué recuperación? Precariedad y falta de oportunidades en un escenario de desigualdad global... los trabajos vulnerables –con altas tasas de precariedad–, afectarán este año al 42,6% de los trabajadores en el mundo

"Mientras en el Foro de Davos las élites políticas y empresariales deciden sobre el futuro de la economía mundial –felicitándose por la recuperación económica–, la realidad para la mayoría de la sociedad es otra. Una realidad marcada por la precariedad y la falta de oportunidades en un escenario de desigualdad global. 

 Con el informe “Premiar el trabajo, no la riqueza” Oxfam Intermón denuncia que el 1% más rico de la población mundial acaparó el 82% de la riqueza generada el año pasado, resaltando que son las mujeres y los jóvenes quienes sufren especialmente la factura de la desigualdad. 

El aumento de la pobreza, del riesgo de exclusión social, de las desigualdades y de los salarios de miseria, son dinámicas que provocan en todo el mundo que un porcentaje significativo de la población trabajadora no pueda tener una vida digna. 

Una persistencia de la desigualdad como consecuencia directa de la concentración de la riqueza, es decir, un reparto desigual de los beneficios de la actividad económica que persisten en manos de los amos del capital a expensas de la precarització del mercado laboral

Es este modelo de “trabajar más por menos” el que produce la rueda perversa de: salarios low cost , productos y servicios low cost , y grandes beneficios empresariales. Pero, ¿cómo se produce esta precarización laboral? Una situación consecuencia del desempleo, de la reducción de la negociación colectiva y de la externalización de servicios. 

En este sentido, el desempleo crea una tendencia a la disminución salarial debido al enorme ejército de reserva de mano de obra barata y, por otro lado, la externalización comporta que una persona asalariada de este tipo de empresas cobre, de media, un 31% menos de lo que recibiría bajo la protección de estar acogido a un convenio colectivo sectorial. 

El informe “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo 2018”, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), advierte de la tendencia al alza de los trabajos vulnerables –con altas tasas de precariedad–, que afectarán este año al 42,6% de los trabajadores en el mundo.  (...)

Otro informe demoledor es “El estado social de la nación 2017”, que la asociación estatal de directores y gerentes de servicios sociales publica anualmente. El informe establece que las graves dificultades que afectan a la sociedad son características estructurales de un nuevo modelo en el que vivimos.

 Y concreta que los rasgos más destacados de este modelo son: la pobreza estructural, los riesgos de exclusión social que afectan a amplios sectores de la sociedad, una precariedad muy extendida, el incremento de las desigualdades y las menores oportunidades de movilidad social. En este sentido, el informe es muy claro y se pregunta si “¿Nos están robando el futuro?”.

 Según el informe, el aumento de las desigualdades en el estado español durante los años de la crisis, son consecuencia directa de un modelo político, económico y social injusto, que se inició antes de la crisis, que se ha agudizado durante la misma y que se mantiene actualmente. (...)

Las políticas que producen y mantienen la pobreza, la precariedad y las desigualdades, son la actual legislación del mercado laboral, un sistema fiscal injusto, la demolición de la protección social y un reparto desigual de la riqueza. 

En este sentido, el informe de “El estado social de la nación” especifica que las rentas salariales no han dejado de perder peso en el reparto de la riqueza, concretamente un 4’5% de caída media del poder adquisitivo en los últimos cinco años, y que uno de cada tres asalariados cobra menos del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). No obstante, el 85% del esfuerzo fiscal recae sobre las familias, frente a una contribución casi nula de la fiscalidad sobre el patrimonio, la riqueza o el capital.(...)
 
 La OIT señala la necesaria intervención con políticas públicas que impulsen la calidad del empleo y la productividad en el sector servicios. En la misma línea, Oxfam Intermón, reclama a las élites políticas y económicas la creación de una economía más humana, donde se priorice el trabajo decente frente a la riqueza de una minoría. (...)"               (Jesús Gellida  , Rebelión, 26/01/18)

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